Norberto Folino, primer Director de Cultura

Escribe Antonio J. González.

Nos hemos ocupado varias veces, en esta página, de señalar la importancia de este escritor, periodista, músico y primer Director de Cultura municipal y “el ejecutor de un cambio integral de la política local con respecto al municipio, las acciones culturales y artísticas y el rol del Estado en materia de estimular y apoyar toda acción en esa materia” según decíamos en una cronografía anterior. Y volvemos a recordarlo porque aún el municipio nos adeuda el merecido homenaje oficial. Ningún espacio público y ninguna dependencia cultural con su nombre. Es incomprensible en una ciudad donde se obsequia a figuras del presente, sin la dimensión que tuvo Folino con su debut como titular de la flamante Dirección de Cultura en 1953.

 

 

Había sido miembro de SADAIC, porque era autor de piezas musicales. Entre sus obras se cuentan los tangos “Café, Bar, Billares” y “Para una muchacha solitaria”. Le pertenecen las canciones de las películas “Lo que le pasó a Reynoso”, “Sinfonía de juventud”, “Adiós problemas” y “La barra de la esquina”.

 

Pero su más reconocida obra es el  libro “Barceló, Ruggerito y el populismo oligárquico”, una radiografía lúcida y precisa de aquella época de nuestra historia social y cultural. Todavía hoy sus páginas son recorridas por nuevos interesados en conocer personajes, cuestiones sociales y políticas, anécdotas de aquella triste época.

 

Otros libros publicados fueron: “Peluquería clandestina” como una crónica popular atravesada por su humorismo. En igual dimensión se encuentra  “Testimonio de las cosas que se piantan” y “Chofer buena banana busca chica buena mandarina”, entre otros.

 

Como compositor, dinámico y  popular, apuntó en la producción de algunos discos antológicos, como “Tangos de los tiempos del fonógrafo” y de algunas canciones de la chilena Violeta Parra, hoy inhallables. Esta última versión discográfica dejó atrás la anécdota de su encuentro con Violeta cuando se encontraba de paso por Buenos Aires, un poco de incógnito, y por la cual –junto a Raúl Frocari Rinaldi- le hicieron un reportaje, publicado luego en la revista Vuelo en 19…, muy reclamado -todavía hoy- por los estudiosos de la historia de la cantautora chilena.

 

Su labor literaria, sus cuentos y relatos fueron publicados, en aquella época, en distintos diarios y revistas. Más adelante, de 1984 a 1989, fue co-creador y co-conductor del programa radial “Café, bar, billares” por la antigua Radio Belgrano.

 

Los textos de comentarios y entrevistas de Folino fueron reunidos en el libro “Café, bar, billares” de Ediciones Desde la Gente del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (1999), actualmente agotado.

 

En 1995 lo visité en su casona de Monte Grande, ya enfermo, y publiqué en estas páginas un reportaje donde puntualiza aspectos de su actuación como Director de Cultura, entre otras manifestaciones sobre su vida. Poco tiempo después fallece.

 

Hemos visto entonces su rica y destacada actuación, desde la función pública como en su producción personal. Aún creemos que su memoria y su legado social y cultural merece que, por fin, el municipio le tribute el recuerdo popular y oficial que se merece.

 

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