El Hospital de Wilde continúa con su programa de «Salud Integral del Adolescente y su Familia»

Desde 2003, brinda asistencia y asesoramiento a jóvenes, padres y docentes. En la foto las profesionales Viviana Soula, Ana Clara Giménez, Analía Pérez y Elisabet Radler llevan adelante el programa de «Salud Integral del Adolescente y su Familia».

Con el objetivo de trabajar en el desarrollo integral de los jóvenes y abordar sus diversas problemáticas, desde el año 2003 funciona en el Hospital Municipal de Avellaneda «Dr. Eduardo Wilde» el programa de «Salud Integral del Adolescente y su Familia».

Mediante charlas, talleres de reflexión y consejerías, el equipo de profesionales que integran las doctoras Analía Pérez, Elisabet Radler y Viviana Soula, y la licenciada Ana Clara Giménez asiste a los adolescentes y a su entorno sobre salud sexual y reproductiva, crecimiento y desarrollo, acne y cuidados de la piel y adicciones, como así también en trastornos alimentarios y en la conducta.

«El programa surgió por una demanda de la comunidad, cuando en 2002 se acercó el gabinete de la Escuela Media Nº 2 con una problemática que no podían resolver, que era el aumento del embarazo adolescente en la institución», explicó la Dra. Analía Pérez, coordinadora del proyecto y Directora Asociada del hospital.

Ante el requerimiento, la doctora Elisabet Radler, como jefa de Ginecología, junto a la licenciada Silvina Raffa hicieron un taller en la escuela y, a partir de ese momento, fue naciendo un programa que ya lleva ocho años de ejecución.

«Con el tiempo, le agregamos también la actividad docente, para darle un marco más completo, que nos llevó a trabajar en la capacitación para multiplicar nuestra tarea», comentó la Dra. Viviana Soula, psicóloga y Secretaria Técnica del Hospital.

Por otra parte, la psicóloga de adolescentes Lic. Ana Clara Giménez, explicó que llevaron adelante una investigación interdisciplinaria en la que realizaron alrededor de mil doscientas encuestas en tres escuelas Medias de la zona (las Nros. 2, 9 y 10) para hacer un estudio descriptivo psico-biosocial.

«Tratamos de indagar acerca de los hábitos de los adolescentes, sus riesgos, sus fortalezas, sus vulnerabilidades, qué saben y qué no, y cómo viven. Son como setenta variables y si no fuera por las colaboradoras, las licenciadas Tamara Giudici y Romina Machado, no hubiésemos podido hacerlo», expresó la Lic. Giménez.

«Nuestra idea es seguir trabajando también en la investigación y ampliar el programa a todas las escuelas de Avellaneda», agregó la Dra. Elisabet Radler.
Por ello, en mayo comenzarán a dictar el quinto curso anual de posgrado sobre salud integral del adolescente. «Es interdisciplinario, con la participación de profesionales de distintas especialidades y gabinetes de las escuelas, porque si bien es un posgrado, pueden participar todos aquellos que trabajan con adolescentes», explicó Lic. Ana Clara Giménez.

Diferentes variantes para ayudar
Las actividades que se realizan mediante este Programa son variadas, pero en líneas generales pueden dividirse en tres grupos: salidas comunitarias, talleres y asistencial.

«En cuanto a lo asistencial, el Hospital está preparado en estos momentos para recibir a adolescentes de diversos grupos sociales, en especialidades básicas como ginecología, psicología, clínica médica y clínica adolescente, entre otras, explicó la Dra. Pérez.

Los chicos podrán acercarse de lunes a viernes al Hospital de Wilde, ya sea solos, con familiares, docentes o amigos, o incluso pueden venir solamente los padres para consultar sobre diversos temas.

Asimismo, los lunes a las 11.30 horas, se desarrollan las «consejerías», donde adolescentes con problemáticas similares conversan con los profesionales en busca de soluciones, para lo cual alcanza con acercarse en forma espontánea, sin turno previo.

«Vienen por una orientación, no es una consulta médica. Si la consejería lo resuelve, el tema quedó ahí –agregó la Lic. Giménez – y nos manejamos dentro un marco legal, por eso atendemos a mayores de catorce que pueden venir solos».

«Si el chico tiene menos de catorce se lo escucha y se lo atiende, pero si hay que darle un diagnóstico u otras cosas importantes debe venir con un adulto responsable», aclaró la Dra. Viviana Soula.

Consultada sobre las temáticas más comunes que tratan, la Lic. Ana Clara Giménez remarcó que son fervientes defensoras de la adolescencia saludable y que la mayoría de las consultas tienen que ver con la crisis vital.

«Son crisis propias de la vida y son saludables, tiene que ver con temas relacionados con el crecimiento y la comunicación en la familia. A veces vienen padres diciendo que le cambiaron al hijo, que antes no contestaba así, que anticonceptivos si, que anticonceptivos no… pero esas son cosas que tienen que ver con la salud y no con la enfermedad», agregó la psicóloga.

«Esto no significa que no hubiera casos donde tengamos que preocuparnos porque hay algún tipo de patología -sostuvo Giménez- pero la mayoría son cosas que tienen que ver con la edad, si no transitan por estas etapas no serían adolescentes saludables».

