Se trata de la especie fororraco hallada en la zona de la Barranca de los Lobos, cerca del arroyo Lobería, a unos 25 kilómetros al sur de Mar del Plata.

Alejandro Dondas, jefe de Laboratorio de Paleontología del museo local y uno de los descubridores de los restos fósiles, dijo a Télam que “pertenece a un nuevo género y especie y es el más completo que existe en el mundo”.

El fororraco es un ave extinguida hace 3,3 millones de años y la especie hallada formará parte de la exposición permanente del museo en Mar del Plata.

Dondas señaló que la zona del hallazgo “es un gran yacimiento paleontológico, pero debido a que hay mucha erosión y sedimento se hace difícil trabajar en el lugar, más allá de que es de fácil acceso”.

En ese sentido indicó que “lógicamente seguiremos trabajando, debido a que las lluvias o los derrumbes que hay en el lugar permiten dejar expuestos restos de nuevos fósiles”.

No obstante el científico aclaró que “el hallazgo de restos fósiles de aves es sumamente infrecuente debido principalmente a la fragilidad natural de sus huesos, huecos y de paredes óseas delgadas”.

Junto a Dondas trabajaron Fernando Scaglia, bisnieto del fundador del museo; Matías Taglioretti, del Instituto de Geología de Costa de la Universidad Nacional de Mar del Plata; Claudia Tambussi, especialista en aves de relevancia internacional y Federico Dagrange, especializado en fororracos, ambos del Museo de La Plata.

Los fororracos se originaron en América del Sur hace más de 50 millones de años y fueron aves corredoras de poca o nula capacidad de vuelo, de tamaño grande a gigante, con hábitos carnívoros predadores, provistas de fuertes garras y un gran pico que utilizaban al capturar sus presas.

Dondas informó que el hallado en Mar del Plata “es el ejemplar más completo que existe, por lo que de aquí en más podrán conocerse características y aspectos de los fororracos desconocidas hasta el momento, al no haberse hallado nunca algunas de sus partes anatómicas, como por ejemplo los huesos del paladar o los de la lengua”.

En ese marco, manifestó que en el resto del mundo “sólo se habían hallado fragmentos de cráneos, que es la pieza que contiene mayor información, pero nunca los huesos del paladar y la lengua, como en este caso, y tenemos el 100 por ciento de las piezas, contra un 15 o 20% de partes de esta especie en otros hallazgos”.

“En el ejemplar expuesto pueden observarse no sólo todas las partes del esqueleto sino también excepcionalmente conservados los anillos escleróticos de los ojos, tendones osificados de las patas o anillos pertenecientes a la tráquea”, completó el investigador.