Dra. Agustina Alessandro: «Todavía falta tener conciencia sobre la necesidad de donar sangre»

La Jefa del Servicio de Hemoterapia del Hospital Pedro Fiorito explica la importancia de este gesto altruista que ayuda a salvar vidas. En la foto Dras. Mercedes Ibarra, Elvira Barbera y Agustina Alessandro.

Donar sangre significa, ni más ni menos, que salvar vidas. Sin embargo, aún la comunidad no tomó conciencia de la importancia de este gesto altruista y se necesita reforzar las campañas de difusión para conseguir donantes voluntarios.

En ese marco, la Organización Mundial de la Salud instauró el 14 de junio como «Día Internacional del Donante de Sangre» y la Argentina fue elegida como sede de las celebraciones.

Ese día, el Servicio de Hemoterapia del Hospital Pedro Fiorito realizó una jornada de concientización en la cual salieron a pedir una mayor cantidad de donantes que lo habitual y, como agradecimiento, ofrecieron un desayuno especial a los voluntarios.

  «Esto mismo hacemos cada 9 de noviembre, que es el Día del Donante Voluntario, junto a una maratón en la que colabora la Asociación Atlética Osvaldo Suárez», comentó la titular del Servicio, la Dra. Agustina Alessandro.

  «También colaboran el Centro Comercial de Gerli, las Payasas Solidarias y el Bingo Avellaneda, esperemos que se sigan sumando más», agregó.

Pese a los esfuerzos, la Dra. Alessandro remarcó que las campañas de concientización aún son insuficientes, porque la gente todavía no tiene en claro que «este es un elemento que no se puede reemplazar con otra cosa, la sangre va con la sangre y, si se agota, hay que pedir donantes».

«Algunos te dicen que no tienen a nadie o no conocen a nadie y esto es como un banco, si uno va sacando, sacando y sacando, y no pone, se vacía», enfatizó Alessandro.

Al respecto, la secretaria del Servicio, Elvira Barbera, sostuvo que el objetivo que se proponen es tener el banco cubierto ante cualquier situación, no solo para los que están internados, sino para las emergencias porque «primero hay que salvarlos y después pedirles los donantes para reponer».

  «Hay mucha gente que no entiende realmente la necesidad de donar sangre, incluso a veces uno mismo la puede llegar a necesitar en caso de una accidente», afirmó Barbera.

  En cambio, hay otros que son donantes voluntarios y se acercan al Servicio sin necesidad de tener a un conocido en el hospital, incluso se anotan en una planilla para ser convocados en caso de urgencia.

«Uno va a donar porque algún conocido se lo pide, pero todavía falta tener conciencia sobre la necesidad de hacerlo simplemente porque hay una persona, en una cama del hospital, que puede necesitarlo», expresó Alessandro.

  «Hay que tomar conciencia que uno dona para salvar vidas, no solo para un familiar -añadió Barbera- porque ese desconocido mañana puede salvar la nuestra».
Cabe destacar que no solo las cirugías programadas o los tratamientos de determinadas patologías requieren transfusiones, sino que al ser un hospital de agudos, las urgencias son diarias porque los accidentados llegan a su guardia.

«A veces le pedimos a las embarazadas y sienten que las obligamos. Lo que sucede es que a veces no la usan, pero si llegáramos a necesitarla ya la tenemos, se trata de una vida», explicó Barbera.

  «Cuando uno no tiene garantías, tiene que tener prevención -añadió la secretaria del Servicio- porque si el banco no tiene la sangre, la tenemos que salir a pedir a algún hospital de la sexta región sanitaria».

Consultada sobre los motivos por el cual la gente no se acerca a donar en forma voluntaria, Elvira Barbera aseguró que «algunos tienen prejuicios o cierto temor a que cuando analicemos la sangre se detecte alguna serología positiva».

«Algunos tienen miedo a que la aguja no sea descartable o a contagiarse algo, por eso es fundamental que el médico abra la bolsa delante de él -completó la Dra. Alessandro- después estamos para aclarar todas las dudas sobre enfermedades, droga o lo que sea».