En ese sentido, coincidieron en darles a los adultos algunas herramientas para poder acompañar a los chicos en esa etapa. «A veces se habla de límites, pero éstos no se fijan diciendo que no, límite es que los adultos nos banquemos la angustia adolescente, los cambios del crecimiento, y podamos acompañarlos en ese crecimiento», enfatizó la Dra. Pérez.

«Tenemos que contenerlos desde una posición asimétrica, porque no somos amigos del adolescente -añadió la coordinadora el Programa- sino que somos adultos que podemos bancarnos sus conflictos y sus angustias».

Sin duda, cuando un hijo llega a la adolescencia no es sólo él quien está comenzando a vivir una etapa nueva, sino también sus padres, quienes van perdiendo su lugar de poder.

«Durante la infancia, los padres ocupan un lugar de absoluto poder, pero en la adolescencia caen -explicó la Lic. Giménez- como a nadie le gusta resignar el poder y ponen resistencia cuado el chico de alguna manera destrona al rey y comienza a disputarle el lugar».

«Madurar los afectos es también lo difícil, porque desde la conciencia es fácil porque uno lo habla como algo lógico. A veces los padres que no pueden afrontar la crisis, no pueden madurar tampoco»; sostuvo la Dra. Radler.

«Los dos están pasando a una nueva etapa -añadió la Dra. Soula- lo que hay es un gran desprendimiento para volver a reencontrarse, ya con otros padres y con otros hijos»

Más allá de las rebeldías típicas de la edad, un motivo de consulta por parte de los adolescentes es por una cuestión de imagen, que es algo que en la sociedad está muy internalizado.

«A veces los padres traen su preocupación a la consulta de sus hijos, cuando en realidad el adolescente no tenían ningún problema. Al adolescente hay que saber escucharlo y la información sola no sirve, tiene que ser para educar», sostuvo la Dra. Pérez.

La sociedad y los adolescentes
El paso de los años, las costumbres y los cambios sociales y económicos producen que cada época histórica tenga una adolescencia distinta. «Durante los últimos veinte años, los mercados han convertido a los adolescentes en un objetivo muy claro, la sociedad se adolentizó», expresó la Lic. Giménez.

«La adolescencia es parte de la vida y de esta sociedad, y cada época histórica tiene la adolescencia que su sociedad puede soportar -agregó- los del ’50 comparados con esta etapa son nenes de pecho, pero eran rebeldes igual, y si llevamos a los de hoy a esa década nos meten a todos presos».

«También la velocidad con que llega la información a una casa tuvo que ver mucho con los cambios en la sociedad», resaltó la Dra. Analía Pérez.

Por ello, el Programa también se vale de las redes sociales y la tecnología para llegar a todos lados con la asistencia, el asesoramiento y la prevención. «Si uno utiliza las herramientas en forma adecuada, sirven para llevar a un lugar donde está el adolescente, porque no podemos esperar que vengan solos a nosotros», afirmaron.

Con respecto a cómo ven la tarea que desarrollan con los adolescentes actuales, la Dra. Viviana Soula aseguró que la satisfacción que les produce trabajar con ellos es mayor a la que le dio toda la carrera.

«Porque mirar la adolescencia es mirar lo psicológico, lo biológico, lo social. Así debería ser, pero tenemos una medicina que es biologisista, separada de la psicología por ejemplo», comentó la Dra. Soula.

«Además no nos capacitan para trabajar en la interdisciplina, es algo que se aprende -remarcó Pérez- nosotros lo hemos aprendido trabajando nuestros propios prejuicios y nuestros propios mitos como profesionales».

Al respecto, la Lic. Giménez comentó como, ante un embarazo adolescente, la mirada adulta lo ve como un problema, pero «tal vez esa chica lo buscó y tenía el deseo de tener un hijo; sin olvidar que somos adultos, tenemos que dejar de tener esa mirada adultocéntrica».

«Los problemas se pueden resolver de distintas formas, lo que tenemos que mostrarles es que hay diversas opciones -resaltó la Dra. Elisabet Radler- vivimos tomando decisiones y el tema es hacerse cargo y ser responsable de esas decisiones».
Finalmente, las integrantes del Programa de Adolescentes del Hospital de Wilde hicieron hincapié en la necesidad de capacitar a los adultos para detectar los problemas. «Siempre pueden recurrir a este equipo, incluso vienen padres y docentes que están preocupados por actitudes o conductas de un grupo determinado», remarcó la Dra.Pérez.

Jornada hospitalaria
El 28 de abril, el hospital «Dr. Eduardo Wilde» será sede de las «Jornadas Interhospitalarias» donde se reúnen todos los profesionales que están abordando las problemáticas de la adolescencia para conocerse, para ver cómo se está trabajando en cada lugar y para armar una agenda de recursos.

La jornada incluye también a los hospitales Evita de Lanús y el Gandulfo de Lomas, donde ya se realizaron jornadas similares.

«La idea de Región Sanitaria VI es armar esa agenda para que esté en Internet y los adolescentes puedan ver adónde ir ante un problema puntual. Ese es el desafío», remarcó la Dra. Analía Pérez.

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