El día de la lealtad simbolizó el agradecimiento de la mayoría del pueblo trabajador argentino a quien se convertiría en su guía y líder quien le restituyó la dignidad de ser humano, lo encaminó hacia la justicia Social; y esencialmente la consolidación del derecho al trabajo y al trabajador. Y, también fortaleció la producción y el pleno empleo para todos. Atendiendo las necesidades sociales. Esa gratitud mutua entre el pueblo y su líder hizo que se generase esta gesta histórica, por ello considero que al 17 de octubre podemos llamarlo Día de la Lealtad, de la solidaridad, la inclusión, la esperanza, de los ideales, los sueños y a los afectos.

Del libro: «17 de octubre de 1945, Un día inolvidable» del autor de esta nota

Nos acercamos un año más a la fecha de conmemoración del inicio del peronismo. Innegable suceso que colmó las calles de gente trabajadora.

Decir peronismo, decir justicialismo es encerrar en alguna parte de nuestro ser la historia que comienza una madrugada y cuyos orígenes podemos encontrarlos en los frigoríficos, en las fábricas y, en todos los lugares donde los trabajadores desarrollaban sus actividades y organizaciones sindicales del conurbano – en un primer momento. Luego, se produjo en distintos lugares y, esa la multiplicación de actos, rescataron y legitimaron la presencia del líder que conducirá de allí en más, los destinos de un país que hacía mucho, necesitaba de alguien que se ocupase de los postergados.

El 17 de octubre es la señal de que un Coronel – desconocido para muchos-, estaba preocupado por la falta de justicia social y, sería de allí en adelante: Juan Domingo Perón, el hombre de la «Comunidad Organizada».

En los tiempos que corren, me parece importante hablar de la lealtad. Esa palabra que encierra no solamente un sentimiento intrínseco que nos lleva a reconocer y respetar los logros de aquellos que han sumado, que han trabajado y con honestidad han sido fieles a una palabra acordada y a los ideales que sostuvieron una organización.

La vorágine, el día a día con múltiples tareas y preocupaciones nos lleva muchas veces a no reflexionar en los hechos que, cotidianamente nos marcan como sociedad en construcción de una ciudadanía con identidad propia. Ya la tenemos, por ello la lealtad no debe ser para nosotros la palabra usada para esta fecha o para adornar una misiva.

La Lealtad va más allá del tiempo, de los matices que puede tener el justicialismo, de la multiplicidad de conceptos con que nos encontramos en la actualidad – hacía rato que no veía tantas y tan diferentes maneras de ser peronista- la Lealtad en el sentido más amplio se relaciona directamente con los actos públicos o privados con que desarrollamos nuestra vida. La fidelidad hacia una doctrina, un pensamiento, una amistad, el respeto por las generaciones que nos dejan el legado de la lucha, la militancia, la experiencia, la educación y la dignidad del trabajo.

La lealtad es abrir puertas y ventanas para que las nuevas generaciones tengan un espacio de participación desde el consenso y lejos de la prepotencia y la ventana abierta será entonces, para que los nuevos aires con la promesa de una Argentina aún más igualitaria, sin exclusiones y con justicia para todos sea para Argentina una realidad.