Los adolescentes y las redes sociales: un desafío para los padres

El Dr. Norberto Uva asegura que hay que acompañarlos para evitar el exceso.

Mientras en otros tiempos los jóvenes se reunían en algún punto en común para hablar de sus cosas o simplemente compartir el tiempo libre, en la actualidad es común verlos reunidos, casi sin hablarse, con un dispositivo móvil en la mano de cada uno de ellos.

La relación de los adolescentes con los medios de comunicación, ahora digitales, propone nuevos desafíos a la hora de criar a los hijos, ya que la adolescencia de los padres no es la misma que la que se vive en la actualidad, por lo cual muchas veces se desconoce como abordar con ellos ciertos temas.

En diálogo con La Ciudad, el médico psiquiatra Dr. Norberto Uva explicó que la adolescencia ha cambiado con el paso de los años, aunque aún conserva su esencia, que está relacionado con la creación de una identidad frente a los cambios físicos y psíquicos, con el despertar sexual (aunque ahora la práctica es más precoz) y con el idealismo que lo lleva a pensar que «puede hacer todo».

«En este contexto aparece algo nuevo, que es la relación del adolescente con las redes sociales. Es un medio fantástico, pero siempre que esté bien usado y, a veces, los adolescentes no encuentran ese límite», aseguró el Dr. Norberto Uva.
En ese sentido, comentó que «hay chicos que están muchas horas frente a la pantalla y eso es un tema importante para abordar, porque a veces duermen poco y hasta van mal dormidos al colegio».

«Los padres se inquietan al ver esa casi adicción – sostuvo – porque los que se pasan todo el día con la computadora se alimentan mal y tienen menos diálogo con la familia».

El límite entre la utilización de las redes sociales y de la Web para sacarle el máximo provecho y una adicción es muy «finito» e impreciso. Sin embargo, el Dr. Norberto Uva sostuvo que hay algunas pautas para poder detectar cuando el adolescente pasó esa delgada línea.

«Un adolescente, como cualquier persona, tiene una vida personal, social, familiar, deportiva y de estudio. Cuando cumple con todas esas áreas, ese chico también puede tener una tarea relacionada con la computación o las redes sociales», explicó el profesional.

En ese marco, lo preocupante es cuando el joven empieza a resignar esos aspectos de su vida cotidiana para estar más tiempo frente al monitor u a otro dispositivo.

«Cuando el chico cumple con todas esas premisas, puede usar las redes sociales con un límite de tiempo y calidad, y sabiendo quién está del otro lado», recomendó.

«Las redes son muy ricas porque pueden ser una fuente de cultura y de información – sostuvo el Dr. Uva – pero no creo que sean una fuente de amistad como sostienen incluso algunas personas mayores que utilizan Facebook».

«Mediante las redes la gente no se comunica, sino que se contacta. Puede ser que de un contacto surja una amistad, pero no es algo frecuente. La amistad es otra cosa», sentenció el Dr. Norberto Uva.

«Por ello -añadió- los padres deberían enseñarles a sus hijos la diferencia entre un contacto y una amistad».

Lograr enseñarles a los adolescentes tampoco es una tarea fácil porque «cuando los chicos ven que los padres se meten en esas cosas sienten que los controlan y no les gusta, pero tienen que comprender que el amor es una función de cuidar, que se cuida lo que se quiere».

«Para los padres es muy difícil hablar de algunos temas, como el sexual, porque la información que tienen es de otro tiempo y, probablemente, no coincida con la información que tienen los chicos», afirmó el Dr. Norberto Uva.

Para acortar esa brecha generacional, el profesional propuso que los padres aprendan a «acompañar», hacer el acompañamiento de los chicos.

«Todo esto de las redes sociales, que es formidable, tiene sus riesgos y en especial en los chicos, porque son personas en formación, que tienen que crear su identidad y una de las características de ese proceso es la duda o la inseguridad», remarcó.

«El adolescente puede hacer facha, hacerse el seguro, pero en el fondo no lo está – manifestó – porque está accediendo a toda una forma de vida que no sabe bien cómo la va a manejar ni cómo va a resolver ciertas cuestiones».

El Dr. Norberto Uva comentó que dos de las preguntas básicas que se hace el adolescente es quién es, respecto a los cambios psíquicos, físicos y sociales y, cerca de los 18 años, quiere saber dónde se para en este mundo.

«Se dan cuenta de las dificultades que tienen para alcanzar una profesión o trabajar – detalló – cuando éramos jóvenes pensábamos en cambiar las estructuras y al mundo, hoy muchos se preguntan cómo van a subsistir en este mundo».

En tanto, sostuvo que hay gente, y más los adolescentes, que tiene dificultades para hablar cara a cara y sin embargo en las redes o por teléfono habla muchísimo, se desinhibe.

Sin embargo, hizo hincapié en que la verdadera riqueza de la comunicación, por lo general, está en el «cara a cara». «Gracias a Dios que es así, de lo contrario la comunicación interpersonal desaparecería y hablaríamos todos a través de las máquinas», manifestó.

«Como todo esto entraña riesgos y peligros, es bueno que los padres siempre machaquemos sobre los principios morales para que los chicos estén mejor defendidos frente a las agresiones que puedan enfrentar», dijo el Dr. Norberto Uva.

El trabajo de padre y madre de hoy es mucho más complicado que en otras épocas, por lo que el Dr. Uva reiteró la necesidad de estar junto a los adolescentes en ese proceso de cambio y tratar que se desarrollen en los otros ámbitos de la vida.

«Hay que acompañarlos, llevarlos de la mejor manera posible y desarrollar los otros aspectos de la vida, como el cultural, el social y el familiar, porque esas cosas alejan al adolescente de cualquier tipo de exceso», puntualizó.

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