Matrimonio y Familia

Reflexiones de la Liga de Madres de Familia Diocesana.

El matrimonio arraiga en la naturaleza humana. Apenas hay una cosa más profunda en ella que la diferenciación de los sexos. Apenas una tendencia más honda que el amor.

El amor no es una pura polarización biológica; no es sólo una atracción emocional: existe una depravación del amor.

El amor del hombre y de la mujer llega a una comunión integral, cuya base y coronamiento es el espíritu. Por eso es una relación personal. Y decir persona es decir conciencia, libertad, responsabilidad. Amor personal es relación entre un yo y un tú: entre dos conciencias, dos libertades, dos responsabilidades. Es la transformación de la posesión en donación. Allí se desea a otro como objeto; aquí se lo respeta como persona. El hombre y la mujer tienen la misma naturaleza e igual dignidad: se atraen para una comunión en el amor. El matrimonio es un don de la creación. No hay realidad semejante que se la pueda igualar. No es una unión cualquiera entre personas, tiene características propias e irrenunciables que hacen del matrimonio la base de la familia y de la sociedad así fue reconocido en las grandes culturas del mundo. Así lo reconocen los tratados internacionales asumido en nuestra Constitución Nacional CF.ART.75, INC.22) Así lo ha entendido nuestro pueblo.

El matrimonio y la familia es el hogar de las nuevas generaciones humanas. La familia es uno de los valores que a pesar de la situación de cambio y a veces de desequilibrio moral, fundamentalmente perdura, y sobre el cual se puede reconstruir la sociedad.

La aspiración al progreso, el amor paterno y materno, la defensa de ciertos valores, el deseo sincero de educar… significan una fuerza que hay que conserva y fomentar. No se lograría sin estabilidad. La familia debe recobrar la importancia naturalmente asignada en la organización de un país, en sus regímenes políticos, sociales, legales, económicos, asistenciales, educacionales. No es una institución más: debe ser considerada como el centro vital de la sociedad, donde se formen las personas, se inspiren y nutran las otras comunidades y se impulse su desarrollo integral.

No destruyamos el matrimonio y la familia, pieza fundamental de la sociedad.

Comisión Diocesana Liga de Madres de Familia, Avellaneda – Lanús
avelanuslmf@yahoo.com.ar

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