Queja por agresiones a docentes

Carta de Sergio Ezequiel Garrone.

En mayo de este año en la E.E.S.T. Nº2 de Avellaneda, la hermana de una alumna agredió a dos docentes y amenazó a otra; alumna que el año anterior demostró una muy mala conducta insultando a varios docentes.

La inspectora de psicología, exigió la reincorporación de la alumna, ante el silencio cómplice del inspector que es responsable de dicha escuela.

Ni el Jefe de Inspectores, ni la Jefa de Región protegieron a las docentes.
Tampoco los consejeros escolares, ni los gremios docentes.

Las agresiones, los insultos, los malos modos se repiten casi a diario, los docentes no tienen protección, ni amparo, para ellos no existen los Derechos Humanos.

 Todo vale,  todo esta bien,  no hay diferencia entre ser educado y no serlo; entre ser correcto e incorrecto, entre portarse bien y portarse mal; entre poner límites y no ponerlo.

¿Cuál es el límite que como docentes  debemos resistir, la muerte? Y cuando eso ocurra, ¿cuál será la actitud de las autoridades ? ¿el cobarde silencio como hasta hoy? O ¿tal vez, buscar entre los culpables a los propios damnificados?

 Tal vez un emotivo discurso de despedida de algún funcionario en caso de que la agresión sea mayor, sea acompañado con bandera a media asta,  decretándose duelo.
Una vez más, como tantas, como otras, como siempre, la demagogia triunfa y la actitud cobarde de los que ciegamente, cual obediencia debida,  responden a los dislates de quienes conducen.

Como hombre de fe, espero que algún día, el país cuente con dirigentes que piensen en el bien común, dispuestos a formar hombres y mujeres que hagan de la educación y el respeto  la base de generaciones futuras, para aquellos que serán nuestros dirigentes del mañana.
 

Sergio Ezequiel Garrone

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