Pensando desde el rencor

Escribe el Dr. Juan Manuel Casella.

La Presidenta se ha definido a sí misma como una abogada exitosa. Ese éxito, compartido con Néstor Kirchner, le ha permitido acumular un patrimonio muy importante.

Desde el punto de vista político, también ha sido una mujer exitosa. Influyó sobre el de su provincia durante varios períodos, en los que se desempeñó como Legisladora Nacional pero participó en la toma de decisiones en el ámbito provincial. Tan importante fue su éxito político, que no sólo llegó a la Presidencia de la República, sino que también fue reelecta con una ventaja enorme sobre su inmediato competidor.

Sin embargo, sus discursos actuales –entendiendo por discurso todas sus expresiones públicas, incluyendo las que emite por las redes sociales- son cada día más crispadas, más agresivas, incluso irrespetuosas. Pero lo que es peor: el contenido de sus declaraciones públicas es cada vez menos profundo.

Cuando habla, la Presidenta parece hacerlo desde el rencor. Porque se enoja ante cualquier amago de resistencia, ante cualquier disidencia, ante cualquier discrepancia. Parece estar convencida de que el triunfo electoral la autoriza a hacer todo lo que se le ocurra, sin limites legales ni tolerancia frente a la opinión distinta.

En realidad, no sabemos cuál puede ser el motivo de su enojo, porque viene del éxito y todavía lo disfruta. Además, esa forma de pensar nos preocupa como ciudadano, porque el rencor la perturba emocionalmente y disminuye su capacidad de razonamiento objetivo, justamente cuando quien desempeña un cargo de esa importancia institucional debe poseer amplio dominio de su propio carácter y de su capacidad de razonamiento.

Además, la Presidenta parece no tener amigos ni desearlos. Da la impresión de que quiere tener nada más que subordinados incondicionales. Y este deseo también es malo, porque los incondicionales aceptan todo, mientras que los amigos advierten los errores y aconsejan su rectificación con toda la energía que sea necesaria, cuando son realmente leales.

Nos parece que la Presidenta debería controlar su carácter, pensar en positivo, profundizar su pensamiento y buscar amigos y no solamente amanuenses.

También debería –a nuestro criterio- pensar menos en la reelección y más en los dos años que le quedan de mandato, para que pueda cumplirlo en las mejores condiciones posibles y con beneficio para todos.-

Dr. Juan Manuel Casella
estudiocasella@cpacf.org.ar

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