Luis Roasenda, en lo urbano y lo social

Escribe Antonio J. González

Se lo consideró el organizador de la evolución edilicia de Avellaneda, evitando muchas veces la destrucción del patrimonio cultural. Agrimensor de profesión, fue un hombre que hizo obras, abrió surcos y esparció semillas que luego verían sus frutos. Luis Roasenda “estuvo presente en donde hacia falta inteligencia, trabajo y laboriosidad” se afirma en una nota de la revista “Avellaneda”.

“Enamorado de su profesión, consustanciado medularmente con el desarrollo social, histórico y tradicional de esta ciudad, don Luis Roasenda fue el creador y el organizador de la evolución edilicia de los barrios y villas del partido de Avellaneda. Su visión y su cálculo, serio, documentado y limpio, evitaron más de una vez la destrucción de la belleza de algunos rincones evocativos y del panorama de nuestra ciudad. Con su teodolito trazó, con la seguridad de su amor hacia su pueblo, barrios enteros sobre potreros y bañados, donde más tarde floreció el afiebrado trajinar de la colmena”.

Entre los cargos que detentó figura el de secretario de la Comisión Pro Avellaneda Indivisible; también fue miembro de la Sociedad Italiana Roma, presidente de la Sociedad de Bomberos Voluntarios, cofundador y secretario de la Comisión de Estudios Históricos por la que tanto bregó y a la que dio su valioso aporte de hombre conocedor de la documentación histórica del viejo Barracas al Sud. En 1940 integra el grupo fundador del Rotary Club de Avellaneda.

Como dato ilustrativo de su permanente protagonismo, en 1948 piden la intervención del cuerpo de Bomberos Voluntarios de Avellaneda, al comprobarse la declinación que se advertía en la cruz que coronaba la torre derecha del antiguo templo parroquial de la Asunción, y su peligro potencial de caída y destrozos. La anécdota señala que junto con la dotación de bomberos, al mando del jefe interino señor Emilio Ramírez, también estuvo presente en la operación el Agrimensor Roasenda -que ejercía entonces la presidencia de la sociedad- supervisando los trabajos del cuerpo de emergencias frente a un hecho que podía causar daños mayores.

Luego de una continua vida pública, en agosto de 1961 fallece en un accidente de tránsito, y la ciudad pierde un prestigioso vecino, profesional comprometido con el desarrollo urbanístico armónico, periodista, historiador e intelectual de grandes condiciones.

Hoy una calle en el Barrio Güemes recuerda su nombre y vale la pena destacar el significado de esa nomenclatura.

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