Lucila Frend declaró por el crimen de su amiga Solange y apuntó contra un albañil

Lucila Frend, la joven que está acusada por el crimen de Solange Grabenheimer, sugirió hoy que el autor del homicidio de su amiga pudo haber sido un albañil que trabajaba en una obra lindera a su departamento en la localidad de Florida, quien pudo haber entrado por la puerta de un balcón que “estaba abierta”.

“Estoy casi segura de que la puerta estaba abierta. No se podía cerrar con llave porque estaba rota. Desde octubre, por el calor, la dejábamos abierta. Uno de los albañiles de la obra de al lado entraba al PH por esa puerta para hacer unas refacciones. A mí me molestaba que (Solange) dejara entrar al obrero, pero ella me decía que era de confianza”, dijo Frend.

La joven intentó desvincularse del crimen ante el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Isidro, que la juzga desde esta mañana por “homicidio doblemente calificado por alevosía y ensañamiento”, un delito que prevé la pena de prisión perpetua.

La joven llegó pasadas las 10 a los Tribunales de San Isidro y, sin hacer declaraciones a la prensa, ingresó a la sala de audiencias, donde minutos más tarde comenzó a ser indagada por los jueces Lino Mirabelli, Oscar Zapata y Hernán San Martín.

En el transcurso de su declaración, Frend lloró en varias oportunidades, una de las cuales fue cuando recordó, de acuerdo a su testimonio, el momento en el que encontró muerta de Solange.

La imputada apuntó a la hipótesis de que el asesino sea uno de los obreros al decir: “Pensé en el obrero. Uno de los obreros le mandó un mensaje de texto a Sol invitándola a salir, gustaba de ella”.

Y recordó que el lunes anterior al hecho, cuando salió a su trabajo, se sintió intimidada por un hombre que estaba en la obra: “Me miró muy raro, fijo y se metió volando dentro de la obra. Me miró con mirada de odio”.

Cuando el fiscal del juicio Alejandro Guevara le preguntó si esa persona era uno de los obreros que Solange dejaba entrar, la acusada respondió que “no lo puedo asegurar, pero tenía un parecido en las facciones”.

Al comenzar su testimonio, Frend hizo un relato del 10 de enero del 2007, cuando ocurrió el crimen, y dijo que cuando salió de su casa para dirigirse a su trabajo, Solange “dormía como todos los días”.

“Salí de mi casa y juro que Sol estaba durmiendo como todos los días”, señaló la acusada, quien agregó cuando encontró el cuerpo junto al novio de Solange, éste le dijo: “Ya sabemos de dónde viene esto: por el lado de Robbi”, en referencia al padre de la víctima Roberto Grabenheimer, dueño de un negocio de polarizado en la zona de Warnes.

Respecto al hallazgo del cadáver, Frend recordó que “estaba tirada en el piso” de su cuarto y que “todas las sábanas estaban llenas de sangre”.

“Entramos con Santiago (novio de Sol). Apenas abrimos la puerta escuchamos el despertador de Sol sonando. Noté que el contestador del teléfono estaba desenchufado, ahí me asuste un montón, empecé a temblar, ahí pensé que algo malo había ocurrido”, recordó Lucila al declarar ante los jueces.

Y añadió: “Yo no me animaba a subir. Santiago subió la escalera caracol y gritó `Sol está tirada en el piso, está todo lleno de sangre`. Subí, Sol estaba tirada, tenía sangre en la espalda y todas las sábanas estaban llenas de sangre. Parecía muerta, no se movía, no respiraba”.

Además, la imputada acusó al fiscal Guevara de haberla “obligado” a realizar una reconstrucción del hallazgo del cadáver, tras la cual solicitó su detención.

“Fue un abuso absoluto. Todos me miraban como si yo fuera la culpable”, dijo Frend, tras lo cual recordó: “Me obligaron a pasarle un cable por el cuello a un gendarme y hacer como que lo ahorcaba. Yo no quería hacerlo, ellos me obligaron”.

noticias relacionadas