Profesora Laura Biglieri. Su fallecimiento

Falleció el 4 de marzo de 2016.

 

biglieri

Laura fue muy conocida por la comunidad educativa de Avellaneda porque se desempeñó durante toda su carrera docente como profesora de Historia en ENSPA y otras instituciones.
Desde hace unos años la aquejaba una importante dolencia que la llevó a la muerte el viernes 4 de marzo, sin haber llegado a jubilarse. Fue muy grande la consternación que produjo la noticia entre profesores, alumnos y exalumnos.

 

Los familiares y amigos que estuvimos cerca de ella, especialmente en este último tiempo no queríamos aceptar la realidad de su creciente decaimiento porque Laura trataba de hacer sus estudios y tratamientos médicos permitiéndose desayunar en Vía Veneto, darse una vueltita por Patio Bullrich o tomar un cafecito en la Biela, cuando la salud se lo hacía posible. No dejó de encarar proyectos de viaje, soñaba con embarcarse en un crucero en abril, era puro espíritu.

 
Había tenido la suerte de viajar muchísimo desde muy jovencita; durante el último tour que realizó en abril de 2015 recorrió Estambul, las islas griegas y finalizó con una semanita en Paris, la ciudad que más amaba y conocía casi de memoria, hablaba con gran alegría de sus plazas, museos y monumentos.

 

Recibió durante la convalescencia la gran colaboración de Gustavo, su único hermano y de Claudia, la esposa. La hicieron muy feliz cuando pasaron unos días juntos en una estancia en Tandil; lo disfrutó mucho. También se sentía muy acompañada por Enrique, su incondicional amigo y por Susana, que era como una hermana. Tenía varias amigas que la seguían por su sinceridad, su sencillez y porque con ella se podía pensar en voz alta.
Nuestra amistad comenzó en la adolescencia, ya que éramos vecinas y las dos teníamos madres que eran maestras y se llevaban muy bien. Ambas cursamos la secundaria en ese templo magistral del saber, que en la década del 60 se llamaba ENPA. Nos encontrábamos, nos alejábamos, nuestro vínculo fluía como la vida misma. Pero desde hace dos años nos veíamos con mayor frecuencia, estábamos siempre comunicadas. Traté de contenerla de la mejor manera que pude. Para todos los que la quisimos Laurita no murió porque sólo muere lo que se olvida y a ella nunca la vamos a olvidar ya que fue una bellísima persona, una excelente profesora y una amiga maravillosa. Seguramente nos estará sonriendo desde la estrellita más brillante del cielo parisino.
Liliana Conti

noticias relacionadas