Quinto muerto en el Reino Unido por los disturbios

La ola de violencia y saqueos que vivió el Reino Unido durante cuatro días, se cobró ayer la quinta víctima fatal en esta segunda noche consecutiva sin disturbios, mientras la policía rechaza críticas a su actuación del Primer Ministro y otros políticos.

Richard Bowes, un británico de 68 años, murió ayer por las heridas sufridas al ser atacado durante la ola de disturbios en Londres, que se extendió a otras ciudades y dejó 5 muertos, más de 1.600 detenidos, 796 procesados y pérdidas por 180 millones de libras, según informó la policía.

El anuncio de la quinta víctima fatal llegó luego de la segunda noche consecutiva sin incidentes desde el sábado pasado, cuando comenzó la ya aparentemente domada ola de violencia callejera, cuatro días de desmanes en los que alborotadores saquearon cientos de negocios, incendiaron edificios y atacaron a la policía.

El hombre muerto ayer fue encontrado gravemente herido el lunes a la noche en el barrio de Ealing, al oeste de Londres, luego de ser atacado cuando intentaba apagar un tacho de basura incendiado en un negocio cercano a su hogar, informó la policía de Londres.

Un joven de 22 años fue detenido bajo sospecha de haberlo atacado, informaron otras fuentes policiales.

El despliegue masivo de fuerzas del orden para prevenir nuevos desbordes parece haber surtido su efecto disuasorio, pero el tono de las declaraciones cruzadas entre la policía y el gobierno, en cambio, no para de crecer.

“Quizás es más fácil criticar el accionar policial que hurgar en los verdaderos problemas de fondo, como la educación o el desempleo. El gobierno debe buscar soluciones y reforzar su política social para que esto no se repita”, le dijo a Télam en Londres John Graham, Director del organismo Police Foundation.

“Frente a una situación excepcional, mis oficiales realizaron un trabajo excepcional”, dijo el jefe interino de la Metropolitan Police, Tim Godwin, respondiendo en conferencia de prensa al crítico discurso del primer ministro británico.

El Primer Ministro conservador Cameron reprochó a la policía haber movilizado “demasiado pocos efectivos” los primeros días de la revuelta, en una sesión extraordinaria del Parlamento convocada ayer.

Asimismo, consideró que “la policía reaccionó como si estuviera frente a problemas de orden público cuando se trataba de una situación delictiva”, y resaltó la “insuficiente estrategia” y los “malos cálculos” de la policía británica.

“Siempre hay gente que comenta los hechos cuando no estaban presentes”, replico con sarcasmo Godwin en referencia al precipitado regreso de las vacaciones del Premier ingles.

A su lado, Hugh Orde, presidente de la asociación de responsables policiales (ACPO), aseguro que “son los policías quienes restablecieron el orden, no los políticos”.

Frente a “the riots” (la revuelta), el conservador Cameron optó por mostrar un discurso duro y multiplicar los anuncios represivos: más poderes a las fuerzas del orden, despliegue de más efectivos y dejar en claro que no dudará en decretar el estado de sitio y hasta convocar al ejército para que se encargue de contener futuras revueltas.

“Las palabras de Cameron irritaron a muchos de nuestros agentes, quienes ya no veían con buenos ojos al primer ministro por el recorte presupuestario”, reconoció ante Télam John Graham.

Y ante una consulta de esta agencia agregó que “Cameron se niega a ver la realidad. Su plan de austeridad suprimirá 16.000 efectivos en 2015, exactamente el número de agentes que fueron desplegados especialmente para esta revuelta”.

El Premier británico, quien se negó a reconsiderar el recorte presupuestario, determinó que 16.000 policías continúen desplegados entre la noche del viernes y el domingo -contra los 2.500 de cada fin de semana- para evitar nuevos desbordes.

Sin embargo, las críticas a la policía no solo llegan del lado del gobierno. Gran parte de la población y de los medios de comunicación reclaman a las fuerzas del orden mayor severidad en su accionar, estimando que no hay ninguna justificación en los violentos actos de los jóvenes. En una editorial, el diario The Times afirmo ayer que la policía “debe recuperar el monopolio de la violencia”.

En tanto, otro hecho podría generar mas tensión entre Cameron y la policía, puesto que el Premier contrató como asesor para pacificar las calles inglesas al estadounidense William Bratton, ex jefe de la policía de Nueva York y de Los Angeles. Cameron ya había intentado que Bratton dirija la policía británica, pero una regla impide a un extranjero ponerse al mando de las fuerzas del orden del Reino Unido.

El balance de las cuatro noches de violencia deja más de 1.600 detenidos desde que comenzó la revuelta, el sábado pasado en el barrio londinense de Tottenham, al tornarse violenta una protesta por un presunto caso de gatillo fácil policial en el que resultó muerto un hombre negro de 29 años, Mark Duggan.

Justamente, ayer se realizaron decenas de homenajes en memoria de Duggan a una semana de su muerte, en especial en el multiétnico barrio de Tottenham, donde unas centenas de personas se dieron cita en el lugar donde ocurrió el control policial que termino en tragedia.

De los detenidos, 1.051 corresponden a Londres, donde la policía realizó una centena de allanamientos –varios de ellos reproducidos por los canales de televisión- para detener a sospechosos.

Para lograr hacer frente al enorme flujo de detenidos, la justicia inglesa trabajó durante la noche en Londres y otras ciudades del país, y 796 personas fueron formalmente inculpadas por los disturbios, informó ayer la policía.

Los detenidos y procesados hasta ahora son “mayoritariamente hombres jóvenes desempleados”, según un estudio publicado hoy por el diario The Guardian, que señaló que el 80% de los acusados tiene menos de 25 años y el otro 20%, entre 11 y 17 años.

‘The riots’, como califican los ingleses a la revuelta, causaron pérdidas económicas por 180 millones de libras. Ayer, el gobierno anunció un fondo de 16 millones de libras para ayudar a los pequeños comerciantes cuyos negocios fueron saqueados.

Las otras víctimas mortales de esta revuelta fueron tres hombres atropellados el miércoles por un auto en Birmingham cuando protegían su barrio de los saqueos y otro joven baleado en la cabeza el lunes en el barrio londinense de Croydon.

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