Tercera edad, la crisis de la vejez

Escribe la Lic. Andrea Fabiana Varela Seivane.

 

Llegar a viejo, no se produce de manera espontánea, sino que es necesario acumular algo más que el transcurrir del tiempo, por ejemplo, indican su proceso, las experiencias, las crisis, los dolores, los placeres, los logros, las desdichas, etc.
La vejez es la consecuencia del proceso histórico de una vida y está marcada por el pasado, que es el que define su modalidad y alcances. Pasando de manera sucesiva por las distintas edades y períodos de evolución y pasando por las posiciones transitadas en el devenir de la vida, es que se llega a un nuevo orden que domina en la vejez. Es decir, nada de lo que se vivió en las etapas anteriores se pierde, sino que van a estar incluidas en el sistema de vida del anciano con una particularidad, van a tener una condición de rango diferente.
El rango es la vejez misma, ya que esta edad recubre la historia de la propia evolución, es el resultado final de ese desarrollo de esa vida, y las diferentes edades que son la niñez, la adolescencia, la adultez y la madurez de la persona, están conservadas en su mundo interior y en la profundidad de su estructura psíquica. La vejez es el último período del ciclo vital de la vida, y su final es la muerte, y por esta situación suele surgir angustia en las personas, con lo que es necesario elaborar esa angustia, sino puede verse perturbada su adaptación a las condiciones de esta nueva etapa.
La organización y el estilo de vida en la vejez, es la consecuencia de la suma de todas las experiencias vitales de la vida de la persona. Algunas crisis vitales conocidas son, el nacimiento, el destete, la adolescencia, el climaterio.
Las crisis se presentan para poder resolver una situación anterior, y al mismo tiempo abren la puerta al ingreso de una nueva experiencia que plantea sus propios problemas.
El modo en como se resuelvan estos nuevos problemas, va a determinar de qué manera se sale de esa situación. En la vejez, aparece una crisis global, una crisis que involucra diferentes niveles de integración del organismo, la personalidad, lo biológico del cuerpo, las relaciones sociales, y el psiquismo. Es una crisis cuya evolución es lenta y acompaña a la persona hasta el final de su vida. Es una crisis que puede experimentarse como positiva o negativa, cuando es positiva, es cuando se logran elaborar las situaciones nuevas del proceso de envejecimiento, la persona sigue creciendo, alcanza nuevos intereses, es activa y está dispuesta al aprendizaje.
La otra posibilidad, es experimentar la crisis de la vejez de manera negativa, y es cuando la persona es absorbida por estados deficitarios, por la angustia, y en consecuencia, la manifestación del proceso de la vejez va a ser patológica. Envejecer es la suma de lo interno y de lo externo, de la propia historia, y de la historia de los otros. También, la propia vejez es un modelo a tener en cuenta por los otros que miran el proceso.
Durante la vejez es posible realizar un aprendizaje, en le proceso de aprendizaje se acumulan experiencias y esto significa cambios, los que a su vez traen duelos. La vida es una constante oportunidad para crecer y aprender, y la vejez forma parte del ciclo de la vida. Si la persona sigue aprendiendo durante la vejez, va a poder encontrar oportunidades para continuar su satisfacción personal, y va a conservar la integridad que alcanzó en su trayecto de vida, mostrándose a sí mismo el sentido de su propia historia.
Los factores psíquicos pueden acelerar el proceso del envejecimiento, en algunas personas el deterioro acelerado y creciente muestra su devenir pasado, y varios estudios sostienen que una buena parte de las declinaciones físicas y orgánicas de la vejez, son causadas por perturbaciones mentales, es decir, factores emocionales y conflictos almacenados en la propia historia personal.
No existe una sola forma de envejecer, ni de resolver las crisis que la etapa de la vejez plantea. Cada persona tiene su propia identidad conformada y constituida a lo largo del desarrollo, que le otorga un estilo personal a sus actos y producciones. El propio envejecimiento se construye con la vejez de los propios padres, y como fue esa relación nuestra con esos padres, esto es base y fundamento para nuestra propia vejez, también las figuras significativas de nuestra niñez, como la de los propios abuelos, y otras personas que hayan ocupado un lugar importante, son las que van a marcar a la hora de definir las modalidades, los comportamientos y las actitudes en nuestra vejez.

 

Licenciada en Psicología
Andrea Fabiana Varela Seivane
MN 34156
Consultas al 4205-0549 155-143-6241

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