Los abusos

Escribe Roberto Díaz

Es indudable que las obras sociales de los sindicatos, han empezado a poner límites en los servicios de salud ofrecidos, habida cuenta que la Medicina se ha tornado muy cara y que es difícil sostener todo un sistema de salud para ofrecerle a sus afiliados.

Notamos, en los últimos tiempos, que comenzaron a arancelar algunas cosas que, antes, eran gratis y han puesto una mirada más vigilante en el suministro de medicamentos o en la autorización de estudios clínicos y análisis.

También, han tenido que salir a analizar los costos de los prestadores, a cambiar, incluso, muchos de esos prestadores, todo en aras de alcanzar mayor eficacia en el suministro de los recursos.

Y nos parece bien porque el sistema social de salud, está lleno de abusos. Abusos de los servidores, abuso de los profesionales, abuso de los usuarios. Hay gente que, sin medida ni control, aunque esté gozando de perfecta salud, entiende que debe concurrir a su sindicato a dar gastos. Total: para eso, paga.

Pero no es así el servicio social de salud. Este depende mucho de la responsabilidad con que profesionales y afiliados se manejen. No salir a dar gastos porque sí ni recetar porque sí, para sacarse de encima a algún paciente pesado que cree debe utilizar todo lo que le ofrecen, apelando a la gratuidad.

Es cierto. Arancelar algo, hace que, de inmediato, se retraigan los abusos.

Cuando la cosa se vuelve gratuita, comienza el despilfarro. En los hospitales públicos, queda una cifra sideral de radiografías y análisis que nunca retira el paciente. Y eso es gasto superfluo que paga el Estado, es decir todos nosotros.

Cuando tomemos conciencia de que la salud es un bien común y que debemos ser medidos a la hora de utilizar los servicios, habremos comprobado una verdad irrebatible: el bien colectivo se logra con la responsabilidad de cada uno de los participantes.

La salud en la Argentina está en grave riesgo. Los costos de la misma son siderales. Los hospitales públicos se encuentran colapsados porque, cada vez más, la gente utiliza el hospital gratuito. Pero, parte de ese colapso, son las irresponsabilidades de una comunidad que no sabe comportarse.

Cuando vamos a los hospitales y nos encontramos con los sanitarios rotos, sabemos que eso es producto de una severa ignorancia de mucha gente, que hasta se roban las canillas.

Ese salvajismo, esa falta de solidaridad, esa rapiña, es obra de personas incultas, sin conciencia, a las que habría que educar y mucho.

Por eso, nos parece atinada la medida de muchos sindicatos, poniendo coto a la gratuidad de un montón de beneficios que, hasta hace poco, eran gratuitos. Pero ¿cómo sostener una medicina como la actual si no se administran, con raciocinio, los recursos?

noticias relacionadas