El Gobierno dispuso aumentos de hasta $150 en las tarifas de gas y luz

Regirán desde el 1° de noviembre y están destinados a financiar obras de extensión de la red, anunciaron Julio de Vido y Axel Kicillof. Las distribuidoras no recibirán fondos extras. Continuará vigente el esquema de subsidios. Comercios pagarán hasta $300 más

El gobierno nacional anunció aumentos fijos en las tarifas de gas y luz para financiar las obras de infraestructura en estos servicios. El nuevo esquema tarifario, que rige desde el 1° de noviembre, se aplicará con montos fijos, que irán desde $4 a $150 por bimestre en el consumo residencial de luz para el áera metropolitana; y de $4 a $60 bimestral en el consumo residencial de gas para casi todo el país. En la actividad comercial las subas llegan hasta $300 por cada servicio cada dos meses.

Según anunciaron, se contemplarán ocho excepciones para el incremento: las personas que necesiten de tratamientos electrodependientes, las viviendas con varias familias bajo un mismo techo, los hogares con planes de viviendas sociales, las personas que reciben servicios asistenciales, las construcciones desfavorables, aquellos que sufran de enfermedades crónicas o incapacidades, los casos especiales de ingresos insuficientes y las personas que se postulen voluntariamente para no pagar el aumento.

El viceministro de Economía, Axel Kicillof, señaló que, más allá de los incrementos fijos anunciados, el Poder Ejecutivo continuará con el actual esquema de subsidios “para mantener la competitividad y el poder adquisitivo de los trabajadores”.

Por su parte, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, advirtió que todo lo recaudado irá a dos fondos de inversión que cobrará el Estado nacional para que luego las concesionarias del servicio (Edenor y Edesur) realicen obras gasíferas en todo el país y de infraestructura eléctrica en el norte y sur del Conurbano y en el sur de la ciudad de Buenos Aires.

“Sabemos perfectamente bien lo que hay que hacer, no necesitamos que nos lo digan las empresas”, advirtió, en referencia a los usuales reclamos de las concesionarias por aumentos de tarifas.

En ese sentido, el ministro de Planificación Federal aclaró que será “el Estado con los intendentes y no las compañías” quienes decidirán el destino de las obras. “Las empresas tienen que hacer lo que nosotros les digamos”, sostuvo.

Además, Kicillof recordó que “mantener tarifas baratas” se “traduce en un incremento del salario”. “Empecemos a llamar las cosas por su nombre: el subsidio a la luz y el subsidio al gas es salario indirecto”, reclamó.

El funcionario aprovechó la ocasión para apuntar contra los gobiernos provinciales que incrementaron las tarifas de electricidad cuando las dependencias nacionales no lo hicieron. “Cuando generamos energía barata, se la damos a través de las transportadoras, de Cammesa, que la vende a las distribuidoras a través de las transportadoras. Algunos vivos suben las tarifas energéticas de manera que pega en el bolsillo de los consumidores y en la competitividad empresaria para engrosar los bolsillos de las provincias”, cuestionó.

A modo de ejemplo de las virtudes de los subsidios, el funcionario indicó que en la actualidad, el consumo mínimo de gas significa -en promedio- un 0,28% de los salarios.

El viceministro de Economía destacó también la actual estructura de costos. Según recordó, hasta antes del incremento, una persona que cobra el Salario Mínimo, Vital y Móvil ($2875) paga en total $26 por el gas y la electricidad, recibiendo un subsidio de $60, mientras que una persona casada con dos hijos y un salario de $10.000 abona alrededor de $123, con una compensación de $332.

A raíz de esto, Kicillof esbozó una defensa del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, tan cuestionado en los últimos días por gremialistas y opositores. Según recordó, los salarios que empiezan a pagar el gravamen abonan “$46, pero el Estado se lo devuelve en subsidios y con creces”.

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