Yorga Salomón vence al olvido

Escribe Antonio J. González.

“Cada 19 de abril sentimos nostalgia y angustia por la pérdida de un ser tan querido… decían los integrantes de la Comisión Permanente de Homenaje a es maestra ejemplar. Ese día es el aniversario de su nacimiento y se convierte en un renacimiento permanente en la memoria de quienes la conocieron en los años 60 y 70 en nuestra ciudad, más específicamente en Villa Domínico. “A veces me da rabia pensar que no van a estar más mis queridos alumnos cuando una muera, siquiera para cerrarme los ojos…” decía Yorga Salomón. Pero la vida se ha encargado de mantener firmes y renovadas las evocaciones de quienes conocieron su trayectoria como maestra y sus acciones benefactoras para las entidades de su barrio.

El mismo que se enciende cada aniversario con expresiones, pasacalles y sentimientos que no terminan de germinar. Se la recuerda en su labor docente, en especial cuando ejerció la dirección de la Escuela Nº 66 de Domínico. “…durante diez años el sueldo que cobraba apenas le alcanzaba para sobrevivir – cuenta Juan Carlos Casielles en un nota periodística- alquilaba una casita y con el resto del dinero llevaba a pasear a sus alumnos a Capital Federal o les compraba medialunas para los recreos, ya que la mayoría de ellos provenía de hogares muy humildes”.

La sensibilidad social y humanitaria que derramaba a su paso, no ha sido en vano. Tuvo como alumnos a varias generaciones de jóvenes, especialmente de Villa Domínico. Muchos de ellos continúan recordándola con el cariño y veneración de un ídolo y un ejemplo de solidaridad social. Entre ellos la diputada Silvia Vázquez y el militante justicialista y legislador porteño Elvio Vitale.

En 1971 Yorga Salomón, obtuvo dos millones de pesos (que donó a instituciones de bien público de Domínico), premio máximo del programa televisivo de preguntas y respuestas «Odol Pregunta». En esta oportunidad respondió sobre la vida y obra de Ceferino Namuncurá y en otra ocasión sobre el caudillo Pancho Ramírez sobre quien había escrito un libro que aún se busca en las librerías. Muchos homenajes y recuerdos se entrelazan en su memoria. Una plaza de nuestra ciudad lleva su nombre, así como otros lugares públicos, escuelas y bibliotecas del país.

“Tu figura pequeña y gigante defensora de la escuela pública, de la verdad, del ejemplo al prójimo” dijo sobre ella Mario Castro Rey, otro de sus exalumnos.
Cerca de un nuevo aniversario de su nacimiento, hacemos esta evocación de una luchadora y ejemplo de militancia por la vida y la salud de los olvidados por la burocracia y la inequidad social.

ajgpaloma@gmail.com

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