En estas últimas semanas se han difundido dos graves episodios de violencia en los hospitales. Estos hechos no son nuevos, los propios directores de los hospitales y médicos entrevistados dan cuenta de ello y se muestran muy preocupados por el aumento de su frecuencia e intensidad.

Como lo mencionáramos al hablar de violencia escolar, no podemos desconocer que aquello que hoy ocurre en los hospitales e instituciones de salud, es reflejo de aquello que ocurre en nuestra sociedad caracterizada por el exitismo, la necesidad de inmediatez, la competencia, los vínculos violentos y en la que se advierte un incremento en la desvalorización de las instituciones y de las normas.
En consecuencia nos encontramos frente a un tema complejo cuya resolución no podemos hacerla recaer en manos de las instituciones que la padecen.

No obstante lo dicho, y a raíz de varias observaciones realizadas por CMuRC (Centro Multidisciplinario de Resolución de Conflictos) en las guardias de hospitales públicos, considero que no tenemos las manos atadas, ciertas cosas sí podemos hacer, por eso quería compartir con Uds. algunos aportes destinados a la prevención de la violencia en las instituciones de salud.

Para ello considero útil distinguir los casos en que la violencia es física de aquellos en los que existe violencia o maltrato verbal.

En los casos de violencia física, desde un empujón al uso de armas blancas o de fuego, resulta obvio que lo prioritario es que en los hospitales funcione adecuadamente la seguridad para garantizar la integridad física de todos sus integrantes, incluidos los pacientes. En este sentido resulta necesario:
-Que el personal de seguridad y los efectivos de policía sean asignados a la institución en número suficiente y que se encuentren debidamente capacitados para este tipo de intervenciones.

-Que todo el personal del hospital tenga pleno conocimiento de los protocolos existentes y que se realicen periódicamente simulacros con la finalidad de brindar seguridad en su ejecución.

-Que todo el personal, incluido el administrativo que es quien generalmente tiene uno de los primeros contactos con las personas que concurren al hospital, se encuentre entrenado para: -reconocer indicios de agresiones, -detectar situaciones de posible peligro y para -la utilización de herramientas de prevención y gestión de conflictos.

-Atender tanto al diseño, como a la distribución y a la adecuada señalización de los distintos espacios y sectores del hospital para permitir vías rápidas de salida y lugares de resguardo.

En los casos de violencia o maltrato verbal, situaciones que ocurren a diario y ocasionan graves problemas y malestar en todos los integrantes de la institución de salud, los ejes fundamentales del trabajo para la prevención son:

-La formación de los agentes de salud con herramientas comunicacionales y de negociación, no sólo para poder detectar tempranamente posibles situaciones generadoras de hechos violentos sino también para evitar que se produzcan o que se desencadene su escalada.

-La creación de instancias y órganos adecuados de comunicación y participación

-La intervención de equipos interdisciplinarios en los que se incluya la mirada legal, está última en virtud que todo está atravesado por la norma que contiene y ordena dando seguridad en el accionar.

El trabajo mediante equipos interdisciplinarios garantiza el análisis de la situaciones conflictivas complejas desde permitiendo apreciar todos los aspectos involucrados y de ese modo determinar la forma más adecuada de intervención.

Dra. Claudia Edith Fontana
Abogada – Mediadora – Profesora en Ciencias Jurídicas
cmurcescuelas@gmail.com
Centro Multidisciplinario de Resolución de Conflictos,
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