Las críticas, una oportunidad para fortalecer las relaciones interpersonales

Escribe las Lic. Andrea Fabiana Varela Seivane.

Somos más las personas que ante las críticas nos sentimos atacados y ponemos en marcha todos los mecanismos que poseemos para defendernos, y son menos las personas que interpretan las críticas como una oportunidad, como una información útil que puede ayudarlas a mejorar. Resulta más difícil llegar a escuchar, reflexionar y extraer lo que de provechoso puedan aportar las críticas que nos hacen, y sobre todo cuando algunas preguntas nos dejan al descubierto en la medida que muestran nuestras graves limitaciones del tal modo que al ser tan íntimas nos parecen inabordables. Tenemos la tendencia a distinguir entre las críticas que son constructivas y las que no lo son, pero muchas veces una crítica independientemente de la intención con que se dice e incluso independientemente de su contenido, sugiere una opinión distinta a la nuestra, un punto de vista diferente sobre lo que hacemos o pensamos, con lo cual nunca carece de interés y puede llegar a ser beneficiosa si podemos interpretarla como una información que sirva para compararla con nuestras ideas.

Asimilar las críticas que nos hacen y por otra parte saber nosotros formular críticas hacia los demás, forman parte de una habilidad bastante difícil de llevar a cabo, aunque nos resultará más fácil asimilar las críticas cuando mejor sepamos formularlas nosotros, ya que nos ayudarán a entender a los demás y a conocernos mejor. Todos sabemos que existen personas que saben criticar sin brusquedad y que generan un ambiente tranquilo, racional y tolerante en el que las ideas se confrontan de manera pacífica, y en general estas personas además muestran una actitud de respeto y comprensión hacia las actitudes y comportamientos ajenos, incluso ante hechos intolerables que requieren una crítica severa y rotunda, saben criticar con rigor y sentido común.

Las habilidades sociales son comportamientos que incluyen respuestas verbales y no verbales, que hacen probable una consecuencia deseable o evitable una consecuencia indeseable. Están relacionadas con las respuestas que damos dentro la conducta social y son habilidades necesarias para ciertas tareas. La habilidad no es un rasgo de personalidad, sino es un conjunto de respuestas que se aprenden y se asocian a determinados estímulos. Una conducta socialmente habilidosa es la que permite a una persona actuar sobre la base de sus intereses más importantes, defenderse sin necesidad de sentirse demasiado ansioso, expresar cómodamente sus sentimientos, ejercer sus derechos sin negar los derechos de los demás y puede expresarse mediante una comunicación verbal o no verbal. La comunicación verbal hábil es constructiva, ofrece alternativas, maneja la responsabilidad y no la culpabilidad, acepta opiniones diferentes, expresa o defiende una opinión sin miedo ni ansiedad y es respetuosa con las personas. La comunicación no verbal hábil está relacionada con la expresión facial, la postura corporal, los gestos y la sonrisa, el volumen, la inflexión y la entonación de voz, la fluidez, la claridad y la velocidad del discurso, el tiempo de habla, las pausas y los silencios, y gestiona adecuadamente el contacto físico, la distancia y la proximidad.

Una de las habilidades sociales que nos convendría aprender es el manejo de la crítica, para hacerla o para recibirla, ya que es una estrategia básica para solucionar problemas y conflictos interpersonales. Todos sabemos que el ser humano es un animal de costumbres y uno de los mecanismos más automáticos que tenemos es la resistencia al cambio, por lo tanto planificar una secuencia para facilitar la aceptación o formulación de una crítica nos ayudará a calcular la forma en que la presentaremos, por ejemplo describir la conducta o situación que deseamos criticar expresando siempre que son nuestras opiniones, sugerir cambios, y si los cambios ocurren valorar y agradecer el esfuerzo que el otro ha hecho a nuestro pedido.

Una crítica bien hecha no ofende y todos tenemos derecho a exponer nuestras opiniones. Tenemos que asegurarnos que nuestras críticas se basen en hechos objetivos y confirmados, porque un error puede dejar sin validez nuestra argumentación, y tenemos que centrarnos en lo fundamental, no pretender abordar todos los detalles, dirigiendo la crítica siempre a comportamientos o actitudes concretas. Algo importante, nunca descalifiquemos a la otra persona, sino a lo que ha hecho o dicho, y seamos claros, concretos y específicos, evitando generalizaciones, y vaguedades.

Hacer críticas constructivas, en general resultan útiles y no hieren a la otra persona, y estar dispuestos a recibir las críticas de los otros equivale a asumir que sobrevendrán situaciones tensas y que tendremos que articular esas habilidades de comunicación que hemos ido aprendiendo, con lo cual si eludimos estas situaciones, nos perderemos de la oportunidad para fortalecer nuestra relación interpersonal y mejorar conocimiento mutuo.

Licenciada en Psicología
Andrea Fabiana Varela Seivane
MN 34156
Consultas al 4205-0549 155-143-6241

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