Doña Rosa, madre desde el corazón

Escribe Antonio J. González

Algunas mujeres parece que viven para tener bebés. Otras ven a la maternidad como algo posible, pero no obligatorio. Y siempre están las que (aún sin tener hijos) saben a la perfección cómo cuidarlos, cuándo darles de comer, qué hacer si lloran… En fin, ser mamá, es la posibilidad de elegir. La madre “desde el corazón” es una de esas elecciones con gran contenido humanístico. “Doña María”, “Doña Zulema” o “Doña Rosa” casi existen en todos los barrios. Son conocidas por ese gesto natural y solidario como es alimentar, cuidar y ayudar a crecer a los niños desamparados, sin familia, desprotegidos. Y ese gesto perdura más allá del tiempo y la distancia.

Hay muchas historias que se conocen – todos los días surgen nuevas experiencias de ese tipo- en nuestra ciudad. Una de ellas, fue protagonizada por Doña Rosa Pestile en Sarandi , en los años del ’40 al ‘50.

Por ese barrio pasó una parte de su infancia Néstor Fabián, bajo la protección de una familia y una madre del corazón: Doña Rosa. El niño nacido en San Telmo –Josesito Cotelo- había perdido a su familia y fue adoptado por ella sin ninguna condición previa. Según la historia conocida del que luego sería el cantor popular, Doña Rosa “le borró al pequeño, el resentimiento que le pudo haber nacido por la fatalidad de haber perdido a sus padres y le brindó una niñez feliz”.

Y ésa es la huella indeleble que perdura con el tiempo. El rasgo que distingue esta relación casual, pero voluntaria, que une a una mujer con un niño en la etapa fundacional de nuestras vidas. Y es desde el corazón, desde la sensibilidad humanitaria que albergan las “doñas rosas” que todos los días abren sus alas protectoras.

En este caso particular, registramos que ese gesto “maternal” trascendió, más allá de la fama posterior que alcanzó aquel niño “José Cotelo” en la historia popular del país.

El 26 de julio de 1974 se produce un reconocimiento oficial del municipio a ese gesto de Doña Rosa. El anuario de ese año de nuestro diario registra que “en el despacho del intendente municipal de Avellaneda don Herminio Iglesias, se realiza un emotivo acto en cuyo transcurso el Jefe de la Comuna , en nombre del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, señor Victorio Calabró, hace entrega de una medalla de oro a la señora Rosa Pestile de Rebollo en reconocimiento a su “humanitaria y eficaz acción que despliega a favor de la comunidad local”.

No siempre llega similar gesto oficial porque es un acto íntimo y personal que abarca únicamente a la historia de los niños o bebés que son cobijados bajo las alas de estas “madres desde el corazón”. El sello de estas historias tiene un lugar más importante: el alma sensible de aquellos “hijos del corazón”, cualquier sea o haya sido el derrotero posterior de esos seres marcados por el amor maternal, sin contraprestaciones ni requisitos.

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