Día de la Militancia: Hoy más que nunca

Escribe: Antonio Hugo Caruso.

 

Cuando hablamos de militancia, tenemos que tener una mirada amplia en cuanto al concepto que queremos referirnos. La militancia partidaria es una decisión que debe ser sostenida en el tiempo más allá de las coyunturas temporales que puedan presentarse.

 

El peronismo ha generado este hecho luego del histórico 17 de octubre donde germinó la idea de igualdad e inclusión para todo el pueblo trabajador. Con el posterior derrocamiento del presidente democrático Juan Domingo Perón y el exilio que duró casi 17 años, hubo un movimiento que, con sigilo pero sin detenerse, consiguió que aquella idea primigenia no se perdiera. Fue así como durante la ausencia del líder que había logrado que los trabajadores fueran protagonistas del quehacer político; nos fuimos aunando en la voluntad y el deseo del regreso de Perón. Él desde los diferentes lugares en que estuvo y ya afincado en España, nunca perdió contacto con la gente que deseaba su retorno. Representantes sindicales, intelectuales, artistas, periodistas y representantes de los distintos estratos sociales, fueron para encontrarse y charlar las estrategias políticas que eran adecuadas para el momento histórico que se atravesaba durante los 60 y los 70.

 

Además, una continua comunicación que nunca fue interrumpida – por más difíciles que fuesen los tiempos – permitió mantener vivo el movimiento obrero y los sectores del pensamiento nacional. Debemos detenernos y hacer el recorte histórico correspondiente, ya que es primordial tener en cuenta que los avances tecnológicos de los que gozamos ahora “no existían”. Hacemos hincapié en esto, porque hay que resaltar el mérito de aquellos que con pintadas callejeras, con copias artesanales de las cartas que llegaban con las palabras de Perón, con actos y movilizaciones, acciones de persuasión y difusión de la doctrina, con cintas grabadas que se hacían circular entre las fábricas y en reuniones; cada uno con gran esfuerzo y sin más recursos que los que cada uno pudiese aportar¸ se trabajó para lograr que aquel 17 de noviembre de 1972 bajo la lluvia y sorteando los escollos, miles de militantes se movilizaran a Ezeiza a dar la bienvenida a Juan Domingo Perón a nuestro país. Nació de esta manera el día que hoy conmemoramos.

 

Han pasado las décadas y es momento de realizar una mirada hacia lo actuado. Debemos aunarnos más que nunca. Hoy el país necesita de una militancia con gente de diversas generaciones para poder articular las políticas que logren reunir en un objetivo a la ciudadanía: una vida libre, justa y soberana con igualdad de oportunidades y  trabajo para todos. Para ello, creo que debemos convocar a quienes a lo largo de estos años trabajaron y a los jóvenes que se fueron militando en el justicialismo, para que entre todos podamos lograr el consenso que estamos necesitando en este momento los argentinos. Nuestro objetivo debe ser el fortalecimiento del movimiento nacional social y popular que es el justicialismo.

 

La generosidad y solidaridad ambas deben conformar una columna vertebral para llegar a los objetivos que, acompañadas del diálogo y una escucha atenta nos permitirá dejar el ejemplo a seguir para lograr la paz social, a través de los cambios educativos, culturales y económicos que posibiliten el derecho a la salud, la educación y el trabajo de todos los argentinos. Hoy más que nunca la militancia debe reunirse en consensos que sumen una convivencia solidaria para poder plasmar un futuro promisorio, debemos alzar las banderas de la esperanza, la justicia y el diálogo para bienestar del pueblo argentino.

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