El stress psicológico y la adaptación humana

Escribe la Lic. Andrea Fabiana Varela Seivane.

La adaptación humana, está relacionada con la capacidad que la persona tiene, de precisamente, adaptarse al medio total que la rodea, laboral, familiar, relacional, social, etc.

La adaptación va a estar dada por la suficiencia de los recursos que la persona posea. Esta suficiencia de recursos, son el equipo que cada ser humano trae consigo, es decir, el equipo es el conjunto de recursos físicos, psicológicos y sociales de los que cada persona dispone para hacer frente a las demandas permanentes y de adaptación del medio donde se desenvuelve.

Lo contrario a la capacidad de adaptación, es la vulnerabilidad, es decir, la vulnerabilidad que cada persona trae consigo, en el sentido de una insuficiente capacidad para poder afrontar situaciones. La vulnerabilidad, en general, viene de la mano con una distorsión emocional que la persona desarrolla, y esta en relación con asociar a la vulnerabilidad, actitudes pesimistas en cuestiones vitales, por ejemplo, recobrar la salud y por consiguiente recibir un apoyo social adecuado.

Existen circunstancias donde tiene sentido hablar de la persona vulnerable, en términos de recursos disponibles para afrontar situaciones, por ejemplo, la vulnerabilidad física, por ejemplo, una persona con un tobillo lesionado, va a resultar ser más vulnerable en cuanto a sufrir una nueva lesión de tipo parecido, otro ejemplo, si una persona viaja a un país extranjero, va a tener más probabilidades de enfermarse a partir de los contaminantes presentes en el agua de los habitantes de ese país, y que son habituales en ellos, debido a que su organismo no está todavía adaptado.

También podemos hablar de personas vulnerables, en términos de recursos, cuando por ejemplo, el déficit que existe en la persona es tan importante, que la vuelve incapaz de poder responder adecuadamente a la mayoría de las situaciones cotidianas, como ocurre con las enfermedades mentales graves, como por ejemplo en la esquizofrenia. Sin embargo, entre las personas con un nivel de funcionamiento adecuado, la insuficiencia de recursos, muchas veces es condición necesaria, aunque no suficiente, para la vulnerabilidad psicológica, porque la insuficiencia va a convertir a la persona en vulnerable solamente cuando haga referencia a algo que realmente le interesa en forma particular, por ejemplo, podemos ver que el grado en que las vulnerabilidades físicas influyen en la vulnerabilidad psicológica de la persona, van a depender de las consecuencias que esas desventajas le acarreen.

Pongamos el caso de una bailarina, para ella, la más leve torcedura de un tobillo, puede llegar a significar una falla en el escenario, mientras que por ejemplo, para un oficinista, torcerse un tobillo no le representará gran inconveniente en su trabajo. Algo importante para destacar, es una cuestión en relación con la anticipación de los problemas que se derivan de las relaciones interpersonales, lo que va a suceder es que esos problemas van a crear vulnerabilidad psicológica solamente si la relación tiene algún significado para la persona.

En conclusión, vemos que la vulnerabilidad psicológica no viene determinada solamente por un déficit en los recursos, sino que también es determinada por la relación que existe entre la importancia que las consecuencias tengan para la persona, y los recursos de que esta persona disponga, para poder evitar así, la amenaza de esas consecuencias. La persona vulnerable de recursos, en general siente ese déficit de recursos como una amenaza potencial, ya que se transforma en amenaza activa cuando se considera que realmente pone en peligro a la persona.

Por eso es que en este sentido, hay que tener en cuenta la susceptibilidad a reaccionar con stress psicológico ante un amplio grupo de acontecimientos, y esta susceptibilidad viene determinada siempre por un conjunto de factores personales, entre los que se pueden incluir, los compromisos, las creencias y los recursos.

A modo de ilustración, podemos ejemplificar con la combinación de dos cuestiones, una otorgar gran importancia al hecho de recibir aprobación y otra, la incapacidad para controlar la sensación de malestar provocada por la desaprobación. Las personas para poder sobrevivir, necesitan distinguir entre situaciones favorables y situaciones peligrosas, esta distinción es sutil, compleja y abstracta, y depende de un sistema de actividad simbólica, donde una de las partes, es el stress, que muestra el desequilibrio, la perturbación que la persona tiene en diferentes situaciones vitales de la vida que no puede resolver.

Lic. en Psicología Andrea Fabiana Varela Seivane
MN 34156
Consultas al 4205-0549 155-143-6241

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