Los manifestantes del Movimiento de los Indignados volvieron al centro de Barcelona tras la represión

“El pueblo unido, jamás será vencido” corearon triunfantes miles de manifestantes al recuperar ayer el control de la emblemática plaza Catalunya de Barcelona después de que la policía desmanteló el campamento del movimiento de los indignados en un intento de desalojo que se vio frustrado por la presión popular.

La resistencia y el enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas de seguridad dejó más de 90 heridos y dos detenidos.

“¡Fuera, fuera, fuera!”, gritaban los indignados catalanes mientras aplaudían y corrían a la policía que se retiró del lugar varias horas después del comienzo de la operación, forzados por los manifestantes que acudieron a la plaza en apoyo de los acampados que resistían pacíficamente en el interior.

Para entonces, la policía ya había retirado del lugar la infraestructura de los acampados. Sin embargo, poco después todos estaban trabajando para levantar nuevamente el campamento mientras se organizaban para una gran protesta esta misma noche en repudio al intento de desalojo y la represión policial.

“Hemos triunfado, nos querían desalojar paro no han podido gracias al apoyo de todos los que estuvieron aquí toda la mañana resistiendo pacíficamente”, le dijo a Télam Gemma, una de las manifestantes que se quedó dentro de la plaza.

La acción policial comenzó a las 7 de la mañana, cuando cientos de efectivos, acompañados por cuadrillas de limpieza municipal, llegaron sorpresivamente a la plaza Catalunya con el argumento de que querían asear el lugar, que está ocupado por manifestantes indignados con la crisis y la clase política desde el 16 de mayo.

“Este es un operativo de limpieza para evitar que se produzcan incidentes de cara a una eventual celebración si el Barcelona gana la final de la Liga de Campeones el sábado. El objetivo es retirar todo el material inflamable”, le dijo a Télam un vocero de la policía catalana.

Ante la mirada de unos 200 acampados en el centro de la plaza, la policía desmontó y se llevó todos los enseres de los indignados, incluyendo carpas, camas, colchones, mesas, sillas, sillones, cocinas, comida donada y la infraestructura de comunicación.

Hacia las 10.45 (5.45 de la Argentina) se produjeron los primeros incidentes, cuando los uniformados cargaron contra algunos manifestantes que se sentaron en el perímetro de la plaza para tratar de bloquear el paso de los vehículos y la cuadrilla de limpieza.

La policía intentó llevarse a algunos a la rastra, lo que provocó la reacción del resto, que intentó proteger a sus compañeros.

Así, los Mossos d Esquadra –policía catalana- comenzaron a cargar con sus bastones sobre los manifestantes que respondían sentándose en grupos en la calle y con las manos en alto en una actitud pacífica. “¡Menos porras, y más educación”!, coreaban.

Los manifestantes, que para ese entonces ya denunciaban el operativo de “limpieza” como un intento encubierto de desalojarlos de manera permanente, forcejearon con los policías, lo que agravó la situación.

“Esto no es limpieza, es un desalojo”, gritaban algunos de los indignados, según pudo constatar Télam.

Fuentes policiales dijeron que 99 personas sufrieron heridas leves y que dos personas fueron detenidas en las trifulcas.

Miles de manifestantes que acudieron al lugar, muchos de ellos con claveles en sus manos, comenzaron a ejercer presión sobre dos cordones que había formado la policía, uno central en torno a los aproximadamente 200 acampados en la plaza y otro en su perímetro.

Cuando los servicios de limpieza, custodiados por la policía, terminaron por desmantelar las carpas del centro de la plaza, los manifestantes que estaban allí comenzaron a ganar espacio y a increpar a los agentes para que abandonaran el lugar, entre empujones e insultos.

En ese momento, los manifestantes que estaban en la periferia se animaron a romper los cordones policial y reocuparon masivamente la plaza, ante una repliegue general de los efectivos en medio de nuevas escaramuzas y golpes.

Los agentes se retiraron finalmente pasadas las 13, ante una silbatina y gritos triunfantes de los indignados que inundaron la plaza Catalunya, recuperada por el pueblo. Una pancarta, en el corazón de la acampada vuelve a recordar el nombre con que la asamblea rebautizó el lugar en honor a la revuelta pacífica iniciada en Egipto: “Plaza Tahrir”.

El Movimiento de los Indignados hizo su sorprendente aparición hace unos 10 días con la ocupación de cientos de plazas de ciudades de España para protestar por la grave crisis económica que atraviesa el país y exigir un nuevo sistema político más representativo, cercano al pueblo e independiente de los mercados.

noticias relacionadas