Perder el tiempo

El reconocido pediatra avellanedense, Dr. Rubén Sosa, retoma desde hoy su columna semanal, que este año se titula: «Pequeños detalles, grandes efectos».

Él tiene apenas 3 años y unos pocos meses. No hace mucho le diagnosticaron T.G.D, es decir, Trastorno Generalizado del Desarrollo, ahora clasificado como Trastornos del Espectro Autista… Eufemismos para la palabra Autismo. Cada día se sabe más de esta entidad que aún no se cura, pero puede mejorarse, aclaro por las dudas: mejorarse y  mucho.

Como en casi todas las patologías se sabe que cuanto más precoz es la intervención de las nuevas terapias, más se recuperan las funciones que lo alejan del autismo.

Entendemos. Será por esto que los padres no entienden y, a decir verdad, a mí también me cuesta entender que se le de un turno para sacar un certificado de discapacidad para fines de agosto. Por las dudas te recuerdo lector, que estamos en febrero y esta nota la escribo a principios de este verano implacable.

Ahora bien, las obras sociales tienen la obligación de reconocer todos los tratamientos que sacan a estos niños de ese pozo profundo.

Entonces los padres presentan los papeles a la obra social, y ésta responde: «No podemos autorizar hasta no tener el certificado de discapacidad».

Releo la historia de la medicina y como pasó con la lepra, la tuberculosis, el SIDA, tantas enfermedades, suele pasar también con las enfermedades mentales, dentro de las cuales el autismo no escapa a ellas. Pequeño detalle: un certificado, hijo de la burocracia, grandes efectos, porque el tiempo pasa y la enfermedad se estructura.

Quiero decir que no es lo mismo comenzar a los 3 que a los 4, ni que hablar de los 6, cuando tal vez, como tantas veces ocurre, la maestra lo descubre.

Tiene razón Antonio Machado, todo pasa y todo queda y vuelvo a recordar algo que me decía mi padre: «Rubencito, nunca te olvides que perder el tiempo es como suicidarse en cuotas y a  largo plazo».

Pienso al fin que es triste perder el tiempo, pero es cruel hacércelo perder al otro.
 
Nos estamos viendo.
Cordialmente del latín cordio-corazón, solo, solito, se ve con él.
 
rubensosa@gmail.com
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