1º de mayo y el Trabajo Decente

Escribe: Antonio Hugo Caruso.

 

Con motivo de conmemorar una año más el DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO, me parece interesante acercarles algunos conceptos desde los cuales -en mi opinión- debemos encarar las nuevas formas de trabajo.
Derecho del Hombre, Responsabilidad del Estado; EL DERECHO A TRABAJAR
El derecho al trabajo, no es solamente un derecho constitucional, sino un deber de parte del Estado para con la ciudadanía. Desde siempre venimos pregonando acerca de la DIGNIDAD que produce en el hombre el hecho de tener trabajo, de poder otorgar el sustento necesario a su familia, el poder progresar a través del esfuerzo realizado laboralmente. Decidir junto a la familia el destino estudiantil de los hijos y poder ver el fruto de la energía puesta en cada jornada de trabajo. Tanto la mujer como el hombre necesitan proyectarse y entre las ocupaciones primarias está también el trabajo.

 

Muchas veces escuchamos gente que cuenta que gracias al trabajo ha podido hacer tal o cual cosa: desde organizar una fiesta para los hijos, u organizar una sorpresa para la familia a un sinfín de logros, ayudar a su hijo en la universidad, tener una vivienda digna, proveer el alimento necesario para un desarrollo equilibrado. Esto desde lo espiritual y lo humano se da la dignidad que otorga el tener un oficio y poder vivir de él.

 

PRECARIZACIÓN DEL TRABAJO: Muchos de los grandes grupos económicos, han extendido sus tentáculos hacia todas las latitudes posibles y como resultado maquiavélico, se obtuvo la precarización del trabajador. Hemos hecho frente a cada una de las quitas que se pretendieron realizar y aún se pretenden; intentamos a través del diálogo y de los organismos que nos aúnan demostrar que el hecho de que el trabajador esté en las condiciones que exige la Ley, es mejor para todos. Es por ello que debemos resaltar la importancia de los Convenios Colectivos de Trabajo. La precarización ha generado trabadores sin papeles, con contratos temporarios, sin respaldo alguno para el empleado, tercerización de actividades que pretenden deslindar responsabilidades en cuanto a los aportes y obligaciones. Porque el hombre necesita trabajar es por ello que desde los sindicatos: instituciones sociales, con sus orígenes solidarios y cooperativos debemos velar por la defensa de “Los Derechos del Trabajador”.

Invertir siempre en la capacitación continua como herramienta del crecimiento del hombre de trabajo como ideal de futuro, la capacitación, la cultura y la educación son factores fundamentales para el crecimiento en al ámbito laboral.

 

LOS NIÑOS Y EL TRABAJO INFANTIL: en noviembre de 1989, las Naciones Unidas adoptaron la Convención de los Derechos del Niño, que, con 191 Estados Partes, es hoy su tratado más universal. Esta convención reconoce la vulnerabilidad de los niños y une en un único código la protección a los niños, relativa a todas las categorías de derechos humanos. La Convención garantiza la no discriminación y reconoce que el interés del niño es lo que debe guiar todas las acciones. Además, se presta especial atención a los refugiados, a los discapacitados y a las minorías. Decimos No a que los niños trabajen, decimos No a la explotación de los menores. Porque sostenemos una y otra vez que los “Primeros privilegiados deben ser los Niños” porque ellos forman parte del futuro que deseamos como hombres libres, como naciones soberanas. Los niños deben estar en la escuela y en sus hogares.

Los momentos del día en que la familia se encuentra alrededor de la mesa -y hagamos nosotros memoria de nuestra niñez y juventud- eran los momentos en donde el núcleo familiar compartía las noticias de cada uno. Para que el hombre y la mujer recuperen la Dignidad, y los más pequeños crezcan dentro del núcleo familiar y escolar acompañados por el ejemplo imprescindible, que es la cultura del trabajo y el acceso al trabajo digno.

LA REALIDAD HOY: Creo que como actores sociales debemos participar activamente en las cosas que suceden en nuestra casa, nuestro barrio, nuestra sociedad. Formar parte de instituciones, y desde el lugar de la sociedad que ocupamos no ser indiferentes. Sigamos ocupándonos, para que el trabajo en blanco, en regla, el trabajo DECENTE y HONORABLE, el que conocemos como trabajo legal sea el trabajo que cada uno tenga. Acordemos para que los contratos sin respaldo para los trabajadores sean en muy poco tiempo un recuerdo de una época. Coordinemos políticas sociales para que los chicos de la calle no estén más allí, sino en escuelas e institutos que les sirvan para crecer como hombres y mujeres de bien. Que la Doctrina del trabajo sea expandida desde nuestras organizaciones; es fundamental para que entre Capital y Trabajo pueda generarse el engranaje que hace que crezca tanto una Nación como un ser humano que es la creación de fuentes de ocupación. De esta manera podremos llegar a conocer la verdadera Justicia Social, en una sociedad con oportunidad para todos.

LA ESPERANZA Y LA SOLIDARIDAD SIEMPRE PRESENTES: Para ello debemos brindar fuentes de trabajo a todos aquellos que hoy no la tienen, porque al estar ocupados recobrarán los proyectos y sueños; y los niños crecerán dentro de una Nación que para su desarrollo necesitará de ellos. Por eso es imprescindible la creación de fuentes de trabajo. Un ser humano con proyectos es un hombre con sueños. Una persona con sueños no querrá ver a sus hijos en la calle sino, en el lugar que corresponde: la escuela. Una Educación Social y una Cultura del Trabajo, serán los factores que harán que entre todos, podamos torcer esta realidad con la que chocamos cada día. Debemos también formar parte de la otra Institución Fundamental: la Escuela.

La Escuela es el lugar en el que, hijos y nietos, pequeños en general serán formados y educados. Pero esto también es un compromiso de la familia. Para volver a la Dignidad necesitamos Trabajo, Educación y Cultura para todos sin distinguir ideologías, credos ni diferencias culturales.

 

Antonio Hugo Caruso

anhucar@yahoo.com.ar

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