Telefonía celular: radiofrecuencia y salud

Escribe: Ing. Fabián H. Montefinal.

La evolución de la tecnología y de las redes de comunicación produjo un incremento exponencial en el uso de teléfonos celulares, en todo el mundo, en la última década. Si bien esto trajo una gran cantidad de beneficios, también generó muchas dudas acerca de cómo afectan las emisiones de radiofrecuencia de los teléfonos y sus antenas a la salud de los usuarios y público en general.

La radiación electromagnética producida por un teléfono celular es absorbida por el cuerpo humano al estar en contacto con él El grado de absorción se mide usando el índice de absorción específica (en inglés SAR, Specific Absorption Rate), el cual tiene valores máximos permitidos en cada país. Así, mientras que en Estados Unidos el límite es de 1.6 W/kg, en Europa se permite un máximo de 2 W/kg.

En Argentina, ningún celular que se comercialice debería tener un SAR superior a 2.0W/kg y cada fabricante tiene la obligación de reportar la potencia de transmisión que utiliza en los celulares, así como respetar las disposiciones legales al respecto.

Pero la telefonía celular lleva pocos años de uso y el desconocimiento de sus efectos genera que se estén realizando, en todo el mundo, investigaciones científicas acerca de la utilización de los teléfonos móviles, la radiofrecuencia y su incidencia en la salud.

En nuestro país, los científicos Jorge Skvarca y Aníbal Aguirre, miembros del Departamento de Electrónica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires desarrollaron su trabajo, Normas y estándares aplicables a los campos electromagnéticos de radiofrecuencias en América Latina: guía para los límites de exposición y los protocolos de medición en el que definen el SAR como la tasa de absorción específica empleada para cuantificar los efectos biológicos y definir los límites de exposición.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica estos efectos como biológicos cuando la exposición a un campo electromagnético produce cambios en la concentración o el transporte de alguna sustancia. Los efectos biológicos, térmicos o atérmicos pueden sobrepasar el umbral que el cuerpo humano puede compensar y así producir daños en la salud.

La OMS define a los efectos térmicos como el resultado de la interacción entre un campo electromagnético y un sistema biológico, que provoca el incremento de la temperatura, ya sea en la zona irradiada o en todo el organismo, dependiendo de las condiciones de exposición y de la frecuencia del campo electromagnético.

Los efectos térmicos más estudiados están relacionados con el deterioro o la pérdida de la visión y de la fertilidad, ya que al estar el cristalino y las gónadas en zonas de poca irrigación sanguínea, el calor generado por la acción del campo electromagnético no se disipa con facilidad.

En EE. UU, la Administración de Drogas y Alimentos (“FDA”, por sus siglas en inglés) emitió una publicación en el sitio web sobre temas de salud relacionados con el uso de teléfonos móviles. En ella, se informa que, a pesar de que continúan las investigaciones “no existen evidencias científicas, entre ellas los resultados del estudio Interphone de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicados el 17 de mayo de 2010, que demuestren que la energía de radiofrecuencia (RF) emitida por los teléfonos móviles, aumente los riesgos a la salud”.

En el mismo estudio, catalogado como el más grande llevado a cabo sobre el uso de teléfonos móviles y los tumores cerebrales, la Organización Mundial de la Salud dejó planteada la duda y resumió las conclusiones del estudio de esta manera: “En términos generales, no se observó que existiera un incremento en el riesgo de glioma o meningioma (ambos son tipos de cáncer cerebral) a causa del uso de teléfonos móviles. Hubo indicios de un mayor riesgo de glioma en los niveles más altos de exposición (por el uso más frecuente del teléfono), pero la existencia de predisposiciones y errores imposibilita una interpretación causal. Los posibles efectos del uso intensivo y a largo plazo de teléfonos móviles requieren más investigaciones”.

A modo se síntesis, no queda claro si todas las ventajas que nos dan los celulares en el área de las comunicaciones las estamos pagando con nuestra salud. Es una tecnología muy joven para poder saber si tiene algún efecto colateral no deseado y los estudios realizados no dan certeza en sus conclusiones. Lo mismo puede decirse de los dispositivos Wi-Fi y Bluetooth”.

Por lo tanto, se debe ser cuidadosos con su uso, utilizar los auriculares “con cable” para hablar cuando sea posible y mantenerse atentos a las indicaciones que surjan de las investigaciones. Ante el desconocimiento, la precaución es la mejor herramienta para mantenerse a salvo.

Ing. Fabián H. Montefinal
Gerente General
Excelan Automación S.A.
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