La reprogramación conductual, eje para combatir la obesidad

Dra. Noemí Lago, fundadora y directora del «Grupo Podemos».

La problemática de la obesidad puede ser abordada desde diferentes miradas a la hora de intentar combatirla. Algunos se ponen como objetivo comer menos y otros comer más sano o sumar a su vida actividad física para quemar grasas y calorías.
En tanto, hay una visión de esta temática que va más allá de una dieta alimentaria y se aboca a trabajar sobre los cambios culturales. En ese sentido, la cardióloga Dra. Noemí Lago, fundadora y directora del «Grupo Podemos», destacó la importancia de trabajar en una «reprogramación conductual» que le permita al individuo modificar los hábitos que lo conducen a la obesidad.

En ese marco, la especialista remarcó la diferencia entre la alimentación y la nutrición. «La alimentación es todo lo que nos han transmitido que debemos comer, consiste en la selección, preparación e ingestión de sustancias, los fines pueden ser nutricionales o psicológicos, (ganas de comer o beber tal sustancia), mientras que la nutrición se trata de la obtención de principios alimenticios que se van a integrar a nuestro cuerpo», puntualizó.
La alimentación es un acto voluntario consiente, en el que se eligen y se preparan las sustancias que se van a ingerir.
Por el contrario, la nutrición es un acto involuntario y consiste en todos los fenómenos que ocurren después de la ingesta, (digestión, absorción, metabolismo, excreción) con el fin de aprovechar los nutrientes que poseen las sustancias que ingeridas.

Un nutriente es un producto químico que se encuentra en los alimentos y que, a través de diferentes procesos, es tomado por las células para su supervivencia.
En el «Grupo Podemos», que funciona en la Sociedad de Fomento «Villa Spínola» de Lanús Oeste, la charla introductoria es acerca de los diferentes niveles de la composición corporal.

«Uno ve un cuerpo entero, pero somos un conjunto de átomos. Tenemos una estructura orgánica en la cual esos átomos empiezan a integrarse en lo que son las moléculas y, éstas, conforman células y tejidos, que luego se constituyen en los órganos que componen el cuerpo», explicó la Dra. Lago.

«El primer principio a que entender es que tenemos que preservar la proporción, en calidad, cantidad y en ubicación de las estructuras corporales -agregó- ahí hablamos de nutrición, por lo tanto tengo que tomar de la naturaleza todos los átomos que van a volver a integrarse en el cuerpo».

El ingreso de nutrientes al cuerpo permite mantener esa estructura de una manera correcta, por lo que el segundo paso es diferenciar entre nutrirse o, simplemente, sacarse el hambre.

«El hambre es un mecanismo de defensa que ayuda a la supervivencia, el cuerpo avisa que tengo que nutrirme para mantener la estructura», resaltó la Dra. Noemí Lago.

Cuando en el «Grupo Podemos» se habla de «reprogramación cultural», se refiere a diversas conductas que uno fue asimilando como «mandatos» pero que con el paso del tiempo y el desarrollo de la ciencia le fue jugando en contra al individuo.

La Dra. Lago citó a modo de paradoja lo que sucedió con uno de los mecanismos que tiene el cuerpo para sobrevivir, la resistencia a la insulina, la cual, a pesar de producir efectos patológicos si está descontrolada, permite atesorar grasa, reservas.

En otra época, esto no era un problema, sino un beneficio que ayudaba a superar los periodos en los que faltaba alimento. Además no existía el sedentarismo, por lo que era necesario caminar para recolectar el alimento, y la expectativa de vida rondaba los 50 años o menos. Ante esa realidad, no se evidenciaban claramente las enfermedades de la sobrealimentación.

Hoy en día, no solo se incrementó esa expectativa, sino que además la industrialización de los alimentos hizo que no haya que hacer mucho esfuerzo para conseguirlos: alcanza con abrir la heladera.

En síntesis, hay menor «quema» de grasas y entre 20 y 30 años más, promedio, de acumulación. «Esa grasa se acumula en lugares distintos a los que tenia preparado el organismo para el acopio», señaló la profesional.

«A diferencia de respirar, alimentarse en un acto voluntario -sostuvo- por ende, necesitamos una educación para que esa alimentación sea con nutrición».

Catorce años de un trabajo interdisciplinario
El «Grupo Podemos» nació hace 14 años de la mano de la Dra. Noemí Lago y de un grupo interdisciplinario de profesionales, con el objetivo de controlar los factores de riesgo de los enfermos cardiológicos.

