Láser: la luz del futuro

Escribe: Ingeniero Fabián H. Montefinal(*)

Las aplicaciones del láser superaron cualquier expectativa y ya se constituyeron en herramientas insustituibles en las investigaciones científicas, en la industria y la medicina.

Las propiedades de su luz, que se produce por emisión estimulada, hacen que su uso sea casi ilimitado. Aunque posee todas las propiedades conocidas de la luz, se caracteriza además por ser coherente y no dispersa; por ello se logran efectos particulares que le dan una aplicación tan amplia.

El poder enfocar sobre un punto pequeño un haz de láser potente, permite concentrar una enorme cantidad de energía que puede calentar, fundir o vaporizar cualquier tipo de material de forma precisa.

Dentro de la gran variedad de aplicaciones, los láseres se usan para taladrar diamantes, modelar máquinas-herramientas, recortar componentes micro-electrónicos, calentar chips semiconductores, cortar moldes para vestimentas, sintetizar nuevos materiales o intentar inducir la fusión nuclear controlada.

También se han empleado técnicas láser para registrar información con una densidad muy alta dentro de un holograma, a partir del cual puede reconstruirse una imagen tridimensional.

Debido a que puede viajar largas distancias por el espacio sin perder intensidad, los láseres se emplean para detectar los movimientos de la corteza terrestre y para efectuar mediciones. Con ellos se ha determinado la distancia entre la Tierra y la Luna con una elevada precisión, la velocidad de la luz y ciertos tipos de contaminación atmosférica. También se lo utiliza en la construcción de carreteras y edificios para alinear las estructuras.

Por su alta frecuencia, la luz láser resulta ideal para las comunicaciones terrestres y espaciales. Ya se desarrollaron fibras ópticas para las comunicaciones de sistemas telefónicos, redes de computadoras y transmisiones de televisión, ya que pueden transmitir más canales que los que permiten las transmisiones por radiofrecuencia.

En el terreno militar, los sistemas de guiado por láser para misiles, aviones y satélites ya son muy comunes, lo que permite una precisión absoluta para alcanzar los blancos cuando están “iluminados” por el láser que los guía.

Sin embargo, su empleo en la medicina contemporánea como una alternativa rápida y no cruenta para muchos tratamientos, lo convierte en una herramienta imprescindible en el terreno de la salud y pone su nombre en boca de los profesionales y pacientes.

Con la aplicación de luz láser intensa y estrecha, es posible cortar y cauterizar ciertos tejidos en una fracción de segundo, sin dañar el tejido sano circundante. El color del haz de luz que se utiliza está relacionado directamente con el tipo de cirugía que se está llevando a cabo y el tipo de tejido que se está tratando.

Además de las cirugías más conocidas, como las oftalmológicas, el láser también se aplica para cerrar pequeños vasos sanguíneos para reducir la pérdida de sangre o cerrar terminaciones nerviosas con el fin de reducir el dolor post-quirúrgico. En la medicina estética, se usa láser para la eliminación de verrugas, lunares, vello y tatuajes. También ha reemplazado a las agujas de acupuntura, dando paso a la “láserpuntura”, una versión moderna de la tradicional práctica oriental.

Pero sin duda, el éxito mayor es el avance logrado en la lucha contra algunos tipos de cáncer. La radiación láser aplicada en la terapia fotodinámica destruye las células tumorales sin afectar a las células sanas, mediante el empleo de productos fotosensibilizadores que hacen que el tejido afectado por el cáncer absorba la energía, provocando la muerte de las células malignas.

La terapia fotodinámica no sólo prescinde de la cirugía y es mínimamente invasiva, sino que además los porcentajes de cura para los cánceres orales y laríngeos, después de un tratamiento, están actualmente entre el 90 y el 94 por ciento.

Las aplicaciones del láser abren nuevos caminos en la producción de bienes y en la salud, creando grandes expectativas a medida que demuestra que otras soluciones son posibles, expandiendo su uso en áreas en las que era impensable cuando lo inventaron, hace casi 50 años.

PROFESIONALES22/12/2010Residuos tecnológicos, la nueva basura Escribe: Ingeniero Fabián H. Montefinal(*) El recambio tecnológico y el vértigo de la sociedad por el consumo de las nuevas propuestas tecnológicas acortan los plazos de la renovación de equipos y aumenta la generación de desechos electrónicos, a punto tal que requiere de la promoción de buenas prácticas y responsabilidades.

