“La primera habilitación municipal la tuvimos en 1951 y queríamos hacer algo especial para celebrar los 70 años”, dijo a La Ciudad el responsable de El Colegio, Leandro Augusto, quien agregó que “nos dimos cuenta que habían pasado los años, estéticamente hablando, por lo que decidimos, antes de festejar, renovar todo”.

Los primeros cambios se vieron en la vidriera, donde se cambió el piso, el techo, se pusieron luces, muebles nuevos y elementos alusivos a este nuevo cumpleaños.

“Setenta años tenía el piso -enfatizó Augusto- y decidimos hacerlo nuevo, de porcelanato, de color claro para que se luzcan más las luces y la mercadería”.

Con las nuevas luces percibieron que algunas paredes necesitaban más pintura y, así, una cosa  llevó a la otra, fueron renovando el lugar hasta llegar a lo que Leandro Augusto denomina la “estrella del negocio”: La puerta.

“Para todos es algo especial, los clientes siempre me decían que ni se me ocurra cambiar las puertas. Pudimos dar con la persona indicada para recuperarla, un restaurador que las dejó nuevas y están impecables”, destacó el dueño de El Colegio.

“Los vecinos sienten esta puerta como parte del Patrimonio Cultural de Gerli”, remarcó.

Consultado sobre el proceso de remodelación sin dejar de brindar servicios, Leandro Augusto explicó que “todo lo malo tiene algo bueno, y la pandemia nos enseñó que podíamos trabajar de otra manera, como por ejemplo hacerlo con la puerta cerrada”.

“Si pudimos hacerlo durante la cuarentena, por qué no lo íbamos a poder hacer durante una semana o quince días por la remodelación. Y ni si quiera tuvimos que cerrar totalmente, trabajamos con un mostrador contra el frente”, describió.

Los clientes están muy contentos porque, además de ser un negocio que vende productos de librería, son parte del barrio, porque es uno de los más viejos del sector.

Los clientes se identifican con El Colegio porque, sin duda, es parte de sus vidas. Al ser uno de los comercios más antiguos de Gerli, muchos vecinos concurrían con sus padres cuando estaban en jardín de infantes, compraron útiles cuando estaban en la primaria o el secundario, y hasta iban a sacar fotocopias del currículum para el primer trabajo. Varias generaciones son parte de este emprendimiento y el afecto que recibe el local es permanente.

“Esto no es una ferretería donde solo va el padre o la madre que arregla el baño, acá vienen todos y en distintas etapas de sus vidas”, sostuvo su dueño con orgullo.

Al respecto, Augusto resaltó que, si bien ellos pusieron mucha responsabilidad, trabajo y compromiso, el haber transitado setenta años también es mérito de todos los clientes y vecinos.

Seguramente, las hermanas Leonilda y Elba, que dieron el puntapié inicial cuando arrancaba la segunda mitad del siglo pasado, hoy estarían orgullosas de estar dejando una “marca” en cada vecino, en cada familia y en cada hogar del barrio.

“Mi abuela Elba vio por esos años cómo Lacarra iba creciendo, que tenía una veta comercial porque la sastrería de mi abuelo caminaba bien y que estaban construyendo una escuela, la 37. Ahí le comentó a su hermana Leonilda que sería una buena oportunidad poner una librería y le metieron para adelante”, relató Leandro Augusto.

Setenta años después de aquel comienzo, Librería El Colegio es mucho más que la parte tradicional, porque se sumó el sector online, donde un equipo de ventas comercializa mediante las distintas plataformas, pero también a través del correo electrónico o el WhatsApp.

“Estamos teniendo un crecimiento constante en las redes sociales Facebook e Instagram, donde además hacemos sorteos para regalar productos entre nuestros seguidores”, comentó Augusto.

El responsable de El Colegio destacó la impronta joven que las empleadas de la librería impusieron al local, porque “si no fuera por ellas el piso quizá no lo hubiese cambiado, ayudaron a actualizarnos desde la estética y seguir creciendo”.

En ese sentido, la librería también tiene su sector denominado “El Colegio Home”, donde se comercializan artículos para la decoración en la casa, como el tradicional contact que viene con estampados para revestir paredes y goma eva, también para pegar en paredes. “Se usa mucho para revestir de manera práctica y tapar alguna mancha”, destacaron desde la librería.

“También estamos apuntado a todo lo que es tecnología, con mayor variedad en periféricos para la computadora. Siempre tuvimos lo tradicional, con el mejor precio, pero ahora sumamos inalámbricos, gamers, con luces, entre otras cosas”, añadió.

Aquellos que deseen visitar las nuevas instalaciones de El Colegio y aprovechar sus productos de calidad, como las agendas 2022 que ya están la venta, podrán hacerlo de lunes a viernes de 7.30 a 13.30 y de 16.30 a 19.30, y los sábados de 9 a 13 horas. Para consultas o compras online, se puede llamar al 4203-4864 o 2357-4416, escribir a ventas@libreriaelcolegio.com.ar, ingresar a www.libreriaelcolegio.com.ar o mediante las redes sociales (@elcolegiolib).

Hoy, 70 años después, El Colegio es una librería con el mismo espíritu de barrio que la vio nacer, pero con los horizontes muchos más amplios, tras adaptarse a las herramientas que aportan las nuevas tecnologías.