Carlos Ravazzini abrió en nuestra ciudad su estudio fotográfico en el año 1924. Su sede de la avenida Mitre Nº 663 era tan prestigiado por su calidad profesional que estaba, ya entonces, en condiciones de competir fácilmente con los mejores de la Capital Federal. En su laboratorio y su estudio se hicieron trabajos propios, retratos a domicilio, reproducciones, ampliaciones, esmaltes, miniaturas, trabajos al óleo, pastel y lápiz y, en algunas ocasiones, documentando las actividades sociales, institucionales y oficiales de la ciudad. Ravazzini incorporó, de ese modo, documentación histórica del crecimiento y evolución del municipio, además de su rol ciudadano con su actividad en las instituciones de entonces.

A su fallecimiento, su hija, Alicia S. Ravazzini, quedó a cargo de la actividad profesional, pero ella estaba formada en la disciplina musical. Como profesora de piano e intérprete de ese instrumento era reconocida por su capacidad y creatividad. Su padre había sido socio fundador de la Asociación Gente de Arte de nuestra ciudad, pero le tocó a ella -por aquella formación artística- desempeñar tareas en la dirección de esa institución.

Ocupó desde 1942 a 1972 diferentes cargos directivos, desde secretaria hasta vicepresidente, acompañando la labor institucional de los prestigiosos pintores José Luis Menghi, Carlos Sitoula, Rafael Muñoz, entre otros. Su protagonismo en la música, le permitió cumplir en esa entidad las funciones de introductora de grandes intérpretes y compositores argentinos en los ciclos artísticos de la entidad.

Por ejemplo, se registran en aquel período las actuaciones de Consuelo Mallo López, Brígida Frías de López Buchardo, Roberto Locatelli, Roberto Castro, Antonio Tauriello, Roberto Lara, Pedro Ignacio Calderón y un listado numeroso de jóvenes músicos. Le correspondió a ella inaugurar el ciclo musical de 1942 con un recital suyo en la nueva sede de Lavalle 23 (altos) y en el piano que había adquirido la entidad ese año.

En estos días se cumplirá un nuevo aniversario del fallecimiento de Alicia Ravazzini. Su protagonismo en la actividad artística y el rol profesional que su padre, Carlos Ravazzini, ejerció durante varios decenios en la documentación de la imagen de vecinos, figuras públicas y actos particulares y municipales merece tener su sello en la crónica de la historia de la ciudad.

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