Según un artículo publicado en el sitio web del Polo IT de la ciudad de Buenos Aires, “cada argentino genera dos kilos de desechos tecnológicos por año para conformar una montaña de 80.000 toneladas anuales”. Sin embargo, sólo se recicla el 7% de esta basura.

En su informe “Basura electrónica, el lado tóxico de la telefonía móvil”, la organización ecologista Greenpeace afirma que los desechos de televisores, celulares, monitores, baterías y otros componentes electrónicos componen el 5% de los residuos urbanos, Sin embargo, de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) que circulan en el mercado sólo se recicla menos del 2% y apenas un 5% de aquellos provenientes del sector de tecnología.

Estos son datos alarmantes en una sociedad donde la lucha contra la contaminación y la promoción del reciclaje de los residuos son dos banderas que se agitan desde los ámbitos públicos y privados.

El Senador Nacional Daniel Filmus presentó en 2008 un proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, que establece presupuestos mínimos de protección ambiental, en los términos de lo establecido en el artículo 41 de la Constitución Nacional, para la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en todo el territorio de la Nación. Lamentablemente, el proyecto debió ser presentado nuevamente en 2010 por no haberse tratado en los tiempos establecidos por el Parlamento.

Por su parte, el gobierno de la provincia de Buenos Aires desarrolló el programa laboral y ecológico denominado “Disposición de Tecnología en Desuso” (DTD), dependiente del Ministerio de Justicia, al cual adhieren la mayoría de los municipios de la provincia.

Lo interesante de este programa, que empezó a funcionar en mayo pasado y ha procesado más de dos mil computadoras, es que uno de los centros de reciclado funciona en la Unidad Penitenciaria de Olmos, donde 20 detenidos que fueron capacitados en la extensión de las tecnicaturas en electrónica y electromecánica de la escuela “Albert Thomas”, realizan las tareas de acopio, clasificación, limpieza y preparación de los elementos obtenidos.

De los materiales desguazados se obtienen chatarra ferrosa, vidrios, plásticos de alto impacto y los metales oro, plata, cobre, aluminio y bronce para su venta.
Los ciudadanos también tienen una parte importante en este proceso de concientización para evitar la contaminación y promover el reciclado. Los residuos tecnológicos, los que no son degradables, deben ser desechados de la forma correcta y en los lugares preparados para ello.
Los municipios establecen lugares y fechas para la entrega de este tipo de residuos para su envío a alguno de los centros de procesamiento y reciclado. Los ciudadanos deben conservar sus desechos tecnológicos hasta poder llevarlos a un puesto de recepción y no descartarlos en cualquier lugar ni mezclados con basura orgánica.
Es responsabilidad de todos trabajar por un futuro ambiental sano para nosotros y nuestros predecesores.

PROFESIONALES22/12/2010Residuos tecnológicos, la nueva basura Escribe: Ingeniero Fabián H. Montefinal(*) El recambio tecnológico y el vértigo de la sociedad por el consumo de las nuevas propuestas tecnológicas acortan los plazos de la renovación de equipos y aumenta la generación de desechos electrónicos, a punto tal que requiere de la promoción de buenas prácticas y responsabilidades.

Según un artículo publicado en el sitio web del Polo IT de la ciudad de Buenos Aires, “cada argentino genera dos kilos de desechos tecnológicos por año para conformar una montaña de 80.000 toneladas anuales”. Sin embargo, sólo se recicla el 7% de esta basura.

En su informe “Basura electrónica, el lado tóxico de la telefonía móvil”, la organización ecologista Greenpeace afirma que los desechos de televisores, celulares, monitores, baterías y otros componentes electrónicos componen el 5% de los residuos urbanos, Sin embargo, de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) que circulan en el mercado sólo se recicla menos del 2% y apenas un 5% de aquellos provenientes del sector de tecnología.

Estos son datos alarmantes en una sociedad donde la lucha contra la contaminación y la promoción del reciclaje de los residuos son dos banderas que se agitan desde los ámbitos públicos y privados.

El Senador Nacional Daniel Filmus presentó en 2008 un proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, que establece presupuestos mínimos de protección ambiental, en los términos de lo establecido en el artículo 41 de la Constitución Nacional, para la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en todo el territorio de la Nación. Lamentablemente, el proyecto debió ser presentado nuevamente en 2010 por no haberse tratado en los tiempos establecidos por el Parlamento.

Por su parte, el gobierno de la provincia de Buenos Aires desarrolló el programa laboral y ecológico denominado “Disposición de Tecnología en Desuso” (DTD), dependiente del Ministerio de Justicia, al cual adhieren la mayoría de los municipios de la provincia.

