Mala atención en el Hospital de Wilde

Carta de José Angel Mataffo.

El pasado jueves por la noche mi hija, Gisel Mataffo, fue víctima de la inseguridad nuevamente, luego de ser asaltada se acercó al Hospital de Wilde con un fuerte dolor en su mano derecha, producto de un fuerte golpe recibido en el momento del hecho delictivo.

Llegó al nosocomio alrededor de las 12:40 hs, al dirigirse a la secretaría le pidieron sus datos y le dijeron que tomara asiento que por alguna de las puertas la iban a llamar.

Luego de 1 hora de espera, volvió a acercarse a la secretaría a reclamar, y la respuesta fue “ya avisé, esperá”, lo llamativo era que no había nadie en la sala de espera, solamente se encontraba ella junto con su marido que la acompañaba y los rodeaban 6 perros, y 4 personas que dormían en los asientos rodeados de carritos con cajas y bolsas con plásticos, cartones y demás.

Luego de transcurrir 1 hora más volvió a acercarse a la secretaría, ya esta vez llorando del dolor, reclamando que alguien, ya sea un enfermero por lo menos la atendiera, a lo cual la respuesta volvió a ser la misma, ya avisamos pero esta vez con un tono sobrador, lo cual provocó la ira de esta joven que empezó a los gritos y llanto de dolor a seguir pidiéndo que la atendieran, de esta forma lo único que logró es que le dijeran “golpeá las puertas, otra cosa no puedo hacer, ya avisamos”.

Ya siendo casi las 3 de la mañana con mucho dolor y bronca por el maltrato de la gente encargada de la secretaría, agobiada por el olor nauseabundo que había en el lugar, y muerta de dolor, comenzó a golpear y patear las puertas y a gritar pidiendo que alguien la atienda. Esto provocó una respuesta inmediata, se abrió una puerta y un médico pronunció su nombre, y mágicamente luego de más de 3 horas la atendieron.

Estuvo desde las 12:40 hasta las 3 de la mañana esperando que un enfermero o médico se digne a atenderla.

José Ángel Mataffo
D.N.I 10.817.730

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