Carlos J. Garobbio, entrega y vocación

Escribe Antonio J. González

 

Ha sido una vida dedicada a servir socialmente en la ciudad que lo vio nacer en 1927. Carlos J. Garobbio, de carácter afable, creció con la capacitación necesaria para emprender tareas comerciales y financieras. Desde los 20 años de edad su rumbo iba en dirección al manejo del movimiento bursátil y la administración de bienes y sociedades. En 1961 contribuyó a fundar la Bolsa de Comercio bonaerense. Estas actividades profesionales no lo distrajeron de su compromiso social en nuestra ciudad y la región porque su rumbo no iba solamente en una dirección, sino que asumió, desde 1945, el compromiso con la educación, la cultura y las bibliotecas populares. Ese año ingresa como asociado a la Sociedad Popular de Educación, entidad básica en la educación y desarrollo cultural en Avellaneda donde Carlos había crecido acompañando a familiares.

 

Más tarde ingresa a su elenco directivo. Cumple allí la misión de sostener los principios que son clásicos en esa prestigiosa institución. Hasta que en 1974 ocupa la presidencia. También  ofrecía sus servicios y trabajos en diversas entidades de Avellaneda. En 1958 fue fundador de la Asociación Cultural Sanmartiniana, además de ocupar la vicepresidencia del Club Pueblo Unido, donde en 1961 ocupa la presidencia.

 

Su interés por la historia local, las entidades y comisiones que impulsan la investigación del desarrollo social, humano y cultural de la ciudad, lo lleva a sumar su tarea a la Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Revolución de Mayo, la Junta de Estudios Históricos municipal, el Instituto Cultural Quinqueliano y el Rotary Club, entre otros compromisos institucionales. Garobbio, desde 1955 ocupa diversos cargos públicos en la provincia, sin abandonar sus raíces en la ciudad natal.

 

En 1972, en un edificio de la calle Alsina N° 173, nace el Instituto Cultural Quinqueliano, bajo la orientación del Dr. Rodolfo Eyherabide  acompañado por  Carlos Garobbio, Bartolomé Chiesino, entre otros. Dos años después se inaugura allí un mural evocativo de Benito Quinquela Martín, realizado por el artista local Humberto Souto. Nada lo distraía, sin embargo, de su compromiso conceptual con la Sociedad Popular. En octubre de 1975, se produce un acontecimiento valioso para Avellaneda: la participación de Borges en un acto literario en esta entidad dirigida por Garobbio. El escritor dio una charla sobre “Cervantes y el Quijote”, con notable repercusión de público.

 

Sirva este recuerdo como homenaje a su permanente entrega al desarrollo cultural, la investigación histórica y el crecimiento de nuestra ciudad, con la conciencia social del bien común, la solidaridad de siempre y la apuesta al compromiso personal que distingue siempre a los grandes protagonistas de nuestra sociedad, aquellos que siguen omnipresentes en el espíritu renovador y lúcido de las actuales generaciones.

 

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