Pioneros

Escribe: Claudio Penso, especialista en impulsar procesos de cambio y crecimiento.

Tenían pasión por el movimiento y comenzaron fabricando bicicletas. No había certeza sobre el futuro, los autos a motor libraban una dura batalla con los caballos. Los hermanos John y Horace intuían una oportunidad y se transformaron en autopartistas. Poco después lideraban la fabricación de motores, transmisiones y ejes. Henry Ford les pagó con el diez por ciento de las acciones como retribución para que hicieran el montaje de su emblemática fábrica. Pero en 1913 se propusieron construir un automóvil totalmente fabricado por ellos y un año después la planta de las afueras de Detroit concluía las primeras 249 unidades. Pasó otro año hasta que ocuparon el tercer lugar entre los líderes con una producción de 45 mil autos. El primer modelo costaba 785 dólares. Poco después comprendieron que había otras necesidades y comenzaron a fabricar el primer sedán cuatro puertas de la época con una estructura de acero y un precio de 1900 dólares.

 
Construyeron la primera pista de pruebas dentro de la planta. Sin embargo, en 1920 mientras alcanzaban la cumbre del éxito, los hermanos Dodge murieron de gripe. Walter P. Chrysler compró las acciones de la compañía, para ontinuar con la huella fundacional.

 
Los pioneros de cualquier actividad generalmente desoyen las voces convencionales, son audaces y desafiantes, actúan con innovación para dar los primeros pasos donde no hay más que bruma. A veces sólo los detiene la muerte, pero sus sueños tienen tanta intensidad que trascienden a través de sus obras.

claudio@claudiopenso.com

 

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