El Negrito vive
La escuela Nº 504 de Educación Especial de nuestra ciudad, en un acto público en la calle el martes 30 de noviembre a las 10 hs, cambiará de nombre y adoptará el de Floreal Avellaneda. Escribe Horacio Ramos. (En la foto, Floreal Avellaneda).
Uno de los cadáveres tenía un tatuaje igual a uno que tenía el Negrito Avellaneda. Estaba atado con sogas y tenía signos de haber sufrido fuertes torturas; probablemente muerte por empalamiento. El abogado del matrimonio Avellaneda pidió las huellas dactiloscópicas. El cuerpo fue identificado. Cuando se comenzaron los trámites de extradición, en el cementerio del Norte informaron que el cadáver no estaba más. Había desaparecido.
Con este fragmento escrito seguramente desde el dolor, luchando con el arma de la memoria para enfrentar la estrategia sinuosa del olvido, Marina Mapelli y Daniela Giannini, diseñaron su libro Floreal `Negrito Avellaneda, texto lacerante que rescata la figura de un adolescente empapado de sueños que trataba de canalizarlos militando en la Federación Juvenil Comunista. Así también describe el vendaval de horror que, en una de las etapas más oscuras de nuestra historia, azotó el rostro de la Patria. Pero, ¿quién era el Negrito Avellaneda? Un pibe del norte del Gran Buenos Aires, que fuera secuestrado a los quince años por los esbirros de la dictadura militar el 15 de abril de 1976 en su casa de Munro, y arrojado, días más tarde, a las aguas del Río de la Plata en uno de los operativos conocidos como vuelos de la muerte. Al recorrer la sinrazón de esta tragedia argentina, este rasgo cruel del genocidio ocurrido en nuestro país, y descubrir la perfidia que desgarró la vida del Negrito, uno siente la necesidad de poner su alma de pie y apedrear a gritos los cristales de la impunidad. No hay perdón para tanta infamia, sólo resta exigir la definitiva entronización de la Verdad y la Justicia. No obstante, regocija la sangre, el saber que una escuela de nuestra ciudad, la Nº 504 de Educación Especial, ubicada en Luis M. Campos 2974 de Sarandí, en un acto público en la calle el martes 30 de noviembre a las 10 hs., cambiará de nombre y adoptará el de Floreal Avellaneda. La comunidad educativa de ese establecimiento (docentes, padres y alumnos), a fines del año pasado y en votación democrática, tomó esa decisión que la enaltece. Al saludar esa actitud, uno no puede menos que sentirse conmovido por un homenaje tan significativo que agrega un lauro más a las nobles tradiciones de Avellaneda. Asimismo, nos confirma una vez más, que nada está perdido.
Horacio Ramos.
Escritor y periodista, integra el Consejo de Redacción de la revista Tesis 11, y dirige el periódico digital Nuevos Aires, editado en Avellaneda.