«Los pacientes llegaban a mi consultorio por hipertensión arterial, por insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, diabetes o colesterol aumentado, pero generalmente la mayoría de los pacientes tenía sobrepeso y terminamos tratando también la obesidad», aseguró la Dra. Lago al referirse a los comienzos del grupo.

Al respecto, comentó que la definición de obesidad fue cambiando con el tiempo y lo que antes era tomado como un mero aumento de la masa corporal, hoy se va ampliando a un trastorno neuro-endócrino, con señalizaciones complejas entre el cerebro y los demás órganos, cuya consecuencia es el aumento de la grasa corporal, a menudo la disminución de la masa muscular y la suba en el peso, situación iniciada y/o mantenida por el disbalance entre la ingesta, el gasto calórico y la calidad de la alimentación.

«Ya no es grasa acumulada en un lugar -remarcó- sino que tiene una connotación general en el cuerpo, con señalizaciones que intervienen entre lo que es el cerebro y el resto del metabolismo».

Otra de las cuestiones que tiene en cuenta el Grupo es la relación «adictiva» o «costumbrista» que se termina generando con la forma de comer y con la cantidad.

«Tendríamos en ese caso un problema metabólico de acopio y otro de placer y recompensa, enmarcado en la cultura a la que pertenecemos, en la cual, utilizamos como sustancia generadora de bienestar, la ingesta de comida, por eso el tratamiento tiene que ser multidisciplinario», aclaró la Dra. Lago.

«Los cambios culturales son paulatinos y puede llevar un tiempo eliminar la sustancia teóricamente adictiva -sostuvo Lago- por eso tal vez no controlamos tanto la porción, sino que sacamos ese elemento para recién luego disminuir las calorías».

A la hora de hablar del tratamiento para lograr ese objetivo, la Dra. Noemí Lago resaltó que hay tantos métodos como personas, porque no existen dietas ni pautas generales, sino que cada paso a seguir tiene que ver directamente con cuestiones individuales.

«Los tratamientos están en controversia, hay personas que quitan los hidratos de carbono, otras que determinan dietas proteicas, otros no suprimen de la ingesta ningún alimento y controlan la porción, otros cambian la proporción de los nutrientes. No existen tratamientos generales, pero lo que sí existe y es la educación permanente de las personas en cuanto a la concientización de la ingesta alimentaria y el aumento del ejercicio físico, ambos son actos voluntarios.», puntualizó.

Lago comentó además que, en la actualidad, la obesidad tiene características de epidemia y que se debe a que hay una utilización errónea de un mecanismo de defensa que tiene el propio organismo, cuya consecuencia inmediata es una ingesta desmedida de alimentos que, sumado a un sedentarismo obligado, provoca el aumento de peso.

«Se está determinando, mediante la investigación, qué es lo más adecuado para contrarrestar la epidemia -añadió- lo que sabemos es que la obesidad se trata con los cinco puntos: dieta controlada, planificación en las comidas, tener una actividad física adaptada a la persona y hacer una reprogramación conductual».

«El hambre es fisiológico, es un mecanismo de defensa cuando a mi me está faltando algún elemento, pero las ganas de ingerir es cultural -afirmó- por lo que hay que volver a aprender a nutrirse y tomar conciencia que el cuerpo es lo que uno es y lo que coma va a formar parte de él».

A través del «Grupo Podemos», Lago y un equipo de profesionales están trabajando para que la gente cambie de estilo de vida.

«No es algo que se logre de un día para el otro. La reprogramación conductual lleva tiempo y los pacientes se dan cuenta a medida que la van haciendo», enfatizó la Dra. Lago.

Los interesados en sumarse a este nuevo cambio de hábito podrán solicitar más información al 4208-6724, o bien acercarse a la Sociedad de Fomento Villa Spínola, en Enrique Fernández 750 (Lanús Oeste) los días de reunión: los lunes a las 19.30, los miércoles a las 14 y a las 19.30 y los sábados a las 14.30 horas.

Equipo de Profesionales del «Grupo Podemos»
El «Grupo Podemos», que dirige la Dra. Noemí Lago, está integrado por
médicos (Dr. Oscar Agustoni y Dra. Romina De Luca), psicólogos (Lic. Vivian Salvio), nutricionistas (Lic. Laura Di Franco) y profesores de educación física (Lic. Raul Córcico y Lic. Marisa Briasco), como así también por un responsable del asesoramiento en provisión y realización de viandas (Sra. Rocio Arienta).

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