Prisión perpetua a los principales responsables del crimen de Berardi

Cinco imputados por el secuestro y crimen del adolescente en 2010, en el partido de Escobar, fueron condenados a prisión perpetua. También condenaron a otras cinco personas a penas de entre 17 a 24 años.

El fallo fue dictado esta tarde por el Tribunal Oral Federal (TOF) 3 de San Martín y celebrado por la familia de la víctima, que no obstante objetó la única absolución, la de una adolescente que tenía 17 años al momento del hecho.

“Estoy conforme con la sentencia, se dio perpetua a la mayoría de los acusados, salvo a la menor que es un tema muy controvertido, espero que el Estado se haga cargo de esta chica”, sostuvo María Inés Davero, madre de Matías, luego de conocerse el veredicto.

Las condenas a prisión perpetua fueron aplicadas al herrero Richard Fabián Souto (46), su concuñado Néstor Facundo “el Chino” Maidana (25), Damián Sack (26), Gabriel Raúl “Larry” Figueroa (27) y Gonzalo Hernán Alvarez (34).

Los jueces Elbio Osores Soler, Lidia Soto y Germán Castelli los hallaron coautores de “secuestro extorsivo agravado por el empleo de armas de fuego, por haberse cometido en perjuicio de un menor de 18 años, por el número de intervinientes y por haberse causado intencionalmente la muerte de la víctima”.

Además, fueron condenados la esposa del herrero Souto, Ana Moyano (41), a 24 años de prisión; su hija Jennifer Souto (21), a 17 años; su cuñada Celeste Moyano (29), a 19 años; Federico Esteban Maidana (30), a 21 años y Elías Emanuel Vivas (22), a 18 años.

“Esto no es Justicia, no le mientan a la familia”, gritó una de las mujeres al conocer su pena y en medio de llantos fue retirada de la sala por personal penitenciario, mientras los Beradi se vieron conmocionados por esta tensa situación.

El particular damnificado, Eduardo Durañona, adelantó que apelará casi todo el fallo porque había solicitado reclusión “por tiempo indeterminado” y se mostró en desacuerdo con la única absolución.

Lo único que valoró fue que varios de los condenados fueron considerados “reincidentes” (por Alvarez, Figueroa y Néstor Maidana) porque “siempre cuando venían los testigos decían que la manera de ´trabajar´ era delinquiendo, lo cual es terrible para una sociedad”.

Rodeada de decenas de familiares y amigos de su hijo, la madre de Matías se mostró especialmente preocupada por la chica absuelta y recordó que “en su momento la prisión domiciliaria la había pedido un tío narcotraficante”, por lo que reclamó que el Estado vea adónde va a ir a vivir.

Davero se preguntó “cuál es el futuro de esta chica” y consideró que “ella era conciente, tenía una formación secundaria (al momento del secuestro), era muy buena alumna, podría haber impedido esto”.

Consultada sobre si había sentido algo de alivio por las penas, la madre de Matías contestó: “Yo sentía paz, hay un Papa que dijo ´Si quieres paz, lucha por la Justicia´, la tomo la frase”.

EN 2010

Berardi (16) fue secuestrado a las 5.30 del 28 de septiembre de 2010 en el cruce de ruta 26 y Panamericana, en Ingeniero Maschwitz, Escobar, donde bajó de una combi cuando regresaba de una fiesta de egresados en Capital Federal.

A las 6.20, se inició una serie de ocho llamados extorsivos en los que la víctima les avisó a sus padres que estaba secuestrado y los delincuentes exigieron un rescate de 30.000 pesos.

De acuerdo al expediente, la banda trasladó al chico al taller que Souto tenía en avenida Sarmiento 407, de Benavídez, partido bonaerense de Tigre, donde lo tuvo atado y vendado en un baño.

Tras pasar 14 horas cautivo, Matías logró escapar y comenzó a pedir ayuda entre los vecinos a quienes les decía que lo tenían secuestrado, pero no logró que nadie lo ayudara, ni refugiara.

Según lo declarado por varios testigos, mientras Souto y Facundo Maidana persiguieron con un auto y lograron recapturar a Berardi a dos cuadras, en las puertas de un cementerio, las mujeres de la familia salieron a la calle a los gritos a decirle a los vecinos que en realidad era una ladrón que había intentado robarles.

La víctima fue trasladada a un descampado ubicado en un camino de tierra a 300 metros de la ruta 6, a la altura de Campana, donde los asesinos le efectuaron dos disparos con una pistola calibre 11.25, uno de los cuales ingresó por el omóplato derecho de la víctima y le ocasionó la muerte.

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