Sábato, revista Vuelo y un escarabajo

Escribe Antonio J. González.

Tenemos recuerdos, historias y sensaciones que guardamos en algún lugar de nuestra memoria y que, de pronto, saltan como movidos por un resorte en busca de la actualidad. Esta columna se nutre de esos saltos, como ahora que conocemos el fallecimiento del escritor Ernesto Sábato y los tejidos que hilvanamos a propósito de su agitada y rica vida. De él recibimos un par de veces una nota amable y generosa como acuse de recibo de mis libros. Una de ellas estaba escrita a mano sobre una hoja con el membrete del Ministerio de Relaciones Exteriores… «Me gustaría hablar con usted algún día…» me decía. Claro que ese día no llegó nunca, por mi culpa…, arrinconado en una raigal timidez. Era en 1958.

En mayo de 1962 nos propusimos en Gente de Arte reeditar la revista Vuelo en tamaño tabloide y para ello formamos un Consejo de Redacción con los escritores Antonio Requeni, José F. Gulías, Carlos Okada y este cronista. Se vivían momentos históricos cargados de cambios, golpes de estado-gobiernos democráticos, persecuciones e ingerencia de los mandos militares en las decisiones nacionales. El presidente José María Guido era, en ese año, el vértice visible de esa anomalía institucional y se había desatado una ofensiva militar sobre algunos intelectuales en el país. Una de las víctimas fue el escritor Miguel Angel Asturias, exiliado español, encarcelado sin otra justificación que sus ideas políticas.

Ese doloroso momento era simultáneo con la reaparición de nuestra publicación y por esa razón hicimos una encuesta a escritores notables (Canal Feijoo, Pedroni, Roa Bastos…) sobre aquel atentado a la libertad. Entre los consultados se encontraba Ernesto Sábato y él propuso escribir una «Carta abierta al Presidente de la Nación» con sus ideas condenatorias de aquel procedimiento militar. La carta fue publicada en aquella edición como una primicia exclusiva, cuyo texto tuvo repercusiones curiosas. La mayoría de ellas fueron de apoyo al reclamo de la liberación de quien luego sería Premio Nobel de Literatura, pero otras sucumbieron en un sorprendente matiz elitista y soberbio.

En aquellos tiempos no existían muchas publicaciones culturales en el país de trascendencia nacional. En esas penumbras aparecía la revista «El escarabajo de oro» dirigida por Abelardo Castillo y otros escritores como una referencia importante de las letras independientes. Pero cuando comenzó a circular –sin ánimo competitivo- nuestra publicación «Vuelo» con aquel mensaje único de Sábato, el mencionado «escarabajo» reaccionó como un elefante herido o una mujer engañada. Hicieron en sus columnas una crítica fervorosa y maligna de nuestra revista y una desvalorización notoria de la «carta» del escritor argentino criticando la detención de Asturias.

En nuestra edición siguiente fijamos nuestra posición con relación a la desafortunada reacción de «el escarabajo». Entre otras réplicas, se dice «el comentarista lamenta que sea Vuelo quien haya publicado la formidable carta abierta de Ernesto Sábato; complica entonces a León Bloy en contra nuestra y dice que ha sido «como salir a cazar tigres con una tabla de multiplicar y un paraguas». Y afirmamos: «Claro, es más cómodo urdir «frases» pretendidamente ingeniosas que sacar de la cárcel a Miguel Angel Asturias…»

José F. Gulías, que junto con Requeni, era amigo de Sábato, escribió con su firma en la siguiente edición de Vuelo otra «Carta abierta al escritor Ernesto Sábato» en la que afirmaba: «No se habían apagado aún los ecos que despertaron en mi corazón las palabras de su valiente carta, cuando he aquí que se levanta nuevamente el telón, los actores entran a escena y «sigue la comedia»… haciendo alusión a esos agitados y dolorosos días… «Trabajemos –le dice Gulías a Sábato- para que luego el espíritu pueda recrearse…»

Al fin, con la intervención jurídica de Bernardo Canal Feijoo, Asturias quedó en libertad. Y una de las manifestaciones que alimentaron esa medida, fue la carta abierta de Ernesto Sábato en «Vuelo», muchos años antes de su personal compromiso en la Conadep. En nuestra publicación apareció también un extenso reportaje a Sábato que después reprodujo, parcialmente, en su libro «El escritor y sus fantasmas».

ajgpaloma@hotmail.com

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