Lo interesante de este programa, que empezó a funcionar en mayo pasado y ha procesado más de dos mil computadoras, es que uno de los centros de reciclado funciona en la Unidad Penitenciaria de Olmos, donde 20 detenidos que fueron capacitados en la extensión de las tecnicaturas en electrónica y electromecánica de la escuela “Albert Thomas”, realizan las tareas de acopio, clasificación, limpieza y preparación de los elementos obtenidos.

De los materiales desguazados se obtienen chatarra ferrosa, vidrios, plásticos de alto impacto y los metales oro, plata, cobre, aluminio y bronce para su venta.
Los ciudadanos también tienen una parte importante en este proceso de concientización para evitar la contaminación y promover el reciclado. Los residuos tecnológicos, los que no son degradables, deben ser desechados de la forma correcta y en los lugares preparados para ello.
Los municipios establecen lugares y fechas para la entrega de este tipo de residuos para su envío a alguno de los centros de procesamiento y reciclado. Los ciudadanos deben conservar sus desechos tecnológicos hasta poder llevarlos a un puesto de recepción y no descartarlos en cualquier lugar ni mezclados con basura orgánica.
Es responsabilidad de todos trabajar por un futuro ambiental sano para nosotros y nuestros predecesores.

PROFESIONALES22/12/2010Residuos tecnológicos, la nueva basura Escribe: Ingeniero Fabián H. Montefinal(*) El recambio tecnológico y el vértigo de la sociedad por el consumo de las nuevas propuestas tecnológicas acortan los plazos de la renovación de equipos y aumenta la generación de desechos electrónicos, a punto tal que requiere de la promoción de buenas prácticas y responsabilidades.

Según un artículo publicado en el sitio web del Polo IT de la ciudad de Buenos Aires, “cada argentino genera dos kilos de desechos tecnológicos por año para conformar una montaña de 80.000 toneladas anuales”. Sin embargo, sólo se recicla el 7% de esta basura.

En su informe “Basura electrónica, el lado tóxico de la telefonía móvil”, la organización ecologista Greenpeace afirma que los desechos de televisores, celulares, monitores, baterías y otros componentes electrónicos componen el 5% de los residuos urbanos, Sin embargo, de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) que circulan en el mercado sólo se recicla menos del 2% y apenas un 5% de aquellos provenientes del sector de tecnología.

Estos son datos alarmantes en una sociedad donde la lucha contra la contaminación y la promoción del reciclaje de los residuos son dos banderas que se agitan desde los ámbitos públicos y privados.

El Senador Nacional Daniel Filmus presentó en 2008 un proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, que establece presupuestos mínimos de protección ambiental, en los términos de lo establecido en el artículo 41 de la Constitución Nacional, para la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en todo el territorio de la Nación. Lamentablemente, el proyecto debió ser presentado nuevamente en 2010 por no haberse tratado en los tiempos establecidos por el Parlamento.

Por su parte, el gobierno de la provincia de Buenos Aires desarrolló el programa laboral y ecológico denominado “Disposición de Tecnología en Desuso” (DTD), dependiente del Ministerio de Justicia, al cual adhieren la mayoría de los municipios de la provincia.

Lo interesante de este programa, que empezó a funcionar en mayo pasado y ha procesado más de dos mil computadoras, es que uno de los centros de reciclado funciona en la Unidad Penitenciaria de Olmos, donde 20 detenidos que fueron capacitados en la extensión de las tecnicaturas en electrónica y electromecánica de la escuela “Albert Thomas”, realizan las tareas de acopio, clasificación, limpieza y preparación de los elementos obtenidos.

De los materiales desguazados se obtienen chatarra ferrosa, vidrios, plásticos de alto impacto y los metales oro, plata, cobre, aluminio y bronce para su venta.
Los ciudadanos también tienen una parte importante en este proceso de concientización para evitar la contaminación y promover el reciclado. Los residuos tecnológicos, los que no son degradables, deben ser desechados de la forma correcta y en los lugares preparados para ello.
Los municipios establecen lugares y fechas para la entrega de este tipo de residuos para su envío a alguno de los centros de procesamiento y reciclado. Los ciudadanos deben conservar sus desechos tecnológicos hasta poder llevarlos a un puesto de recepción y no descartarlos en cualquier lugar ni mezclados con basura orgánica.
Es responsabilidad de todos trabajar por un futuro ambiental sano para nosotros y nuestros predecesores.

(*) Gerente General
Excelan Automación S.A.
fmontefinal@excelanautomacion.com.ar
www. excelanautomacion.com.ar

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