En la Plaza Alsina no existe “la grieta”

Decenas de jóvenes militantes de distintos partidos políticos comparten el espacio con respeto y tolerancia. La plaza de la Democracia

Son tiempos pre-electorales. El domingo 9 de agosto se realizarán las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, donde serán elegidos los precandidatos a presidente, gobernador, parlamentarios del Mercosur, legisladores nacionales y provinciales, intendente, concejales y consejeros escolares.

 

Por ese motivo, las calles de Avellaneda están llenas de afiches, carteles y miles de volantes con propuestas se reparten en mano, con promesas y pedidos a votar por uno u otro partido o agrupación.

 

Todas las tardes, y especialmente los fines de semana, la Plaza Alsina se convierte en un muestrario de mesas, sombrillas y gazebos multicolores con jóvenes rodeándolas. En cada una de ellas esos jóvenes parecen estar montando guardia con papeles en sus manos convocando a los ciudadanos que pasean, compran o simplemente transitan de un lugar a otro de la ciudad, para hacerles conocer lo que la fuerza política en la que militan desean comunicar.

 

Son jóvenes que estudian o trabajan o ambas cosas y ofrecen sus ratos libres a la política porque son de los que creen que es el medio para cambiar las cosas que deben modificarse o para explicar porque la continuidad de las actuales acciones de gobierno es la mejor manera para que los vecinos vivan cada día un poco mejor.

 

No hace tanto tiempo los mayores definían a los jóvenes como desinteresados por los temas nacionales o municipales, egoístas y adoradores de la vida fácil y sin compromisos. Ahora, a muchos de ellos, cada vez más, la política los ha vuelto a enamorar y se entregan a la militancia con entusiasmo.

 

Son además una muestra de convivencia ya que en la plaza, y separados apenas por unos cuantos metros, conviven socialistas, liberales, peronistas, radicales, trotskistas.

 

Cada uno trata de explicar a los ocasionales oyentes que su propuesta es la mejor.

 

Saben que unos minutos después serán tentados por otras, de ideología política diferente, pero aún así respetan al otro que piensa distinto.

 

Entre tanto discurso que habla de la “grieta”, de “división” y de “intolerancia”, los jóvenes de los partidos políticos de Avellaneda vuelven a ponerse al frente con el ejemplo y demuestran que se puede convivir con los adversarios, ya que en definitiva estos no son sus enemigos.

 

Combaten la falta de participación, el desinterés y la desesperanza.

 

La Plaza Alsina es el escenario principal, pero no es el único lugar. Quizás sea tiempo que muchos mayores lo adviertan y traten de imitarlos en el respeto y el compromiso.

 

Guillermo Bolesina

noticias relacionadas