La primaria del ENSPA continúa desarrollando su proyecto de imprenta ecológica

Ignacio Segesso, profesor de artística y coordinador, con alumnos integrantes del proyecto, imprimen la revista del colegio y folletos con la impresora ecológica que trabaja a base de cera.

Con el objetivo de cuidar el ambiente y de concientizar a los más chicos en el cuidado del planeta, la EEP N° 68 «Próspero Alemandri» (ENSPA) puso en marcha una «imprenta ecológica», la cual desde sus inicios en 2011 continúa creciendo y desarrollándose.

Con respecto a cómo surgió esta iniciativa, el profesor de artística y coordinador del proyecto, Ignacio Segesso, comentó que la escuela todos los años presenta ideas y metas para los distintos niveles y que por lo general él se vuelca a incrementar los canales de expresión.

«Para 2011 ya habíamos hecho audiovisuales y contábamos con radio propia, nos faltaba la gráfica», aseguró.

«El papel es la materia prima esencial de la escuela y no se podía abolir por la computadora porque nosotros valoramos al libro como objeto artístico y de culto -sostuvo Segesso- así que buscamos una alternativa para que los chicos puedan seguir teniendo al libro como transmisor de cultura, pero que ese elemento tenga un plus ecológico».

Con el respaldo de las autoridades del nivel primario, Elena y Marta Otero, el responsable del proyecto empezó a buscar diferentes alternativas para generar publicaciones propias en forma no nociva para el ambiente.

«Buscamos información a lo largo de la historia sobre los distintos sistemas de imprenta que se fueron generando, fuimos descubriendo la imprenta china, las de Roma, los distintos calcos que se hacían, los primeros sellos y fuimos viendo que hay métodos de impresión más amigables con el planeta», resaltó Segesso.

En ese marco, la última gran incorporación del proyecto es una impresora ecológica, con la cual se buscó reducir los aspectos contaminantes que tiene un aparato convencional.

«La impresora común tiene varios puntos contaminantes; por un lado el consumo de la energía, por otro lado se utilizan papeles que provienen de talas indiscriminadas y que tienen procesos de blanqueado que son muy nocivos para el agua y para el aire,  y por último tienen tintas tóxicas que no son biodegradables», afirmó Segesso.

«Esta nueva impresora tiene recursos para ahorrar energía, pero a diferencia del resto, tiene que estar siempre encendida en una situación de bajo consumo -agregó- por eso armamos un sistema para que cuando se apaga la luz en toda la escuela, la impresora quede prendida».

La flamante adquisición trabaja en base a cera y es necesario mantener el calor constante para que no se solidifique y, a la hora de imprimir, busca los tonos necesarios.

«Usa tinta sólida o limpia, en base a ceras o resina. Son como crayones que se derriten y tiene un grado de definición extrema, quizá mucho mejor que otra impresora», explicó el profesor.

En un principio, la impresión no llegaba a tener fijación y quedaba como un lacre, pero la tecnología fue avanzando y dejó de ser un problema. Con respecto a los residuos, Segesso destacó que, al ser sólida, una vez que se seca, se separa y se tira, porque el producto es biodegradable.

Por otra parte, este tipo de equipos permite trabajar con hojas ecológicas, teniendo en cuenta que el ENSPA utiliza papeles de tala forestal controlada que tienen procesos mínimos de purificación.

Consultado sobre la utilidad de esta impresora, Segesso remarcó que es para realizar trabajos masivos y que la primera «movida importante» fue hacer una revista propia, la cual fue distribuida en ferias de proyectos y en la Muestra de la Industria.

«Notamos que la gente se sorprendía por la calidad, porque esperaba encontrarse con algo muy rústico y la calidad que tenemos es ultraprofesional», enfatizó.

La planificación de 2013
Las actividades del presente año en el marco de este proyecto educativo comenzaron en febrero, cuando se realizaron talleres para que los docentes conozcan en profundidad cómo funciona la imprenta ecológica y ver cómo la adaptaban a su propuesta pedagógica.

Además, la imprenta fue dividida en tres partes, para que se pueda trabajar en forma simultánea con más alumnos y de acuerdo a los niveles.

«Tenemos en informática el área de diseño de impresión, en el laboratorio se experimenta con las tintas y se recicla el papel y, en la biblioteca contamos con un sector de encuadernación con todos los elementos necesarios», enumeró Segesso.

El ENSPA busca ir cambiando los «ítems contaminantes» del proceso de impresión por otros métodos más ecológicos. Por tal motivo, además de reciclar el papel que se utiliza en el establecimiento y de tener una imprenta propia de grabado, los docentes están experimentando con tintas alternativas.

«Esperamos que los chicos sean nuestra mano derecha en esta iniciativa de idear sistemas de tinta continua vegetal, que se puedan adaptar a las impresoras ordinarias», afirmó Segesso.

Se trata de cartuchos que se conectan de manera externa, los cuales tienen mayor almacenamiento y que podrían usar insumos alternativos.

«Siempre vamos a buscar una opción ecológica -sostuvo- y tratar de conseguir tintas alternativas que ya existen, pero que se les da otro uso, como por ejemplo la impresión en alimentos o en tortas».

«Ahora estamos trabajando en ver cómo adaptamos nuestras impresoras comunes a sistemas menos dañinos, por lo menos desde el punto de vista de la tinta», destacó Segesso.

Seguramente una de las primeras máquinas en «recibir» la tecnología desarrollada por la propia escuela, es una «plotter» adquirida hace poco.

Esta impresora es de las habituales que utilizan los arquitectos para hacer planos, porque imprime en formato A1, que equivale aproximadamente a ocho A4 unidas.

«Nosotros la utilizamos para hacer láminas, afiches y folletería, incluso para hacer exposiciones -comentó- además para los chicos es muy novedoso ver sus dibujos en esta escala».

Si bien esta impresora ya viene con lo que se denomina «tecnología verde», la conexión de cartuchos externos sería profundizar el cuidado del ambiente.

Solventar proyectos
El responsable del proyecto de «imprenta ecológica» destacó que todas las iniciativas que encara son posibles de concretar por los premios que recibe el emprendimiento y por varias instituciones que los apoyan en forma constante.

«En este momento contamos con la ayuda de Shell, empresa que nos vinculó además con la Asociación Cultural La Guitarra y con la ONG Creando Conciencia. Ellos están necesitando cosas de la imprenta y hay como un trueque o devolución de esfuerzos», explicó Ignacio Segesso.

Por otra parte, el profesor destacó el aporte de las propias familias de la escuela, no solo desde el punto de vista económico sino también desde el compromiso porque «si pedimos papel para reciclar, al otro día tenemos 300 cajas».

Los costos de la impresa ecológica son más altos que los de una convencional, porque «las tintas sólidas todavía son una excentricidad y no son parte del mercado».

«El proyecto está en marcha, lo que queremos es generar conciencia, que la gente se informe y empiece a tener en cuenta ese sistema para sus trabajos, para sus hogares», aseguró Segesso al referirse a los objetivos.

«Empezamos de cero y todavía estamos a mitad de camino, de hecho las empresas que comercializan este tipo de productos también están en ese proceso y siguen investigando», agregó.

«Empezamos en horas extracurriculares con un grupo de chicos que demostró mayor interés -afirmó- y cada año fuimos duplicando la apuesta e incorporando más alumnos».

Hoy, la imprenta ecológica del ENSPA sigue trabajando en concientizar a toda la comunidad educativa en el cuidado del ambiente y convoca a todos aquellos sectores de la sociedad que quieran aunar esfuerzos a visitar sus instalaciones.

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