Roberto Goni: pastelero, docente y miembro de la Academia Culinaria Francesa
Roberto Goni es un reconocido chef y especialista en pastelería, que reside actualmente en Ramos Mejía, aunque algo de su corazón está en Avellaneda, de donde es oriunda su esposa y la familia de ésta. De larga trayectoria en el sector, Goni tiene desde 2003 su propia escuela de pastelería en San Telmo junto a su esposa Marcela Samana y es miembro de la Academia Culinaria Francesa.
Con respecto a su ingreso a la Academia, Goni le contó a La Ciudad que si bien es un logro importante, no es lo más destacado de su vida profesional, ya que lo que más resalta es el reconcomiendo cotidiano de sus pares.
“Alguien va, te propone y después se forma una comisión para ver la profesionalidad de la persona y ese trámite se empieza a principio de año y, a fines del mismo año, si se logran los puntos necesarios, sos elegido para pertenecer”, detalló Goni, quien aseguró que “la Academia te empieza a mirar cuanto te presentan, cuando ya hiciste tres cuarto de tu camino”.
“Para mí, lo principal, son los colegas, a los que respeto mucho, la visión de ellos es muy importante. Y cuando hablo de colegas, hablo de los que te cruzás a diario, no los que vienen y te miran un año para evaluarte”, sentenció.
La vida de Goni siempre estuvo ligada al sector, empezando a los doce años en una pastelería que estaba frente a su casa. “Hice todos mis estudios, terminé la secundaria, y nunca dejé de hacer esto. Primero fue en panadería, luego pastelería y, en el ’86, entré en la docencia de escuelas técnicas para enseñar gastronomía”, detalló.
“Cuando empecé, no pensaba que quería ser pastelero o repostero, yo solo disfrutaba eso, que era lo que me gustaba y me daba libertad. Es una locura, pero yo de chiquito sentía que no merecía comer porque no trabajaba, no aportaba”, explicó.
Ya en el mundo profesional, un día le avisan que en el Sheraton buscaban un pastelero y ese trabajo le cambió la vida. “No podían creer la rapidez que tenía para trabajar; con el tiempo me di cuenta que quien se forma en una panadería de barrio, es gente muy rápida”, aseguró.
Esa rapidez, no solo es producto de la práctica, sino de la necesidad. De hecho Goni, en su época de “panadería de barrio”, estaba efectivo en un lugar, y después iba a hacer changas a otros dos sitios, por eso “había que meterle pata” para cumplir con todos.
Con respecto al cambio de vida que produjo su ingreso al Sheraton, expresó que “siempre escucho a los que saben, y tenía un jefe (Miguel Angel Tomassoni) que era químico, me enseñó sobre los ingredientes y descubrí otro mundo”.
Ese, sin duda, fue uno de los momentos más importantes en su vida, porque el conocer al detalle los elementos de los ingredientes, le permitió trabajar de otra manera y con otros cuidados.
“Hay gente que sigue consumiendo lo tradicional, como por ejemplo bizcochitos de grasa, pero hay otros que saben que eso en exceso es malo y empieza a mirar otro tipo de recetas y preparación”, sostuvo Goni.
Sin embargo, sostuvo que todos estos cambios vinieron de la mano de los avances tecnológicos, porque “en los ’60 no podías hacer una dieta rigurosa porque no tenías ni siquiera otros endulzantes o no eran populares”.
Finalmente, consultado sobre el “boom” de los concursos en programas televisivos de cocina, aseguró que muchas veces es “más show que técnicas”, pero que lo respeta porque “todo lo que le gusta al público, se respeta”.
Asesoramiento
Roberto Goni no solo cuenta con la escuela ubicada en la avenida San Juan entre Bolivar y Defensa, sino que además brinda asesoramiento personalizado y capacitaciones a microemprendedores y todo aquel negocio gastronómico que requiera sus servicios.
Todos aquellos que deseen contactarse podrán hacerlo mediante su Instagram (@goniroberto).