Prevención de adicciones – Problemática

Comunicado de la Liga de Madres de Familia – Comisión Diocesana Avellaneda – Lanús.

Un rasgo típico de esta enfermedad es que la mayor parte de la población que necesita asistencia no la pide. Especialmente porque si consume drogas ilegales esa población es clandestina por el carácter jurídico de la sustancia y en el caso del alcohol u otras sustancias legales, la extendida tolerancia social frente al abuso o al uso indebido hace que se tenga una baja percepción de enfermedad por parte del paciente y su entorno.

El alcohol y la droga aterroriza a los adultos especialmente a los padres. Sin embargo hablar de este tema es enfrentar a otro, se trata de las dependencias, todos de una forma dependemos de algo. La dependencia en si misma forma parte de nuestras redes sociales, pero no nos debemos apegar a esas dependencias ya que éstas nos quitan libertad, nos hacen daño.

La pregunta que nos hacemos es ¿para qué o porqué necesitan tomar? ¿qué es lo que ellos no pueden decir o no pueden hacer sin el alcohol ya que este elemento se los hace mas fácil?.

El tema de fondo no es si el alcohol y las drogas matan neuronas o hacen mal, pues todos sabemos que en el momento que se consume la pasan bien y no piensan en las consecuencias.

El drama viene después, cuando los efectos desaparecen y no recuerdan lo que hicieron o son tan distintos que lo único que quieren es repetir la sensación de libertad que le causa esa falsa realidad.

Todo comienza con el alcohol, es la puerta de entrada a todos los problemas sociales, incluida la violencia social. Nos llama la atención la falta de preocupación, interés y difusión por parte de salud publica.

El alcohol es, lamentablemente todavía, un signo de masculinidad y de hombría y como las niñas toman más que ellos, «quieren hacer cosas de hombres».

Alcohol y drogas son una necesidad social y permiten probar personalidad y carácter.

Los adolescentes dejan mucho que desear; no saben utilizar su tiempo libre y si no están conectados a alguna pantalla todo parece aburrido. Ello dentro del contexto que implica formar parte de una generación que no quiere ser adulta, se asustan de las responsabilidades que tienen que enfrentar -pues no saben enfrentarlas y no le hemos dado tiempo para asumirlas.

Alcohol y droga son la solución ideal. Son rápidos sus efectos, cambian lo que no me gusta de mi, disfrazan los miedos, me hace parecer mas valiente por un rato, «siento que todo a mi alrededor es positivo».

Pero nos pese o no, llegará el momento de tomar conciencia y contacto con el mundo, entonces, nos tocará encontrarnos igual de tímidos y temerosos que al principio e inseguros con el mundo, ya que la realidad hay que enfrentarla.

La solución como padres y adultos para no tener que llegar a esto es darles responsabilidad, y no por decir «no» es frustrarlos. Enseñarles de pequeños lo que está bien y lo que está mal .

«Reglas claras es la consigna»; además tenemos que preocuparnos por las habilidades sociales de nuestros hijos, desarrollar en ellos capacidad de decir que «no»a las presiones sociales; que se sientan queridos y aprendan a quererse a si mismos con el fin de que no necesiten aliñar su vida social y experimenten en cambio, la plenitud de su ser estando conciente de ellos y del mundo.

Ojalá los adultos reflexionemos sobre la forma de criar a las nuevas generaciones.
No hagamos sólo cosas urgentes y poco importantes; pongamos nuestra energía al servicio de la educación y mostremos a nuestros hijos como alcanzar la plenitud del alma.

Liga de Madres de Familia – Comisión Diocesana Avellaneda – Lanús

avelanuslmf@yahoo.com.ar

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