La invención del automóvil es uno de los mayores inventos de todos los tiempos, debido al profundo impacto que produjo en las vidas humanas y en el desarrollo social y tecnológico.

El automóvil es un elemento imprescindible para las sociedades modernas. Por lo tanto, es indudable que la tecnología automotriz debe evolucionar con el conjunto de la sociedad.

La incorporación de las computadoras para el control de las funciones de los vehículos abrió un nuevo espacio para la incorporación de nuevas prestaciones que, hasta hace unos pocos años, eran impensadas.

La inyección de combustible, los controles de aceleración y el control del consumo y rendimiento del motor son algunas de las funciones de los autos que son controladas por su pequeña computadora.

Con la instalación de los sensores de proximidad en los paragolpes traseros se le dio al conductor la posibilidad de tener un mejor control de la distancia al vehículo que tiene detrás, al momento de estacionar.

Como una evolución al uso de estos “ojos electrónicos”, Mercedes-Benz lanzó al mercado en 2009 el sistema de ayuda activa Advanced PARKTRONIC, que ofrece una función completamente automática para su modelo Clase B que estaciona el auto igual de rápido y de bien que lo haría un conductor experimentado, incluso en condiciones difíciles.

La firma sueca Volvo tiene como objetivo para el 2020 que nadie resulte lastimado en caso de un accidente a bordo de uno de sus autos. Como parte de este plan, está desarrollando tecnologías que asistirán a los conductores sin dejar que éstos conserven el control de su vehículo

Actualmente, las empresas automotrices están desarrollando dispositivos de seguridad que utilizan señales avanzadas de redes inalámbricas, así como sistemas de posicionamiento satelital (GPS), para permitir que los vehículos se comuniquen entre sí en las calles y rutas, y así tener un mejor control del entorno en el que el vehículo se está moviendo.

El objetivo de estos desarrollos es lograr que los automóviles puedan enviar mensajes para advertir a sus conductores sobre posibles colisiones. Así, si un auto detecta un peligro potencial, advertirá al conductor para que tome las medidas necesarias para evitarlo.

Sin embargo, todas estas tecnologías no deben restarle control al conductor. La “inteligencia” del auto debe funcionar como un apoyo, y ésta sólo tomará el control cuando una colisión fuera inminente. Por ejemplo, la computadora podría alertar al conductor cuando la distancia entre autos es muy corta o podría monitorear niveles de distracción, pero ya cuando un accidente es inevitable accionaría los frenos automáticamente.

La tecnología busca prevenir colisiones que involucren el cambio de un carril a otro, el acercamiento a un vehículo detenido o el avance hacia una intersección en la que otro vehículo no se detiene ante una luz roja.

Las compañías automotrices están trabajando en esta tecnología desde hace casi una década. Varios fabricantes son parte de un consorcio que comparte información sobre los sistemas para evitar colisiones, incluidos General Motors, Toyota y Mercedes Benz.

Los sistemas, que advierten a los conductores mediante sonidos y luces en el tablero del auto, estarían listos para los automovilistas entre los próximos 5 y 10 años.

Según los estudios desarrollados por las empresas automotrices esta tecnología, de ser instalada en suficiente cantidad de vehículos, podría reducir significativamente el número de accidentes viales, evitando miles de muertes.

Claro está que para que esta tecnología sea eficaz, es necesario que haya estándares internacionales. Una cooperación creativa entre autoridades viales y otras partes de la industria automotriz, y un objetivo común de todas las partes involucradas son necesarios para que el impacto sea profundo y los resultados, notables.

Ingeniero Fabián H. Montefinal
Gerente General
Excelan Automación S.A.
fmontefinal@excelanautomacion.com.ar
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