Excelencia en cristales tallados a mano

Los hermanos Raúl y Eduardo Vidal practican la técnica desde hace 40 años en Gerli.

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Raúl y Eduardo Vidal son hermanos y artesanos. La excelencia de su trabajo, llevada a cabo en su taller ubicado en Gerli, los ha colocado en la categoría de artistas. Practican la técnica del tallado de cristal a mano desde hace más de 40 años. El hotel Faena en Puerto Madero y El Porteño del barrio de Recoleta, entre otros, tienen piezas de decoración elaboradas por ellos. En la actualidad son convocados como colaboradores artísticos para expositores en la mayor muestra del diseño argentino que se lleva a cabo anualmente en Casa FOA. Allí se dan cita los más importantes estudios de arquitectura y de decoración para exponer las tendencias que luego llegan a muchos hogares.

 

 

Raúl comenzó a aprender la técnica cuando tenía 15 años y hoy, con más de 50, se ocupa del diseño de las piezas que decoran los espejos, las copas, los floreros y los muebles. “Es un proceso que lleva su tiempo, ya que hay que cortar el vidrio, biselarlo, tallarlo, a veces grabarlo y finalmente espejarlo”. Usan maquinarias que tienen muchos años, pero que funcionan a la perfección gracias al cuidado y al mantenimiento que sobre ellas hacen los hermanos Vidal.

 

 

Eduardo se encarga de las tareas menos creativas, pero a la vez imprescindibles, para lograr que los pedidos de los clientes se cumplan en los plazos previstos y con la calidad esperada. “Nosotros podemos entrar a las casas de familias muy reconocidas de la ciudad de Buenos Aires gracias a la confianza que nos hemos ganado por nuestro trabajo”, afirma orgulloso.

 

Trabajan solos la mayor parte del tiempo, ya que según explican es muy difícil conseguir personal capacitado para realizar el tallado de cristal a mano. “En los 60 se podían encontrar tres talleres por manzana que se dedicaban a este trabajo. Después la política de apertura de la economía llevada a cabo por el gobierno militar que gobernó desde 1976 a 1983, hizo que empezaran a entrar productos importados y la industria local sufrió mucho. Pero el golpe mortal lo dio la política neoliberal de la década de los 90. Allí prácticamente nos quedamos sin trabajo”, recuerdan angustiados aquellos años donde la industria nacional fue sometida a un proceso de desguasamiento que llevó al cierre de la mayoría de talleres y fábricas pequeñas y medianas que eran motor de la economía.

 

A partir del año 2003, la situación comenzó a revertirse y ya los productos que llegan desde oriente, fundamentalmente China, no son los más buscados. Raúl dice con entusiasmo que “Nosotros producimos productos únicos, que no se hacen en serie y por eso nos buscan no solo las familias que aprecian tener un centro de mesa o un juego de copas tallados a mano, sino que también un público joven que cada vez más aprecia este tipo de productos para decoración”.

 

Si bien la técnica del tallado de cristal a mano estuvo muy desarrollada en países de Europa Oriental, como Ucrania, la ex Checoslovaquia y Alemania, en la actualidad en esos países el trabajo artesanal ha cedido espacio ante las producciones en serie.

 

Los hermanos Vidal continúan con su arte, que quizás en el futuro deleguen en sus hijos, pero que en nuestros días permite a estos artistas-artesanos de Avellaneda ser especialistas en la técnica y, por lo tanto, referentes en este oficio.

 

 

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