Pese a las dificultades para sembrar conciencia, año a año van sumando más donantes, aunque Elvira reconoció que le parece que «hace falta más campaña para decirle a la gente cuál es la realidad en la donación de sangre y por qué tienen que donar».

Según comentó la Jefa del Servicio, el año pasado llegaron a 3.500 donantes, superando los 2500 del año anterior. «Siempre está el querernos superar, pero un problema que tenemos es la falta de personal. Se nos hace difícil atender a más personas porque no tenemos gente», se lamentó la Dra. Alessandro.

En ese orden, la Técnica en Hemoterapia, Mercedes Ibarra, dejó en claro que «si hubiera una campaña permanente y la gente tomara conciencia, también sería un problema porque yo soy la única técnica del área para atender a los donantes y separar los componentes».

«Es muy difícil pasar una guardia con poca sangre en el banco, la verdad que no se lo deseo a nadie», concluyó la Dra. Agustina Alessandro.

El camino de la sangre, del donante al receptor
Los interesados en donar sangre en el Hospital Fiorito podrán acercarse el servicio de Hemoterapia de lunes a viernes de 8 a 9.30 horas, con su documento de identidad.

No es necesario concurrir en ayunas como se hace antes de un análisis. En este caso, el donante podrá desayunar algo sólido con mate o té, evitando las grasas y los lácteos. Asimismo, tampoco deberá ingerir aspirinas, ya que funciona como anticoagulante.

Previo a la extracción, el donante es entrevistado para conocer sus antecedentes y los factores de riesgo y se le controla la presión arterial para evitar complicaciones.

Uno de los requisitos es ser mayor de 18 años, pero no superar los 65 porque, según le explicó a La Ciudad la Jefa del Servicio, después de esa edad «es más difícil reponer la sangre rápidamente y además por lo general están medicados por alguna patología».

Una vez terminada la entrevista previa, el donante pasa al sector de procedimiento para la extracción. «La bolsita que sacamos está preparada para 450 centímetros cúbicos, y en 24 ó 48 horas, el volumen ya está repuesto», explicó Alessandro.

Luego de la extracción, se le entrega al donante un vale para desayunar y una serie de recomendaciones, entre las que se encuentra el tomar mucho líquido durante las primeras 24 horas.

En tanto, la sangre es analizada para determinar si es apta y es almacenada a la temperatura óptima para cada componente.

  «De un donante se obtiene una unidad de glóbulos rojos, otra unidad de plasma fresco, que básicamente son proteínas, y plaquetas que intervienen en el proceso de coagulación», le aseguró La Ciudad Mercedes Ibarra, técnica del área de procedimiento.

Estos componentes se conservan durante distintos términos y temperaturas. Por un lado, los glóbulos rojos se almacenan durante 35 días como máximo, entre 2 y 4 grados; el plasma se congela en forma inmediata tras la obtención y se mantiene hasta un año a veinte grados bajo cero; mientras que las plaquetas se conservan solo cinco días a temperatura ambiente, no inferior a veinte grados.

«Cuando el plazo se vence, se da de baja, se anota en los libros y se incinera, pero la verdad que no sobra nada porque la cantidad de sangre que usamos es menor a la de los donantes», comentó Mercedes Ibarra.

Otra de las Técnicas del Servicio de Hemoterapia del Hospital Fiorito es Verónica Giménez. Ella es la responsable de determinar los grupos sanguíneos y de analizar la compatibilidad de esa sangre con la de los receptores, ya sea para guardia, cirugías programas o pacientes en tratamiento.

«También hago la parte de inmuno para embarazadas y la COOM para las negativas», comentó Giménez. Consultada sobre los tipos de sangre más requeridos, sostuvo que «los que más se transfunden son los cero positivos, después los A, los B, rara vez los A-B, y muy pocas veces los negativos».

El trámite es sencillo, simple. Es ir a un centro de salud, hacer una breve entrevista de rutina y sacarse un poquito de sangre. Solo con eso… se estará salvando vidas.

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