El PRO bonaerense evalúa presentar un candidatos de bajo perfil para el 2017

En la consideración de nombres para encabezar la lista de postulantes se inscriben el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y la diputada Gladys González, entre otros.

La cúpula del PRO de la provincia de Buenos Aires debate por estos días su estrategia para ganar el mayor distrito del país en las elecciones legislativas del año que viene, con el dilema de presentar como cabeza de lista un candidato conocido por el electorado u otro de bajo perfil, en una campaña en la que el protagonismo quedará para la gobernadora del distrito, María Eugenia Vidal.

Dos miembros de la mesa chica de la gobernadora Vidal confirmaron a Télam que una de las hipótesis es que “quien encabece las listas en Provincia sea un tapado, alguien preparado pero poco conocido para que la cara de la campaña sea María Eugenia”.

Esta estrategia apuntaría a que la gobernadora se ponga al hombro las actividades proselitistas para convertir la elección en territorio bonaerense en un plebiscito entre “lo nuevo y lo viejo”, manteniendo la sintonía de 2015.

La probabilidad de este escenario crecería con una eventual postulación de la ex presidenta Cristina Kirchner o con una lista del llamado cristinismo duro encabezada por el ex gobernador Daniel Scioli e integrada por dirigentes como Martín Sabbatella.

Esta última opción es la favorita de los estrategas vidalistas: una lista del cristinismo separada del peronismo bonaerense tradicional dividiría más el voto y no sumaría tantos votos, mientras que si es encabezada por Cristina Kirchner -ellos arguyen- “obtendría más votos y estimularía menos a otros competidores peronistas (como Sergio Massa y Florencio Randazzo)”.

La idea de un cabeza de lista ignoto entusiasma al vidalismo porque en las encuestas que dejan trascender la pregunta sobre si se votará “al candidato de la gobernadora o en contra de la gobernadora” les da un resultado mucho más optimista que cuando hacen mediciones con nombres propios (sea Jorge Macri, Esteban Bullrich o Elisa Carrió).

Ayer, en su discurso al concluir el Consejo Provincial del PRO, Vidal dio la pauta de que la idea de un candidato desconocido encabezando el binomio para senador no los asusta: “Lo que pase el año que viene depende de nosotros mismos. Y la segunda (es que) depende de lo que representemos. Un buen candidato es el que representa los intereses de la gente, es un grave error creer que depende de su nivel de conocimiento o de la valoración de un medio o analista político. Si representamos lo que la gente necesita, vamos a tener su voto”, dijo la mandataria provincial.

Por otro lado, está la cuestión de quiénes podrían ser la cara visible de una boleta que definirá no sólo los tres senadores nacionales y la mitad de los diputados, sino también la renovación por mitades de las dos cámaras de la Legislatura provincial y las mitades de los 135 concejos deliberantes existentes.

Esa nómina de posibles postulantes es cambiante, incluso a pesar de que hace algunas semanas los operadores macristas aseguraban que “el candidato sale de Bullrich, Jorge Macri, Facundo Manes o Carrió, no hay más”: pues bien, el PRO comenzó a empujar el nombre de la diputada Gladys González.

Del riñón larretista, González debe renovar su banca en 2017 por tercera vez, ya que fue la representante PRO en la lista que ganó en 2009 en alianza con Francisco De Narváez y Felipe Solá, y luego renovó en 2013 en el marco del acuerdo con el massismo.

Ex candidata a intendenta de Avellaneda, González levantó el perfil en los últimos meses por ser la interventora designada por el Ejecutivo en el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) tras la detención de su ex titular, Omar “Caballo” Suárez.

“Gladys sabe exponer en los medios, es valiente y hay que seguirla”, dijeron a Télam desde el comando de campaña del PRO provincial, que ya está preparándose para medirla entre el electorado.

Lo de González es una respuesta indirecta a la situación difusa del ministro Bullrich, quien en declaraciones públicas puso en duda su postulación y deja trascender su interés en mantener su puesto al frente de Educación.

“No me puedo haber bajado de lo que nunca me subí”, opinó Bullrich en una reunión con sus allegados cuando se habló de este tema, y pidió cautela y “esperar al año que viene”, aunque quienes lo conocen aseguran que sólo un pedido presidencial -y encuestas que lo respalden- podrían hacerlo competir.

Con Elisa Carrió siendo un enigma (y con sondeos mucho más favorables en el distrito Capital Federal) y Jorge Macri dispuesto a ir a una PASO contra quien sea dentro de Cambiemos, la única duda es si la exposición de Facundo Manes -ligado al radicalismo- podrá influir y cambiar nuevamente el panorama de cara a 2017.

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