Sobre el corte de calles

Carta de un vecino de Avellaneda Centro.

Nos quejamos, y con razón, de los reiterados cortes de rutas, calles y puentes que producen grupos de distinto carácter (trabajadores, estudiantes, pobladores de asentamientos, miembros de pueblos originarios…) en apoyo de sus reclamos.

Muchas veces se puede comprender y hasta respaldar esos reclamos, pero al mismo tiempo es necesario reconocer que esa metodología de protesta causa perjuicios a muchas personas, impedidas o estorbadas en su circulación por la vía pública.

Incluso suele suceder que simultáneamente se producen cortes en diferentes lugares, con lo que el tránsito se convierte en un verdadero caos, y llegar al trabajo o al hogar, entregar una mercadería, etc., llega a ser una aventura cuyo final es incierto.

Estos cortes no son la única forma de protesta o reclamo; con imaginación se puede recurrir a otros medios, no menos eficaces y seguramente menos dañosos. Clarísimos ejemplos son las marchas de las Madres de Plaza de Mayo, o la carpa blanca de los docentes frente al Congreso.

Lamentablemente, en los últimos tiempos, a estos cortes se han sumado otros, producidos o autorizados por las mismas autoridades que deberían garantizar el derecho de todos a la libre circulación. Con la finalidad de poner al alcance de la población distintas manifestaciones culturales o artísticas, se termina causando los mismos problemas de los cortes de protesta. Conciertos sinfónicos o recitales líricos, por ejemplo, justifican el corte de la Avenida Nueve de Julio.

En nuestra ciudad de Avellaneda, complicada en el tránsito por la estructura de sus calles, con una Avenida Mitre carente casi de rutas alternativas, calles céntricas que se cortan, etc., se está produciendo este tipo de problemas con cierta frecuencia. El 10 de abril la Avenida Mitre se cortó por un espectáculo de ballet, un domingo al terminar la tarde, cuando muchas personas regresan del fin de semana.

Habría que ver si el escenario montado para ese espectáculo no podría haberse instalado en otro lugar que no requiriera el corte de la avenida.

El miércoles 4 de mayo, a partir de las 17 y hasta pasadas las 20, la calle San Martín estuvo cortada entre Monseñor Piaggio y Alsina, por la proyección de una película sobre Manuel Belgrano. ¿No podría haberse utilizado el recientemente inaugurado Paseo de las Artes «Carlos Núñez», a pocos metros del lugar? ¿O la misma Plaza Alsina? Para beneficio de un grupo reducido de personas (¿300? ¿400?) se perjudicó a un número mucho mayor.

A veces la importancia del acontecimiento justifica por algunas horas el corte de una calle o avenida, pero son ocasiones muy contadas; por ejemplo, los festejos del 15 de agosto en nuestra ciudad, una tradicional fiesta popular.

La Municipalidad de Avellaneda, que desarrolla una intensísima y muy valiosa actividad cultural, a través de teatros, auditorios, bibliotecas, escuelas, cursos y centros culturales, no necesita recurrir a métodos como este.

C.G.
carlosgalan106@gmail.com

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