La poca difusión del tango

Escribe Roberto Díaz.

¿Qué intereses muy fuertes presionan en las emisoras radiales y televisivas para que no encontremos programas dedicados al Tango?

¿Qué significa este “ninguneo” sobre los temas actuales del Tango que el público no tiene oportunidad de conocer?

¿Por qué se obvian, en la mayoría de estos programas (salvo las honrosas excepciones de siempre) la difusión de los artistas actuales, de los intérpretes, músicos y poetas actuales, dedicados al género?

¿Por qué el público no exige que se renueve el repertorio del Tango cuando, sí, lo exige en otros géneros?

Estas son algunas de las preguntas a hacerse porque el cuadro de situación para el Tango en la actualidad, es de mucha precariedad y una falta atroz de trabajo para los artistas que lo cultivan.

Pruebas al canto: hay muchos músicos que emigran y van a buscar a Europa los ingresos que no encuentran aquí. Mientras el Tango es respetado y valorado en otras latitudes, aquí se lo hace desaparecer de la difusión.

En una radio dedicada al tango, es imposible escuchar un mínimo porcentaje de temas actuales. Todo es una apelación a la nostalgia, repitiendo las mismas anécdotas y la misma historiografía de siempre, de labios de algunos difusores trasnochados que apelan a repetir cosas que, ya, son, como mínimo, de séptima mano.

Y además escuchamos dislates en boca de pretendidos y “sesudos” apologistas capaces de decir que la imagen de Discépolo de “la biblia y el calefón” en su célebre “Cambalache”, se debe a que el calefón y la biblia convivían en el baño; la biblia usada para menesteres improcedentes.

Esta barbaridad se dice por los medios de comunicación y de labios de gente supuestamente “apta” para dar una versión auténtica del género.

La degradación sistemática del género popular entre nosotros, permite estas aberraciones. Mientras tanto, el microcentro de la Capital se llena de turistas que vienen en busca de literatura y producciones musicales de tangos. Desde luego, los mercachifles de los locales de venta, colocan aquello que le es más redituable como ese engendro del “tango electrónico”.

Mientras muchos hipócritas se llenan la boca hablando del Tango, éste no levanta vuelo. No hay trabajo para los intérpretes, no hay difusión adecuada de las nuevas producciones, hay un escamoteo permanente a que la gente se entere de los nuevos Tangos. Y para esto, hay un grupo importante de músicos, poetas y cantores que trabajan para que así sea.

Es indudable que “una mano negra” impide el despegue del único género musical y poético que nos da identidad en el mundo entero.

Es una pena y una vergüenza que esto suceda y que se nos birle la posibilidad de escuchar nuevas bonitas entregas de labios de intérpretes jóvenes e idóneos.

Y con todo el respeto que nos merece la historia de este género, apelamos para que se renueve su repertorio, dándole cabida a los que están vivos y trabajando para el bien de esta música popular.

pepecorner@hotmail.com

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