Hay personas que sobreviven más allá de su muerte. Tienen el poder de haber construido raíces en la memoria de los que siguen el mismo camino. En Villa Domínico sobrevuela una adoración pública por una maestra, directora de escuela e historiadora que fue millonaria “por un día” y que dejó caer esa fortuna como una lluvia benefactora sobre su escuela, la Nº 64, hoy Escuela Nº 66 “Entre Ríos”, la gente de su barrio, Villa Domínico y algunas instituciones populares de la zona.

Tal es la historia de Yorga Salomón que en los años ’60 y ’70 desplegó en varias oportunidades todos sus conocimientos históricos en un popular programa de televisión de la época, “Odol pregunta”, contestando sobre los temas que formaban parte de su pasión por la historia y sus personajes: Pancho Ramírez, Estanislao López, Eva Perón y Ceferino Namuncurá.

En esa competencia, Salomón logró ganar varios millones de pesos que en esa época –más que ahora- era una inmensa fortuna. Había prometido que si obtenía ese dinero lo donaría a la escuela y varias instituciones del barrio. Y así lo hizo, distribuyéndolo entre la escuela, la sociedad de bomberos voluntarios, la Cruz Roja y los Scouts de Villa Dominico.

Esa firme memoria se solidifica en el espíritu que aún hoy, a décadas de su fallecimiento, perdura en muchos de quienes fueron sus alumnos o participantes de la escuela durante su dirección.

Uno de ellos, Mario Castro Rey, nos cuenta: “Yorga, significa en árabe “la que brilla”; era monja laica. Escribió en 1971 para la editorial “Plus ultra” el libro “Motivos del caudillo”, en el cual narra la historia del “Supremo entrerriano” Francisco “Pancho” Ramírez: “voy a cantarle a un patriota con arrestos y con bríos, paisano Pancho Ramírez, caudillo del Entre Ríos…” Esas estrofas las recitaba mi compañero Hugo Costa y en el conjunto folklórico hacían las voces Beto Cuyuhá, Guillermo Juez, Noemí Vattimo, Miguel Ángel Salvattore y yo, Mario Castro, que era el bombísta del conjunto. La gran popularidad de Odol hizo de Yorga una personalidad famosísima. En una oportunidad nos reporteó Pipo Mancera en “Sábados circulares” de Canal 13… Ella nos presentaba como sus hijos: “yo soy mujer con hijos que no parió mi vientre, el gérmen de otras vidas lo generó mi amor…”

Ellos fueron y son sus alumnos de la Escuela 64. “A la salida de Canal 13 –dice el ex alumno- cuando concursaba en «Odol pregunta», a una veintena de chicos nos invitaba a cenar y nos hacía elegir el lugar. Ocupábamos las mesas y comíamos como leones. Enseguida la gente se agolpaba, y le pedía autógrafos, varias veces me hizo seña con el pie para que le reserváramos algo de la comida. Todo era una profunda alegría, llegaba la hora de pagar y algún admirador ya lo había hecho”.

“Yorga –sigue Castro Rey- por más que lo quieran disimular, los turros que se empeñan en hacer de vos un olvido, jamás lo lograrán. Tu figura pequeña y gigante defensora de la escuela pública, de la verdad, del ejemplo al prójimo. Hubiéramos querido que además de haber sido Diputada Nacional llegaras a la Presidencia de la Nación; por los chicos de la calle, por los viejos, por la verdadera enseñanza, para combatir juntos a tantos traidores hijos de mala madre que intentaron empequeñecerte pero que no lo lograron. Mi Yorga amada, gracias en nombre de la Escuela 64, por esos días felices que no volverán”.

En la ciudad de Buenos Aires existe una placa en su homenaje, en alguna pared de la avenida Santa Fe al 5000. Pero Avellaneda aún está en deuda con este recuerdo, más allá de la fresca memoria de Yorga en cada familia y en cada habitante de Villa Domínico. Así lo certifican los anuncios públicos (afiches, carteles…) que aparecen en sus calles en cada aniversario de su muerte o en cada nuevo año de su escuela. Es una viva memoria que no sabe de olvidos.

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