Silva le entregó su renuncia a Rousseff en una reunión en el Palacio del Planalto, sede del gobierno, en la que participó además el presidente de su fuerza política, Renato Rabelo, del Partido Comunista do Brasil (PCdoB).

“Decidí alejarme del cargo para defenderme de acusaciones que son todas mentiras, sin sustento, defender mi honra de este linchamiento público”, dijo Silva tras reunirse con Rousseff en el Palacio del Planalto, informaron las agencias ANSA, DPA y la estatal Agencia Brasil.

Silva tenía la responsabilidad de negociar la Ley General del Mundial 2014 con la FIFA, cuyo secretario general, Jerome Valcke, desde Suiza, había dicho que su interlocutor no sería el ministro, sino la presidenta Dilma Rousseff y un “nuevo encargado del tema”.

También estaba a cargo del programa de incentivo estatal para los deportistas, de cara a la preparación de los Juegos Olímpicos Rio de Janeiro 2016.

La renuncia, que Silva entregará esta tarde a la mandataria, fue decidida anoche durante una reunión entre Rousseff, el ministro y las autoridades del PCdoB, convocada de manera sorpresiva luego de que ayer el Supremo Tribunal Federal (STF) aceptara el pedido de la Procuraduría General de abrir una investigación sobre las denuncias en contra del funcionario, informó la estatal agencia de noticias Brasil.

La decisión del STF agravó la situación de Silva, que el viernes pasado había sido ratificado por Rousseff y había asistido días atrás al Congreso para dar explicaciones sobre las acusaciones, según aseguró hoy el secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho.

El funcionario explicó que en la reunión que Rousseff tuvo anoche con el presidente del PCdoB, Renato Rabelo, y con el propio ministro saliente, hoy a la mañana, no se llegó a un acuerdo sobre el nombre del sucesor de Silva, que se busca sea del mismo partido aliado.

“Como no hubo definición, la presidenta podrá nombrar de manera interina al secretario ejecutivo” del Ministerio de Deportes, Waldemar Manoel Silva de Souza, explicó Carvalho.

“El PCdoB respeta la decisión de la presidenta. Sabe que la decisión es de ella y que la reacción del ministro Orlando Silva fue de una madurez política muy grande”, agregó.

Hace dos semanas, el policía militar João Dias Ferreira acusó al ministro de participar de un esquema de desvío de recursos públicos del Programa Segundo Tiempo.

La denuncia fue publicada por la revista Veja y desde entonces Silva viene negando la acusación, tanto al comparecer en el Congreso como al pedir al Ministerio Público que lo investigue para garantizar su inocencia.

El procurador general, Roberto Gurgel, explicó hoy que la investigación sobre la denuncia continuará aunque Silva deje el cargo.

Según Gurgel, la única diferencia con la renuncia es que el caso será analizado en el Superior Tribunal de Justicia en lugar de en el STF, máxima instancia judicial del país.

Las acusaciones contra Silva causaron preocupación incluso a la FIFA, cuyo secretario general, Jerome Valcke, expresó su esperanza de encontrar a un “nuevo interlocutor” del gobierno en la visita que hará a Brasil en la semana próxima, en el marco de la preparación del Mundial de fútbol de 2014.

“Yo espero que no haya un vacío… No hay tiempo que perder hasta el Mundial. Espero que no haya un período en que no haya una persona con la que yo pueda hablar”, expresó el dirigente, en entrevista al diario brasileño Folha, según recogió la agencia de noticias Ansa.

Silva está a punto de convertirse en el sexto ministro en abandonar el gabinete de Rousseff en los últimos cuatro meses, y el quinto en hacerlo a raíz de un escándalo de corrupción.

Las denuncias de irregularidades en el gobierno llevaron en junio a la dimisión del ministro del Gabinete Civil, Antonio Palocci, acusado de multiplicar por 20 su patrimonio entre 2006 y 2010, cuando se desempeñó como consultor de empresas privadas.

Luego, abandonaron el gabinete otros tres ministros acusados de irregularidades -los de Transportes, Alfredo Nascimento; de Agricultura, Wagner Rossi, y de Turismo, Pedro Novais-, mientras que el titular de la cartera de Defensa, Nelson Jobim, renunció en agosto tras criticar públicamente a dos de sus colegas de gobierno.