Las motivaciones otorgan modo, tono y forma a la existencia humana

Escribe la Lic. Andrea Fabiana Varela Seivane.

Las motivaciones biológicas funcionales, son las que tienen por función mantener un equilibrio constante en el medio interno del cuerpo, son necesarias para la conservación y son necesidades que corresponden a las funciones corporales, tanto de incorporación, como el comer, el beber, respirar, etc., como de expulsión, defecar, orinar y la eliminación de toxinas a través de la sudoración, todas ellas, regularizan el equilibrio del cuerpo, también la actividad sexual podría considerarse como necesidad biológica funcional, pero en el ser humano, lo sexual adquiere connotaciones afectivas que son inexistentes en otra especie animal.

La motivación es un movimiento psíquico, a través del cual, el ser humano acciona esa dinámica psíquica con el fin de relacionarse con el mundo exterior y relacionarse consigo mismo, es un movimiento que es capaz de desencadenar mecanismos que permiten satisfacer las necesidades vitales en el ser humano.

La conducta humana se mueve permanentemente buscando satisfacer esas necesidades vitales, que en el origen de la vida humana son necesidades fisiológicas, luego esas necesidades van aumentando su complejidad, y a través del tiempo van entremezclándose en la esfera afectiva, apareciendo otro tipo de motivaciones, las motivaciones que están en relación con lo psicológico estructural y las motivaciones que están en relación con lo social cognitivo. En las motivaciones psicológicas estructurales, se asientan las necesidades comunitarias, las que se desenvuelven y se manifiestan en el relacionarse con los otros, en este espacio comunitario, la creatividad y lo imaginario instalan a través de los sentimientos todos los emprendimientos de los seres humanos. También dentro de este campo de motivaciones, la sexualidad aparece mostrando matices afectivos que sólo puede darse en el ser humano. Además, el amor, como amor sexual se fortalece en el sentimiento y trasciende los planos de la intimidad para mostrarse en el mundo, y el amor, como amor maternal, se desenvuelve a través de la amistad, en el encuentro educativo, en el cuidado de la salud de la comunidad y en la solidaridad. En estas motivaciones psicológicas estructurales, el valor surge constituyendo el valor central, que apoyado en lo corporal, se ordenan en lo psíquico.

Luego que el hombre habiendo superado la satisfacción de sus necesidades básicas, y luego de que habiendo podido estructurarse psíquicamente a partir de su relación con los otros, es que surgen las motivaciones sociales, surgen nuevas necesidades que se expresan en el plano social y en lo cognitivo.

Estas motivaciones sociales y cognitivas, están relacionadas con la necesidad de conocimiento, la necesidad de prestigio, la necesidad de éxito y el sentimiento religioso como modo de trascendencia del ser humano en el mundo. Las motivaciones sociales obtienen su forma a través del pensamiento y la voluntad, el pensamiento le otorga una determinada significación a lo vivenciado desde lo corporal y ordenado en lo psíquico, y así es como las motivaciones sociales son las que han llevado a los seres humanos a la construcción de los grandes sistemas cibernéticos, a las organizaciones sociales internacionales y a la formulación y a la formación de complejas teorías.

Estas tres formas de manifestación de las motivaciones, las motivaciones biológicas funcionales, las motivaciones psicológicas estructurales, y las motivaciones sociales y cognitivas, en el ser humano están entrelazadas entre sí, están integradas en el ser humano, de tal modo que estos distintos yo, el yo corporal, el yo psíquico y el yo social, se muestran como uno y solamente uno.

Todas las tendencias y actitudes humanas, tienen una raíz instintiva, y casi en ningún momento se encuentra en el ser humano el instinto puro, sino que esa raíz instintiva aparece en el ser humano modificada por la experiencia, la educación y la tradición, como por ejemplo en las necesidades orgánicas primarias, en los aspectos más elevados y complejos de la actividad humana, y en las formas de acción y de pensamiento tan característicos del ser humano, como son el arte, la religión, la ciencia o la moral.

Nuestra existencia humana se hace posible a partir de las motivaciones funcionales, psíquicas y sociales cognitivas, y tanto la esfera afectiva, como los procesos motivacionales, son los que otorgan en el ser humano, el modo, el tono y la forma a la existencia humana.

Licenciada en Psicología
Andrea Fabiana Varela Seivane
MN 34156
Consultas al 4205-0549 155-143-6241

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