Presencialidad cuidada: Siete de cada 10 escuelas tomaron medidas a partir del uso de los medidores de dióxido de carbono
La distribución de estos dispositivos por parte del gobierno provincial es clave para detectar si es necesario mejorar la ventilación o no y reducir la transmisión de los virus respiratorios. No obstante, aclaran que se deben mantener las demás medidas de cuidado anticovid.
El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires ya evalúa positivamente la utilización de los 33 mil medidores de dióxido de carbono (CO2) que distribuyó en más de 13 mil escuelas de gestión estatal para la reducción del riesgo de transmisión de la COVID-19 en las aulas.
Un relevamiento reciente muestra que 7 de cada 10 escuelas (72%) tomaron medidas en relación a la ventilación como resultado de las mediciones, es decir, incrementaron la apertura de puertas y ventanas cuando registraron valores elevados de CO2, el gas que emitimos las personas al exhalar.
Desde el 1º de septiembre, como se sabe, los establecimientos educativos bonaerenses iniciaron una nueva etapa, la de la presencialidad plena y cuidada, una medida que resultó posible gracias al descenso sostenido de casos y al avance de la campaña Buenos Aires Vacunate.
Los especialistas de la cartera saniaria bonaerense indican que uno de los aprendizajes que dejó la pandemia a nivel global, y que ya tiene aval de la ciencia, es que la vía de contagio por aerosoles resulta preeminente: “Las partículas emitidas por las personas al respirar, hablar, estornudar o toser contienen dióxido de carbono y, si están enfermas, también diseminan virus”, explicó Enio García, jefe de asesores del ministerio de Salud bonaerense. Agregó que por su escaso peso, esas partículas permanecen suspendidas en el aire durante largos períodos que pueden alcanzar, incluso, las 3 horas”. Por lo tanto, los espacios cerrados propician la concentración de aerosoles y permanecer mucho tiempo en ellos sin ventilación provoca mayor riesgo de contagios en el caso de que allí se encuentre una persona enferma.
Por eso, la recomendación es medir el CO2 en el aire y tomar medidas de ventilación de los ambientes en caso de detectar que la concentración es superior a 400 ppm (partes por millón) en comparación con el nivel inicial.
La iniciativa de medición que se implementa en las aulas de la Provincia se llama “Buenos Aires en las Escuelas” y se concretó a partir del trabajo articulado entre el ministerio de Salud bonaerense, la dirección general de Cultura y Educación, los ministerios de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de Nación y Provincia y la cartera educativa nacional.
Relevamiento
A fines de agosto, la dirección general de Cultura y Educación lanzó un relevamiento para que completen todas las escuelas estatales de la Provincia con el objetivo de que evalúen la estrategia de los medidores de CO2. Los resultados parciales (5.807 respuestas) para las escuelas indican que hay una gran adherencia al uso de esta medida (96% de las escuelas lo utilizan) y que la gran mayoría la considera “importante” o “muy importante” para lograr el objetivo de presencialidad cuidada (94%).
Entre otros resultados, se destaca que 7 de cada 10 escuelas (72%) tomaron medidas en relación a la ventilación como resultado de las mediciones, e incrementaron la apertura de puertas/ventanas si los valores eran elevados (30,5%) o, por el contrario, establecieron una menor apertura para lograr mayor comodidad térmica con valores bajos de CO2 (65,5%). Sólo el 15% de los establecimientos reportó que alguna de todas las mediciones realizadas periódicamente superó los niveles recomendados (400 ppm por sobre el nivel del aula vacía), y logró solucionarlo con más aperturas de puertas y ventanas.
Por último, el 98,3% de las escuelas respondió que la presencia de los medidores y el control de la ventilación que ellos permiten, no implicó la relajación de otras pautas de cuidado. Desde el ministerio de Salud bonaerense se insiste en que es clave tener en cuenta que la ventilación es una medida complementaria de prevención y que es efectiva si, además, se mantienen el uso adecuado y permanente del tapaboca y nariz, si se evitan interacciones con otros grupos de estudiantes y si se cumple con la higienie de manos y la distancia social.
Otros países también lo implementan
Países como España, Italia, Estados Unidos e Irlanda incorporaron o recomendaron la utilización de los medidores de CO2 para reducir el impacto de la pandemia en las escuelas.
En algunas ciudades y comunidades autónomas de España la utilización de medidores de dióxido de carbono comenzó durante la segunda mitad del 2020, con el regreso a las clases presenciales.
Un estudio realizado en escuelas de Verona, Italia, analizó el flujo de la ventilación y la efectividad de las intervenciones de mitigación en las aulas, como medir la concentración de CO2 con sensores y así poder establecer de manera segura los intervalos de ventilación
Por otro lado, en junio de 2021, los CDC de Estados Unidos (Centros de Control y Prevención de Enfermedades) incluyeron entre sus recomendaciones para disminuir la exposición al SARS-CoV-2 la importancia de ventilar los espacios cerrados y plantearon que el uso de medidores de CO2 es una medida eficiente para monitorear la ventilación de los edificios.
En el caso de Inglaterra, el Departamento de Educación distribuirá 300 mil medidores de CO2 en todas las escuelas para que, tanto los profesores como los estudiantes, puedan alertar si la calidad del aire dentro del aula está disminuyendo y así poder tomar medidas para reforzar la ventilación.
Otro país que comenzará a implementar el uso de sensores de CO2 en las aulas es Irlanda que, en el marco de la campaña “Back to School”, repartirá este mes los dispositivos en escuelas primarias y secundarias. En mayo del 2021, desde el Departamento de Educación, se publicaron diferentes guías para la ventilación en escuelas y el uso de los monitores de dióxido de carbono.