Nobleza Criolla

Escribe Marcos Magneschi

Las funciones de teatro que brindó el proyecto del Roma en los barrios, plasmó una impronta duradera y auspiciosa. La idea de llevar a los barrios teatro popular y de manera gratuita significa afianzar vínculos que no siempre se pueden realizar salvo cuando la propuesta tiene que ver con la cultura. La cultura genera lazos, y la cultura popular genera vínculos más estrechos.

 

El teatro como espejo de la realidad vincula el espacio teatral, con el actor y el espectador. Quizá un espectador que no ve habitualmente mucho teatro pero conoce algunas piezas aunque sea de nombre, y siente curiosidad y concurre a ese espacio que está cerca de su casa y entra, entonces se produce la magia. Alegría, tristeza, solidaridad, heroísmo. Música, bullicio, silencio. Emoción, la historia penetra en el espectador y se identifica o identifica con personajes de lo cotidiano, de su vida, del barrio. Ese ir y venir se llama teatro. Y dentro de nuestro acervo cultural existen géneros que nacieron con la historia social de su tiempo, y escritores que supieron plasmar lo que vieron a su alrededor. Alberto Vaccarezza, uno de ellos supo concebir en una pieza teatral una fórmula que al día de hoy pasados varios años sigue tan vigente como el primer día; El Conventillo de la Paloma, inaugurando así uno de los géneros rioplatenses mas importantes, el Sainete; “Un patio de Conventillo, un italiano encargao, una percanta, un vivillo, un yoyega retobao, dos malevos de cuchillo, un chamuyo, una pasión, choques, celos, discusión, desafío, puñalada, aspamento, disparada, auxilio, cana… telón. Pués debajo de todo esto, tan sencillo al parecer debe el sainete tener rellenando su armazón, la humanidad, la emoción, la alegría, los donaires y el color de Buenos Aires metido en el corazón´´.

 

Esta primer pieza es la que se vio en nuestro espacio, Biblioteca Popular Veladas de Estudio Después del Trabajo con una escenografía que ocupó gran parte de la sala convirtiéndola en un patio de conventillo, con perro y todo, dirigida por Gustavo Di Leo.

Excelente trabajo y puesta, acompañada de un lleno total, más de cien personas. Cuando hablamos de teatro popular tenemos que hablar de sentires, de decires y sobre todo de la esencia misma de la que estamos hechos. En este caso lo azaroso no existe, existe la intencionalidad de hablar en un mismo idioma. Y cuando decimos esto tenemos que hablar de otra pieza, formidable composición de actores y títeres llamada Óscar, con la trama entretejida con la pasión que mueve multitudes, el fútbol y un personaje, un arquero, llamado Óscar Hortigosa, que atajó todos los goles, un crack, pero no supo atajar el único gol que le metieron, el de la vida. Una creación de Miguel Ángel Vigna, títeres para adolescente y adultos, recreación de un estadio con relatores y público. Con atajadas en cámara lenta de pelotas imposibles que domingo a domingo, Óscar sabía atajar. La segunda puesta mas intimista fue una fiesta. Luego, la compañía de teatro D1 en Un único Mundo, el monólogo de un solo actor, Carlos Vignola en escena, desarrollando nueve personajes que nos hablaron de las múltiples tragedias de la colonización española y el amor de un Adelantado español Don Santiago de Quevedo y una princesa autóctona, Xuchitl con el tomar parte de una justicia que necesariamente debía igualar la balanza. La dirección estuvo a cargo de Gabriela Fiore. Esa fue la tercer puesta y creo que sin lugar a dudas un ejercicio memorable de actuación. Por último la compañía de teatro Juglares presentó Las Nuevas Aventuras de Juan Moreira, con Roberto Cortizo Petraglia y el músico Cesar Mont, con dirección del primero. Nuestro Circo Criollo y el drama máximo de los Podestá. El picadero, donde los caballos giran sin cesar y los trapecistas que se lanzan al vacío sin red y Pepino el 88 que sale a hacer reír y la pantomima del héroe gaucho Juan Moreira que luego habló e hizo justicia, justicia criolla, con la crueldad de la policía y la maldad del pulpero. Luego la fiesta con el baile del Pericón Nacional y los gritos de la popular. Como Leguizamo solo o El SoL del 25 viene asomando o ¡Viva la Patria!. La Patria, ésta, menoscabada, dolida, desaparecida, olvidada por sentimientos foráneos que pretenden hacernos decir otra cosa. Como La Paloma, Como Óscar, como el Adelantado, como Juan Moreira, ídolos populares que hacen reír, llorar y aclamar a esos que solo ríen como se debe reír, que solo aclaman como se debe aclamar y que saben llevar en su corazón todos los sentimientos en uno solo, todas las glorias todas, todas las voces, el pueblo.
Marcos Magneschi

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